Las claves del acuerdo: así será el final de curso

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Xoán A. Soler

El tercer trimestre se dedicará al repaso para afianzar contenido básico. El trabajo hecho en casa se valorará para subir nota y el curso termina el día 19 de junio

24 feb 2021 . Actualizado a las 19:38 h.

Como en un chiste de gallegos, ante la pregunta de si este año habrá aprobado general, la respuesta es «depende». En cierto sentido sí, porque cada repetición deberá estar suficientemente razonada y con un plan de actuación, pero a la vez algunos estudiantes deberán quedarse en el curso que hacen ahora. Esto es un resumen de lo que se acordó ayer:

calendario

Termina en junio. Hubo unanimidad al decidir que el curso termina en junio, como estaba previsto. Los alumnos y profesores están trabajando a pesar de las condiciones tan complicadas y merecen tener su descanso.

Abierto en julio. También se acordó sin peros permitir que los colegios abran en julio para dar clases voluntarias de refuerzo. Los consejeros pidieron a Celaá una inyección de recursos económicos adicionales desde el ministerio para afrontar la contratación de personal docente.

Galicia. Galicia terminará el curso escolar como estaba previsto: el 19 de junio.

volver a clase

Depende de Sanidad. La ministra dejó claro que a ella le gustaría que hubiese unos días de clase, pero será el Ministerio de Sanidad el que marque la pauta de la vuelta a clase, si la hay.

Galicia pide adaptación. Carmen Pomar pidió «datos epidemioloxicos para facer un estudo das posibilidades reais da volta presencial ás aulas, para facela escalonada» y por territorios.

evaluar el 3.º trimestre

Evaluar: cada comunidad decide. En la reunión se decidió que habrá tercera evaluación y las comunidades decidirán si se valora temario nuevo o no.

Siempre sumar. El trabajo que se haga en casa y las pruebas solo debe servir para sumar, no para restar nota a la media de los dos primeros trimestres.

Es posible ampliar temario. El ministerio permite que se amplíe el temario ya dado si así se considera, pero aboga por una limpieza de contenidos, que se quede en lo esencial y que cada profesor se asegure que todos sus alumnos llegan.

Galicia se avanza temario pero no se evaluará. La conselleira fue clara: «Este terceiro trimestre estará enfocado na recuperacion e reforzo. En algún momento se pode ampliar algún tipo de contido, cun matiz ou tema engadido, pero nunca vai ser obxecto de avaliación neste terceiro trimestre».

pasar de curso

Por ley. En España los estudiantes solo pueden suspender dos asignaturas (que no sean Lengua/Lingua y Matemáticas) si quieren pasar de curso.

Un curso excepcional. La singularidad de la crisis ha hecho que el ministerio permita a comunidades, e incluso centros, a decidir que promocionen estudiantes con más de dos materias suspensas.

La repetición, justificada. Repetir será algo tan excepcional que el claustro, de forma colegiada, tendrá que justificarlos y presentar un plan de refuerzo para el siguiente curso.

Galicia, sin decisión aún. En la reunión telemática, Carmen Pomar reclamó que «no exercicio das súas competencias, o Ministerio exponga os criterios dende un ámbito xurídico preciso. Pero deixou en máns das administraicións e dos centros eses criterios. Isto pode provocar desigualdades territoriais, tamén no mesmo territorio».

pensar en el curso 20/21

Lo esencial. Siguiendo la propuesta de Navarra, hay que considerar este trimestre y los del curso que viene un todo, quitar lo accesorio y dejar lo esencial.

Refuerzo todo el año. Los alumnos que hayan cerrado en falso este curso deben contar para durante todo el curso que viene con apoyo para recuperar.

Medir la madurez también en 2.º de bachillerato

El Ministerio de Educación quiere llevar a sus últimas consecuencias la máxima de una evaluación flexible y adaptada a las circunstancias. Tanto es así que los criterios de evaluación se basan en los mismos preceptos en primaria que en segundo de bachillerato. En el acuerdo se dice que los alumnos promocionarán de forma preferente «basándose en la evolución del alumno o alumna en el conjunto de las materias y su madurez académica en relación con los objetivos del bachillerato y las competencias correspondientes. No serán tenidas en cuenta limitaciones que afecten al número de áreas pendientes. El equipo docente valorará la adquisición suficiente de los objetivos generales de bachillerato que permitan al alumno o alumna continuar su itinerario académico».

