El bloqueo podría acabar con los diputados críticos con Villares en el grupo mixto
15 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hasta seis nombres se pusieron encima de la mesa para ocupar la plaza de senador por designación territorial que le corresponde a En Marea, y ninguno prosperó porque, en realidad, ni el sector crítico quiso aceptar a los que propuso Villares ni la dirección de En Marea se mostró dispuesta a darle el visto bueno a ninguno de los candidatos de los críticos, al entender que era una imposición de Podemos.
El primer nombre que se planteó fue el de Mariló Candedo, elegido por la dirección de En Marea y que desde el primer momento fue rechazado por los críticos. Los partidos que forman parte de ese sector tenían sus propios candidatos. Podemos quería que la senadora fuese Ánxela Rodríguez; EU propuso a Vanessa Angustia, y si bien se dijo que desde Anova se hizo referencia a Fernán Vello, el partido lo negó tajantemente. Son, en todo caso, candidatos de los pasados comicios que se quedaron sin representación -como Candedo, que iba en las listas de En Marea al Senado-, o diputados y senadores en la anterior legislatura que no obtuvieron votos suficientes para revalidar la plaza.
Ante los intereses partidistas derivados de que eran demasiados aspirantes para un solo puesto, se decidió buscar uno de consenso. Pero como no había interés en alcanzar acuerdo ninguno entre los dos sectores enfrentados, tampoco prosperaron las segundas propuestas. Ni la de Manuel Lago -señalado por En Marea y que fue rechazada por el propio interesado- ni José Manuel Sande, el edil de Marea Atlántica que se sometió a votación telemática y que alcanzó la mayoría de los votos, con ocho apoyos de catorce, pero que la dirección de En Marea no aceptó por entender que fue una imposición de Podemos y que correspondía al partido y no al grupo parlamentario hacer dicha propuesta.
Podemos niega haber propuesto a Sande y recuerda que su candidata era Ánxela Rodríguez, negando así las interferencias en el proceso de las que le acusa la dirección de En Marea. Tal y como figura en el acta de la reunión celebrada el pasado lunes a tal fin, fue Manuel Lago el que puso sobre la mesa el nombre del edil herculino al considerar que, al no pertenecer a ninguno de los partidos enfrentados, era un candidato de consenso. Obtuvo la mayoría de los votos, pero va a ser difícil que prospere porque el acuerdo lo tiene que firmar Villares y el portavoz acatará lo que le diga la dirección de En Marea, que ya adelantó que no reconoce la votación telemática.
Unidas Podemos quiere dar a entender que nada tiene que ver con ese conflicto, y así lo indicó ayer Yolanda Díaz, que tras ser interpelada por esta nueva disputa en el seno de En Marea dijo que esa decisión le competía al grupo parlamentario. Sande, por su parte, en una entrevista en la Radio Galega confió en que finalmente se alcanzase un acuerdo porque «a ninguén lle gustaría» que una ruptura en el seno de En Marea acabase cediendo el senador al PSdeG.
Pero esa ruptura no es ninguna quimera. Si Villares no firma el acuerdo, los diputados que se desmarcaron de En Marea podrían irse al grupo mixto. El partido instrumental dejaría de ser la primera fuerza de la oposición y el senador por designación autonómica sería para los socialistas.