La niebla obligó a cerrar la A-8 más de dos mil horas en tres años en O Fiouco
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GALICIA
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Cinco años después del gran accidente no hay una solución definitiva para el tramo negro de la autovía
28 jul 2019 . Actualizado a las 12:02 h.A las once de la mañana del sábado 26 de julio del 2014, un espeso banco de niebla obligaba a conducir casi a ciegas por el alto de O Fiouco, el tramo negro de la autovía A-8 en la provincia de Lugo, entre Abadín y Mondoñedo. No se veía nada y la tragedia no tardó en llegar. Decenas de vehículos se fueron estrellando entre sí. El espectáculo era dantesco. Coches aplastados, frenazos, gritos, pánico. Murió una conductora y hubo 49 heridos. Han pasado cinco años de aquel gran accidente, pero el problema de la niebla sigue sin solución, pese a que el Ministerio de Fomento se comprometió a buscar cuanto antes un remedio.
Mientras se busca esa solución, solo la tecnología, en este caso aplicada por la Dirección General de Tráfico, permite ampliar las horas de circulación incluso con niebla. «Si la visibilidad baja a 40 metros se cierra el tramo», explica Ramiro Martínez, director del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste, desde donde se controla con un complejo sistema de cámaras, sensores y estaciones meteorológicas el estado de la carretera y la visibilidad, que desciende a los 40 metros en demasiadas ocasiones.
La DGT instaló el sistema automatizado de O Fiouco en diciembre del 2016. Desde entonces, el tramo ha tenido que cortarse al tráfico en 341 ocasiones. En total han sido 2.088 horas de cierre de la carretera, que suman 87 días. Este año (con datos hasta el 18 de julio), la niebla cortó la autovía en 51 ocasiones: 237 horas. El año pasado, hubo 151 cortes, con 990 horas de cierre.
El sistema automatizado ha permitido reducir a la mitad las horas de cierre y ahorrar tres meses de desvíos. Antes, cuando la niebla bajaba hasta el nivel de riesgo se daba aviso para que las brigadas de Fomento se trasladasen en coche y cerrasen el tramo con conos. Eso suponía al menos una hora de ida y otra de vuelta. Y muchas veces, se dejaba cerrada cuando ya la niebla se había levantado porque se sabía que volvería a descender en pocas horas. Ahora no hay pérdidas. Se cierra cuando baja de 40 metros y se abre cuando sube. Desde un ordenador. Sin pérdidas de tiempo. Y con mayor seguridad, para los conductores y para las brigadas de carretera, que ya no tienen que ir allí.
Cinco estaciones meteorológicas estratégicamente situadas en el tramo de niebla dura, entre los kilómetros 545 y 552, transmiten información cada minuto al Centro de Gestión del Noroeste. Cuando la visibilidad llega a 40 metros el tráfico se desvía hacia la vieja N-634. El corte se hace desde el kilómetro 536. «Se corta antes para evitar que el tráfico vaya por una carretera provincial que pasa por el centro de Mondoñedo. En el 536 se enlaza con la N-634, una carretera nacional con mejores condiciones de seguridad», señala Ramiro Martínez.
Las balizas inteligentes permitirían circular con solo 30 metros de visibilidad
La Dirección General de Tráfico instaló en O Fiouco un sistema de balizas inteligentes que se extienden a lo largo de 500 metros en uno de los sentidos de la autovía. Esas balizas van indicando, en condiciones de baja visibilidad, la situación del coche que circula delante. Esas balizas permitirían reducir la distancia de seguridad a solo 30 metros y, por lo tanto, disminuir las horas de cierre de la autovía. Pero hasta el momento se trata solo de un sistema que se encuentran en fase de experimentación.
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Mientras, el tráfico por la A-8 se desvía cuando la visibilidad baja a 40 metros. Pero antes de llegar a ese nivel hay un proceso de limitación de velocidades para garantizar la seguridad en función del espesor de la niebla. La velocidad máxima en el tramo de riesgo es de 100 kilómetros por hora (el de la autovía es 120). Cuando la visibilidad está entre 65 y 120 metros se decreta el nivel amarillo y la velocidad se limita a 80 por hora, y cuando es de entre 40 y 65, con nivel rojo, se reduce a 60. El nivel negro, con menos de 40 metros de visibilidad, es el que establece el corte total.
De 10 minutos a 39 horas
Con el sistema automatizado que se controla desde el Centro de Gestión de Tráfico situado en A Coruña, la autovía se cierra menos veces y menos tiempo de cada vez. Hay cortes de muy poco tiempo. En febrero del 2017 hubo uno que tuvo una duración de 27 minutos, y en marzo de ese mismo año otro de solo 10 minutos. Este año hubo un cierre de 17 minutos en junio, y otro de 25 en este mes de julio. Pero también los hubo de mucho tiempo. Por ejemplo, un día de este mes la autovía se cerró 25 horas seguidas. Pero el corte más largo registrado ocurrió en junio del 2017, con un cierre que duró 39 horas.