«Los criterios de evaluación serán la superación de los objetivos generales del bachillerato»

Tal y como explicó Isabel Celaá, la titular de la cartera, «en todas las comunidades tenemos alumnos que no tienen conexión a Internet», que la ministra atribuyó a una brecha digital que enmascara una social. Y ahora, «en circunstancias excepcionales, tenemos que salvaguardar lo esencial: criterios de evaluación serán la superación de los objetivos generales del bachillerato». Eso, dijo Celaá «siempre ha estado en mano de los equipos docentes, y lo equitativo, lo justo, es que hoy la promoción sea la norma general».

No hay ABAU telemática

Ante la pregunta de si había un plan b por si las condiciones sanitarias no permitían celebrar la selectividad de forma presencial, Isabel Celaá, que ha tenido que darle la vuelta al curso de 8 millones de alumnos en cinco semanas, dijo que no estaba previsto pero que si era necesario se buscarían alternativas.

«Isto demostra que a figuar do profesor na aula é insustituible»

«Isto demostra que a figuar do profesor na aula é insustituible. Alegrámonos que dende a sociedade se deran de conta da importancia que temos». Lo dijo Julio Díaz, del sindicato ANPE, para valorar el acuerdo de la sectorial, porque son los profesores y el claustro los que van a decidirlo todo, aunque también pidió criterios claros y comunes en todas las comunidades.

Este no fue el único sindicato que ha visto con buenos ojos la resolución del curso; la CIG, según dijo su secretario xeral Suso Bermello a Europa Press, la filosofía del acuerdo es «correcta» aunque acusa el retraso de la decisión y teme que suponga una sobrecarga para el docente en los próximos años. Y José Fuentes, de CC.OO. Ensino, aplaudió que la promoción y el aprobado esté vinculado «exclusivamente» a los contenidos que se impartieron «de forma presencial».

Por parte de las familias, Anpas Galegas fue la primera en opinar, y Fernando Lacaci, su presidente, echó de menos normas claras porque «as familias quedan igual» que estaba y no saben qué hacer. «Non merecemos este desastre de gobernantes», dijo en referencia al ministerio y consellería. Rogelio Carballo, de Confapa (Ceapa en Galicia), se mostró a favor: «Valoramos positivamente que las directrices que ha indicado el ministerio sean fundamentalmente las mismas que indicamos en el comunicado conjunto con ANPAS Galegas y los sindicatos», aunque teme que no se cumpla por igual en todas las comunidades.

¿Hay o no hay aprobado general?

No es lo mismo aprobar que pasar de curso; no es lo mismo evaluar que valorar. Y los matices que diferencian estos términos, además del uso popular de cada uno y lo revolucionario del planteamiento del ministerio (por más que sea cumplir la ley), provocaron ayer un pequeño lío.

El aprobado general es dar a todos los alumnos de un curso (o de un país, en este caso) la misma nota, un cinco. En ningún caso se valoró hacer algo semejante, e Italia, que anunció la medida, también contempla que haya notas. Celaá recordó que hay muchos alumnos que buscan la excelencia, profundizar en sus conocimientos y forzar sus capacidades cognitivas. No dijo que entrar en ciertas carreras u optar a becas de estudio en el extranjero también presionan a los alumnos para dar lo máximo.

Pero sí es cierto que lo que propone el equipo del ministerio se parece mucho, en la práctica, al aprobado general, porque el objetivo es que los alumnos pasen de curso sin pararse mucho en si el estudiante tiene un 4 de media en Química. La idea es ver si ese alumno puede poner en práctica las competencias básicas de ese curso. Y ojo, dice competencias, no conocimientos. Porque como puntualizó la ministra y toda la comunidad educativa comparte, España tiene un «currículo profuso, amplísimo, enciclopédico». ¿Ejemplo? Historia de España de 2.º de bachillerato: del Paleolítico a Zapatero en 9 meses, y con la selectividad.

Después está en el asunto de la evaluación. ¿Cómo será? Ya no se habla tanto de tercera evaluación como de tercer trimestre. La base del boletín de notas se forjó hasta marzo. Eso lo tienen claro profesores y Administración. Y este tiempo extra, que no lo es, servirá para aprender aquello que no se sabe y mejorar el expediente. Y sí hay que evaluar, dice Isabel Celaá, aunque posiblemente lo que dice es que hay que «valorar». Porque nada de lo que se deje de hacer ahora puede bajar la nota, solo subirla. Ante la pregunta de un periodista de qué criterios servirán para ser más benevolente en la «evaluación», Celaá y su segundo, Alejandro Tiana, le contestaron que ningún alumno puede salir perjudicado, precisamente porque nadie sabe lo que pasa en cada casa; una pregunta, por cierto, que se hizo por poderes porque hubo muchos fallos de conexión.