Mariano Rajoy se pone a las órdenes de Feijoo

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeans SANTIAGO

GALICIA

Juanjo Martín / Efe

El PP gallego cuenta con la participación del expresidente en la campaña del 5A

15 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado tantas cosas y hemos votado tantas veces, que su nombre evoca tiempos políticos pasados, con alivio para unos, añoranza para otros. Pero el calendario no miente: de no haberse dado la aritmética para la primera moción de censura con éxito de la democracia, a Mariano Rajoy Brey (Santiago, 1955) aún le quedarían cuatro meses al frente del Gobierno de España, y en estos momentos estaríamos entretenidos descifrando sus silencios, sus trabalenguas o sus intenciones sobre una sucesión que, si la pensó, nunca la pudo llevar a cabo, y ya no nos la va a contar.

O sí. Desde su retirada de la política, en junio del 2018, ha limitado sus intervenciones públicas pese a que sigue siendo un hombre de actualidad efervescente. Un ejemplo: esta semana asistió a la presentación de un libro de Esteban González Pons en Madrid y no abrió la boca para los medios, aunque de los corrillos en los que estuvo se filtraron un par de conclusiones: que él no aspira a dirigir la Real Federación Española de Fútbol y, siguiendo con la broma, que se reserva para presidir el Real Madrid. A pesar de su intento por restarle importancia a su vida, su nombre sumaba entre el jueves y el viernes nada menos que 22 citas en las últimas noticias volcadas por las tres principales agencias del país, que recogían desde su cambio de gafas por unas de pasta más modernas, hasta su próxima participación como testigo en el juicio por caja b del PP.

Pese a que el mito del plasma le persigue, por las redes sociales dice poco. Transmite su reconocimiento por algún triunfo deportivo o da el pésame por el fallecimiento de algún personaje relevante, como hizo esta semana para lamentar la prematura marcha del periodista David Gistau. Llevaba dos meses de apagón digital, probablemente de los más tristes de su vida tras la repentina muerte de su hermana Mercedes, un golpe que le obligó a replantear la gira de promoción de su libro Una España mejor, con el que se está cobrando una discreta venganza sobre Pedro Sánchez, porque ha duplicado de largo las ventas de su Manual de resistencia.

  

Este jueves comió con Pablo Casado en Génova y a las pocas horas ha trascendido que quiere para participar en la campaña de Feijoo, al que de alguna manera le debe el resurgir del partido en el 2009, cuando su amigo recuperó a la primera el poder en Galicia y le dio oxígeno hasta su mayoría histórica del 2011. Será un regreso de perfil bajo que en Santiago quieren atender «con todo el cariño» pero que aún no está definido. Alguna intervención en Pontevedra, paseos por pequeñas localidades, como ya hizo en el 2016 o algún mitin coincidiendo con el candidato. Ya se verá, pero a Rajoy se le sigue considerando «un activo» al que agradecen que se ponga a disposición y, sobre todo, que cumpla su palabra. «A la orden es a la orden», dijo en su despedida.

Dos apuntes

Todo se parece demasiado al 2016 

«La alternativa es un multipartito imprevisible». «Feijoo convoca porque se lo manda Urkullu». «Vamos a acabar con los recortes». «Estamos preparados». «El ciclo del PP está agotado». Las frases parecen recientes, pero se dijeron la primera semana de agosto del 2016, cuando se convocaron las anteriores autonómicas. Si buscas resultados distintos...

Llamada perdida de Cs al PPdeG 

El primer misterio de la campaña es una llamada que supuestamente realizó alguien de Ciudadanos en Madrid al secretario general del PPdeG. Acto seguido, se filtra a los medios esa hipotética conversación, con un contenido irrelevante. Miguel Tellado niega haber mantenido ningún tipo de contacto, con nadie. La puerta de los populares está abierta, pero antes hay que dar con ella.