La coruñesa desaparecida en el 2016 en Lugo se marchó voluntariamente

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Policía Nacional

Un vecino de su actual lugar de residencia la reconoció en la foto que difundió la Policía Nacional

07 may 2020 . Actualizado a las 23:48 h.

Fue un vecino el que la reconoció al ver la fotografía en La Voz. Así se enteró de que aquella mujer a la que conocía se encontraba en paradero desconocido desde el mes de noviembre del 2016. Cuatro años en los que los especialistas de la Policía Nacional la estuvieron buscando. El hombre la identificó pese a que en la actualidad está bastante cambiada respecto a la foto del periódico. Cuando desapareció, la mujer tenía 43 años.

El vecino avisó a las fuerzas de seguridad y les contó que él sabía dónde estaba la mujer de la foto. Desde ese momento, la policía no tuvo problemas para dar con ella. Pero antes sí que los tuvo, y muchos. Durante cuatro años, los investigadores realizaron numerosas gestiones para intentar dar con el paradero de la mujer, hija de una conocida farmacéutica coruñesa ya fallecida. Pero no era fácil. Parecía que se la había tragado la tierra. Se desconocen cuáles fueron los motivos de su marcha, si estos eran económicos o de otra índole. Lo único cierto es que el 1 de noviembre del 2016 la mujer decidió desaparecer y poner las cosas difíciles para que la encontrasen.

En esa fecha, la mujer residía en Lugo. Esa era, al menos, la última localización que tuvieron los familiares, que esperaron casi un año para poner la denuncia por desaparición. La presentaron en una comisaría de la ciudad de A Coruña, donde reside la familia, aunque judicialmente el caso se instruía desde Lugo.

La mujer se marchó voluntariamente, se encuentra en buen estado y no quiere tener contacto con sus allegados. Así se lo dijo a los primeros policías con los que habló tras ser reconocida por el vecino en la localidad gallega en la que reside ahora, y de la que no quiere que se dé ningún dato para evitar su localización.

Los investigadores de la Policía Judicial de la Policía Nacional de A Coruña habían hecho decenas de gestiones, de llamadas telefónicas, de entrevistas con conocidos, con amigos. Pero nadie sabía nada de ella. Los inspectores contemplaron todas las hipótesis, desde que la mujer hubiese sufrido un accidente de tráfico y que incluso pudiese haber perdido la vida, por lo que realizaron las averiguaciones habituales en este tipo de casos. Todo se tuvo en cuenta y se analizó. Tanto tiempo sin tener noticias era extraño para los investigadores.

Colaboración ciudadana

La colaboración ciudadana fue fundamental en la resolución de esta desaparición, como reconocen los investigadores. Ante la falta de pistas, la Policía Nacional decidió difundir los datos y la imagen que tenía de la mujer en un último intento por resolver el caso, que llevaba cuatro años atascado. Su ficha se trasladó al Centro Nacional de Desaparecidos, del Ministerio del Interior, y esa información se publicó también en la base de datos de la Comisaría General de la Policía Judicial. Fuentes policiales admiten que «es muy difícil» localizar a una persona que, como en este caso, decide desaparecer voluntariamente.

Interior analiza todas las desapariciones

«Localizada». Esa es la palabra que aparece sobre la ficha que se abrió de la coruñesa en la base de datos del Centro Nacional de Desaparecidos, organismo que depende del Ministerio del Interior y que coordina de manera permanente el sistema de búsqueda de personas desaparecidas que utilizan los cuerpos de seguridad. En ese organismo figuraban los datos de la coruñesa desaparecida en Lugo en el año 2016. La información que se incluye en esa gran base de datos se analiza y se cruza con los de otras investigaciones policiales y con los de cuerpos sin identificar.