Los directores de centros públicos, a favor de evaluar los dos primeros trimestres

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Sandra Alonso

Creen que en lo que falta de curso solo debe darse la materia nueva imprescindible

19 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Federación de Directivos de Centros Públicos de Educación Infantil y Primaria, que agrupa a asociaciones de directores de Galicia, País Vasco, Aragón, Andalucía, Valencia y Murcia, está conforme con la mayoría de los acuerdos que se adoptaron el miércoles en la Conferencia Sectorial de Educación para articular el tercer trimestre del curso y el inicio del siguiente. Así, sobre la evaluación del curso, uno de los aspectos sobre los que más se ha discutido en las últimas semanas, el colectivo cree que debe adaptarse «teniendo en cuenta sobre todo los dos primeros trimestres», y «sin penalizar las dificultades encontradas en el final de curso».

Además, durante este último tramo del curso creen que deben priorizarse, tal como se estableció en la Conferencia Sectorial, actividades orientadas a consolidar el aprendizaje adquirido hasta ahora, introduciendo solo los aspectos nuevos que se consideren imprescindibles y que puedan llegar a todos los alumnos.

La excepcionalidad de este final de curso influirá necesariamente, apuntan los directores de centros, en el curso que viene. Pero para que ese efecto sea el menor posible proponen elaborar planes para la recuperación y para adaptar el currículo. Estos deben centrarse en actividades de refuerzo y consolidación orientadas a «desarrollar las competencias que permitan a los alumnos continuar su proceso de aprendizaje» sin que este se resienta de este período anómalo que ha provocado el virus.

Los directores de centros públicos ponen el foco en algunos colectivos a los que creen que hay que prestar especial atención, como la educación infantil, sobre la que echan en falta referencias, o la educación especial: «Las medidas que se adopten no pueden mermar, más bien al contrario, han de propiciar el aumento de los recursos tanto personales como materiales destinados a este alumnado».

Otro de los factores que deben tenerse en cuenta mientras no se recuperen las clases presenciales es la brecha digital y social. Los directivos apuntan que «son los alumnos de familias con menos recursos materiales, personales y sociales los que más están sufriendo las consecuencias». Por eso «nos hemos de dotar de las herramientas que ayuden a minimizar esas desigualdades sociales», dicen.

La federación considera también esencial planificar adecuadamente la vuelta a las aulas: «Habrá que adoptar todas las medidas sanitarias que garanticen la presencia segura de alumnos y personal docente y no docente en los centros», argumentan. Y habrá también, creen, que «prestar mucha atención a los aspectos emocionales».

Las preguntas de los padres

Mientras, la Confederación de ANPAS Galegas ha hecho una serie de preguntas a la Consellería de Educación sobre sus instrucciones para el tercer trimestre del curso. Entre otras cosas, los padres quieren saber si se va a avanzar o no en los contenidos, cómo se estructurará la recuperación de asignaturas suspensas, cómo se va a identificar al alumnado desconectado o si se va a realizar alguna prueba específica para titular en 4.º de ESO y en 2.º de bachillerato.

¿Habrá varios modelos para el fin de curso?

El acuerdo sobre el fin de curso alcanzado el miércoles en la Conferencia Sectorial de Educación que reunió a Gobierno y comunidades no fue en absoluto unánime. El documento de medidas -que huye del aprobado general pero prevé como norma general que los alumnos pasen de curso y que la repetición sea «una medida excepcional»- fue contestado y rechazado al día siguiente por cinco comunidades. Madrid, Murcia, Andalucía y Castilla y León consideraban que esos acuerdos generaban «agravios» y «desigualdades», y reclamaron una legislación concreta y precisa sobre los criterios de evaluación, promoción, repetición y titulación de los alumnos para apoyar el plan presentado por la ministra Celaá. Mientras, el País Vasco anunció ya entonces que trabajaba para elaborar su propia hoja de ruta para el final del curso escolar.

Desde entonces, y aunque la ministra de Educación ha reiterado que su objetivo es que el acuerdo sea apoyado por todas las comunidades, las posturas no se han acercado en absoluto. Al contrario, la incógnita de si habrá acuerdo, si Madrid impondrá su hoja de ruta o si se articularán diferentes fórmulas para cerrar el curso sigue abierta.

El lendakari vasco, Íñigo Urkullu, presentaba el viernes un plan de transición que, entre otras cosas, prevé la creación de un protocolo específico para el ámbito de la educación en el que se regularán los criterios de evaluación y los escenarios de vuelta a las aulas.

Ayer mismo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, volvió a expresar su oposición al documento de medidas apuntando que su Gobierno no favorece «el gratis ni el regalo» y que no quiere dar «una generación de alumnos por perdida por culpa del coronavirus». Pese a ello, Ayuso pide al Gobierno central que no delegue a las comunidades autónomas las decisiones «complejas» y que marque pautas iguales «para todos». Porque, dijo, aunque «cree en el esfuerzo, en la capacidad y en el mérito de los alumnos», ve un sinsentido que cada comunidad autónoma tome sus propias decisiones y que los alumnos, «dependiendo de dónde estén estudiando, se encuentren con unas reglas o con otras».

En el caso de Galicia, aunque tanto el presidente de la Xunta como la conselleira de Educación mostraron su disposición a acatar la decisión que tome Madrid, también pusieron peros a la programación del fin de curso y, de hecho, Núñez Feijoo pidió a la ministra que aclare con cuántas materias podrán los alumnos pasar de curso.

Celaá no prevé aplazar la selectividad hasta septiembre

La ministra de Educación, Isabel Celaá, no contempla la opción de aplazar las pruebas de acceso a la universidad hasta septiembre en el caso de que la pandemia del coronavirus impidiera los exámenes presenciales en el calendario previsto, entre finales de junio y principios de julio. En una entrevista con Europa Press, la ministra descarta esta opción porque «sería mucho esfuerzo para el alumnado, que está trabajando mucho y muy bien desde el pasado mes de septiembre» en la preparación de las pruebas. Celaá admite, sin embargo, que no ha pensado en una alternativa en el caso de que las autoridades sanitarias desaconsejen la celebración de la selectividad a principios de verano.

Además, Educación mantiene la esperanza, siempre que lo permitan las autoridades sanitarias, de que los estudiantes de enseñanzas no universitarias puedan regresar a las aulas al menos unos días en junio, antes de que finalice el curso, aunque tengan que hacerlo con mascarilla.