Francisco Galdo Goás es el presidente de la Comunidad de Montes en Mancomún de San Pedro (Viveiro), y cree que el lobo es una nueva estocada a la vida rural en Galicia
04 ago 2019 . Actualizado a las 12:25 h.A sus 84 años, y derrochando vitalidad, Francisco Galdo Goás siente prácticamente en sus carnes cada ataque del lobo sobre los terneros y los potros, pero también sobre las vacas y los caballos, que pastan en estado semisalvaje en las cumbres de Fontecova, Lamas de Toxo o Cruz de Pedro García, a unos 400 metros sobre el nivel del mar y a unos diez kilómetros de Viveiro. «Nacín en Fontecova, a dous quilómetros de aquí, ao pé dun toxo», bromea el presidente de la Comunidad de Montes en Mancomún de San Pedro mientras muestra una mezcla de orgullo y preocupación por el futuro de los animales que cuida a diario -tiene en torno a 200 reses vacunas y equinas- y la extensa superficie de monte -más de 160 hectáreas- por la que lleva trabajando y luchando seis décadas. A la despoblación del rural en los últimos dos años se ha unido la amenaza del lobo, que tiene totalmente desmotivados a los ganaderos. «Eu non mando que se saque o lobo, pero o que non pode haber é a cantidade de lobos que hai. As vacas do monte están parindo para manter as lobas. Aquí haberá que deixar todo!», lamenta el hombre, que señala que hace dos semanas fueron avistados dos cánidos a escasos 900 metros de varias casas donde viven niños pequeños. «Pode haber un gran desgusto con iso», alerta. Y la situación se repite en puntos como Celeiro, donde ganaderos como Antonio José Liborio llevan varios meses viendo cómo el lobo mata ovejas, cabras y terneros a escasos metros de las casas. La situación es desesperante.

«Estaba todo a monte salvaxe cando eu tomei a decisión de facer os pastos para terlles comida aos animais. E coma min houbo máis persoas. Foise preparando con rozas, fresando, abonando... Facer isto custou moito», indica Galdo Goás, que solo en el 2019 ha invertido 10.600 euros en un camión de abono y más de 5.300 euros en hierba. «E se vén o lobo e nos fai estas desgrazas, os beneficios lévaos o lobo, e leva máis dos beneficios», sostiene.
Además de haber solicitado a la Xunta alguna batida para controlar los daños del lobo, el presidente de los comuneros de San Pedro y fundador de negocios como el prestigioso Hotel O Val do Naseiro pide que las indemnizaciones se ajusten a la realidad. «O lobo mata un poldro dun mes, de quince días ou de dous meses, pero o valor del non é ese. O valor del é aos seis ou sete meses. Porque dos trinta animais que me matou viñéronme dez abonos a 138 euros, e dous a 198. Iso non é valoración. Hai que valorar o animal cando se desteta das nais para a venda, e nese momento anda entre os 600 ou os 700 euros como mínimo», resalta.