Reclaman cambios en el decreto de enseñanzas universitarias y un modelo alejado del criterio económico
06 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hace cinco años, la Universidade de Vigo estrenaba el grado en Ciencias da Linguaxe e Estudos Literarios, un ambicioso proyecto que preveía cien asignaturas optativas y un módulo de escritura creativa único en Europa. Cinco años después, la Xunta dio la orden de extinguir el título por no llegar a 50 alumnos. La facultad propuso fusionar 90 créditos con Linguas Estranxeiras para evitarlo.
La historia la cuenta Burghard Baltrusch, presidente de la cátedra internacional José Saramago y profesor de Literaturas Lusófonas. El investigador colabora con la creación de la Plataforma pola Defensa das Humanidades. Estudiantes, profesorado, grupos de investigación y otras estructuras se han unido para hacer un llamamiento, para abrir el debate. Para reclamar el espacio que las humanidades han ido perdiendo. Especialmente en las universidades. «As humanidades teñen un problema de prestixio, en relación ao recoñecemento dentro da sociedade. As Humanidades estamos sendo miradas como se fosemos algo anticuado e prescindible», explica Baltrusch.
La mecha prendió el año pasado entre el alumnado, harto de que hubiese cambios constantes en los planes de estudios y en las asignaturas. Harto de casos como el de Ciencias da Linguaxe, un grado que desaparece sin apenas recorrido. Y sobre todo, «cuestionando o decreto 222/2011». Una norma que regula las enseñanzas universitarias en Galicia y que entre otras cuestiones, marca límites mínimos de alumnos para la continuidad de los títulos. «Ameaza non só titulacións de humanidades», explica Baltrusch. «Moitos chegamos á conclusión de que é un decreto trampa». Echando la vista atrás en las Humanidades «nos últimos 20 anos levamos a cuarta mudanza de plan de estudos. É unha situación que tolea a calquera persoa, sexa profesor, sexa alumno... Non hai ningunha política por detrás que non sexa unicamente económica».
Hay demanda humanística
Y sin embargo, hay demanda. Porque este año, menos de la mitad de las 26 titulaciones que oferta el sistema universitario gallego se han quedado con vacantes, y algunas de las carreras que hasta hace relativamente poco tenían una demanda bastante tímida han remontado. Es el caso de Historia, que este curso tiene una nota de corte de 8,2. O de Filosofía, que ahora llena las aulas.
Solo siete de los grados con vacantes tienen una tasa de ocupación por debajo del 50 %. Algunas, como Ciencias da Cultura en Lugo, están abocadas a la desaparición. El año que viene dejará de ofertarse y será sustituido por otro, el de Xestión Cultural. Lo mismo que ha ocurrido este curso con la sustitución de la tradicional Información e Documentación por Xestión Dixital da Información.
«Non é necesario formar todos os anos a 50 persoas para seren profesores de galego, de Historia, nas tres universidades». Pero lo que sí que tiene que haber «é unha continuidade na formación e unha flexibilidade» que dé respuesta a las necesidades sociales. «Isto non ten que ver son gastos superfluos, ten que ver con se queremos manter certa cultura. E se a base da cultura europea son as humanidades, temos que esixir ás autoridades garantir certa estabilidade».