La alcaldesa de A Coruña ensalza los beneficios del sentido del humor, del que hace gala en esta entrevista
10 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Inés Rey (A Coruña, 1982) es muy rápida y muy simpática. En su despacho del Concello de A Coruña me hace sentir cómodo enseguida y me da mucho en poco tiempo. Pese a que el PSOE está de enhorabuena, nosotros hablamos de otras cosas.
-¿Qué tal este medio año en la alcaldía?
-Muy bien, se me ha pasado volando. Cuando llegué, todo el mundo lo pintaba negrísimo. Pero no ha sido así.
-¿Diría que ha sido fácil?
-No, sería frívolo calificarlo así, porque ni es fácil lo que queda ni fue fácil llegar hasta aquí, pero es verdad que hay trabajos muchísimo peores. En cualquier caso es un reto cada día, pero muy ilusionante. Me gusta mucho lo que hago.
-Yo conozco algún alcalde con muy poca vida fuera del trabajo.
-Aquí se tiene vida y da tiempo a todo. El que no tiene vida será porque no la quiere tener.
-¿Qué está siendo lo peor?
-Este tipo de entrevistas, ja, ja.
-Bueno, de esta se podría haber librado de haber querido.
-No, no. Yo nunca le digo que no a una entrevista. En realidad, lo más difícil está siendo adaptarse a los tiempos de la Administración. A veces crees que puedes hacer las cosas chasqueando los dedos, pero todo tiene su proceso. Y a mí, que soy bastante impaciente, eso me genera cierto sentimiento de frustración que voy modulando poco a poco.
-¿Qué tal duerme por la noche?
-Poco.
-¿De ahora o de siempre?
-Yo creo que desde que tengo hijos, ja, ja.
-Será por eso que está usted en la filosofía de las malas madres.
-Absolutamente. Creo que hay que desmitificar un poco esa idea que nos venden de la maternidad ideal. Es todo más fácil y más real.
-Y sin embargo, la maternidad le ha afectado al sueño.
-Es que yo soy de estas que se levantan por la noche a ver si sus hijos respiran.
-Está usted en política desde muy joven...
-Desde los 18. Los cumplí y me saqué el carné, me hice donante de órganos y me afilié al PSOE.
-Toda la vida, casi.
-Militando. Como cargo, seis meses y medio. Yo trabajo desde que acabé la carrera.
-¿No le tentaron las oposiciones, la estructura del Estado...?
-Mi familia me animaba, me decía que tenía mucha capacidad para memorizar, pero como tenía la cabeza llena de datos absurdos, decidí ponerme a trabajar.
-Yo soy un gran jugador de Trivial. No recuerdo que me haya ganado nadie.
-Eso es porque no ha jugado conmigo. A mí tampoco me han ganado. Pero ni al Trivial, ni al parchís, ni al tute, ni al chinchón... Yo soy la reina de los juegos de mesa. Aprendí a sumar y restar jugando al chinchón con mi abuela. Era tan pequeña que no me cabían las siete cartas en la mano.
-Pero para el parchís no le hacen falta esos datos absurdos.
-Para el parchís hace falta estrategia. Y yo tengo mucha. Nunca pierdo al parchís.
-¿Era política de pequeña?
-Sí. Con 8 ó 9 años me hice socia de Greenpeace y organicé una campaña de reciclaje de papel en el colegio.
-Seguro que le daba la barrila a sus amigos.
-Yo doy la barrila en general. Éramos una generación concienciada. Fuimos a manifestarnos a Madrid contra el decretazo de Aznar, contra la guerra de Irak, el Prestige... Hablábamos mucho de política. Pero también de otras cosas.
-Cuénteme alguna travesura que hiciera de pequeña.
-Eso es lo peor, que era buenísima. Mi infancia fue un coñazo. Me he ido maleando con la edad.
-¿Buenas notas?
-Todo dieces. Saqué un 9,92 en selectividad. Sobre 10, ¿eh?
-Me dijeron que duerme la siesta todos los días.
-Eso era antes, en mi vida anterior. Mis veinte minutos de siesta han desaparecido.
-También oí que fuma mucho.
-Sí, me va a salir pelo en el pecho. Es uno de mis propósitos de año nuevo, pero llevo ya muchos años haciéndomelo sin éxito.
-Ahora le financian el tratamiento.
-Siguiente pregunta.
-Lo de Celta o Dépor, no se lo pregunto, ¿no?
-Por favor.
-¿Se salva el Dépor?
-Nos vamos a salvar, siempre nos salvamos.
-Busque cuatro palabras que la definan.
-Soy trabajadora, impaciente, vehemente y tengo mucho sentido del humor.
-Busque otras cuatro para su ciudad.
-Cosmopolita, abierta, inclusiva y... bonita; la más bonita.
-¿Tiene capacidad para perder el tiempo?
-La tengo, pero no la uso, ja, ja.
-¿Qué hace en el tiempo libre?
-Lo que todo el mundo, estar con mi familia, con mis amigos... Me gusta mucho leer. Lo hago de forma compulsiva y voraz.
-¿Algo de deporte?
-Por obligación. Voy al gimnasio a diario. Pesas y elíptica.
-¿Qué tal en la cocina?
-No sé cocinar. Afortunadamente me casé con un señor al que le gusta cocinar. Yo ni sé ni me gusta. Bueno, sé hacer una tortilla francesa.
-¿Y una de patatas?
-Nunca he hecho una tortilla de patatas.
-No le llamó Dios por ese camino.
-No. De todos modos, Dios no me suele llamar mucho. Lo llamo yo más a él, pero casi siempre está apagado o fuera de cobertura.
-¿Es usted creyente?
-Sí, sí lo soy.
-¿Qué es lo último que se ha comprado?
-Un paquete de tabaco.
-¿Tatuajes?
-No, ninguno. No me gustan nada.
-Cuénteme un chiste corto.
-Uf. Mejor que no. Los que yo cuento no se pueden publicar. Ni siquiera los cortos. Yo soy muy bruta y tengo un sentido del humor muy negro. Yo creo que hay que tener sentido mucho sentido del humor en la vida, porque si no esto es un coñazo. Hay que saber reírse también de uno mismo y quitarle hierro a las cosas.
-Dígame una vocación secreta.
-Peluquera.
-Seguro que le gusta bailar.
-Mucho, pero soy totalmente arrítmica. Pero me encanta. A mis hijos les da muchísima vergüenza, pero lo bailo todo. Bueno, ahora algo menos.
-Una canción.
-You shock me all night long de AC/DC.
-¿Qué es lo más importante en la vida?
-La salud y el sentido del humor.