La población de abejeros, el depredador natural de la velutina, crece en Galicia coincidiendo con la expansión de la avispa
GALICIA

«Está aumentando el número de parejas», constatan los investigadores que vigilan la relación entre el ave y el insecto
11 abr 2021 . Actualizado a las 23:34 h.«Todo apunta a que hemos dado con un depredador de la velutina». Esta declaración en febrero de José Manuel Fernández, el ornitólogo que estudia si el abejero europeo podría frenar el avance de la avispa asiática en Galicia, supuso un punto de esperanza para los gallegos afectados por aquella especie invasora. Seis meses después, con la investigación más avanzada y a la espera de resultados, adelanta que «se confirma que está aumentando el número de parejas» del ave en la zona de O Morrazo y O Salnés, donde lleva a cabo su proyecto el equipo de la Universidad de Alcalá de Henares del que forma parte.
El abejero europeo es un ave rapaz, depredador natural de la velutina y de otros himenópteros como la abeja o la vespa crabro, y cuya población parece aumentar en las zonas donde el insecto asiático tiene mayor presencia. La investigación de José Manuel Fernández intenta ahora comprobar si esta correlación entre el número de rapaces y velutinas se mantuvo esta temporada: «Seguimos localizando nidos, sacando restos de panales de todo tipo de avispas que caza el abejero para analizarlas en Madrid y poder decir qué cantidad de velutina están consumiendo el ave. Lo que sucedió el año pasado cuando todo apuntaba que la velutina era una presa preferida por el abejero europeo, podría ser ocasional. Necesitamos sumar dos o tres años más para ver cuál es su patrón de alimentación».

El equipo de ornitólogos está en plena campaña de observación del ave y seguirá con el trabajo de campo hasta octubre, cuando empiecen a visualizar las grabaciones de las cuatro cámaras que colocaron cerca de los nidos de las zonas de O Morrazo y O Salnés. «También tenemos cientos de pedazos de panales que hay que ver celda por celda para ver si es velutina o vespa crabro», apunta Fernández. «Al acabar la temporada vamos a cruzar los datos de dónde se han retirado nidos de velutina y dónde tenemos nosotros nuestros nidos de abejero para ver si hay una abundancia mayor donde mayor hay velutina. Aunque también pudiera ser al revés, que por efectos positivos del abejero haya menos velutina, porque se encarga de limitar la población», explica.
Aunque Fernández advierte que «es pronto para dar resultados», adelanta que «de los pocos ejemplares de avispa que se cogieron en nidos de abejero, parece que el 90% es velutina y solo el 10% es crabro». Los investigadores creen que esta proporción se debe a la diferencia en la cantidad de insectos de cada especie en la zona de estudio: «En O Morrazo y O Salnés abunda más la velutina».

Sobre la posibilidad de aumentar el número de abejeros de forma artificial, el equipo de ornitólogos prefiere mantenerse cauto: «Necesitamos tiempo para estudiar su comportamiento, comprobar su dieta y ver qué efectos podrían causar en el ecosistema. Tenemos que tener mucho cuidado porque con otras especies con las que se hizo, el resultado fue el contrario al esperado».

Investigaciones con patógenos
Otras vías de investigación apuntan al uso de patógenos como biocida para frenar la expasión de la velutina. Nuno Sinde y Pedro Fernández, dos estudiantes de bachillerato, comenzaron un estudio sobre la posibilidad de que el hongo que mata a a la procesionaria, que sirvió para controlar la plaga de forma natural y sin contaminar el ecosistema con agentes externos, podría hacer lo mismo con la avispa asiática. Los primeros resultados fueron positivos y se descubrió que el patógeno se sentía atraído por la quitina que los insectos presentan en su exoesqueleto. Los jóvenes también diseñaron una trampa que permite salir a la velutina para que, tras infectarse con el hongo, vuelva al nido y contagie al resto de ejemplares.
El último estudio apunta a que la avispa tendría un enemigo natural originario de su mismo continente. Un equipo de investigadores chino detectó la presencia de un virus potencialmente letal para algunos insectos, el APLV, en el cuerpo de velutinas capturadas en su territorio. Sin embargo, los expertos gallegos piden prudencia, ya que aún no se ha determinado si el patógeno afecta a la salud de la avispa asiática o solo se encuentra en su organismo y se desconocen las consecuencias que podría tener sobre las abejas. Recomiendan que, en la lucha biológica, se utilicen especies autóctonas.
