El presidente de la Xunta escuchará este jueves a los partidos de la oposición tras remitirles los informes sanitarios y jurídicos que recomiendan adelantar al máximo los comicios para evitar riesgos de rebrotes
13 may 2020 . Actualizado a las 17:48 h.Galicia votará el 12, el 19 o el 26 de julio, y atendiendo a las palabras de Feijoo, parece que será más pronto que tarde. «Axiña» fue el término utilizado para justificar una decisión indelegable del presidente de la Xunta y que por primera vez en las cuatro décadas de autonomía, tras la suspensión de los comicios en abril, incluye una consulta previa con los partidos de la oposición. El Gobierno gallego enviará esta tarde a las principales formaciones los informes epidemiológicos realizados por tres sociedades clínicas y un experto en epidemias y un estudio jurídico realizado por los letrados de la Xunta. Todos coinciden en señalar el verano como una etapa de riesgo para un rebrote del coronavirus, por cuanto estará abierta la movilidad, al menos entre las comunidades autónomas. Galicia, explicó Feijoo en una rueda de prensa convocada esta misma mañana, ha estado muy poco expuesta al virus, como queda constatado en los resultados provisionales del amplio rastreo epidemiológico entre 50.000 personas, que solo detectó contactos en un 1 % de la población. Esta circunstancia hace más vulnerables a los gallegos ante posibles contactos que tendrían repercusión avanzado el verano o incluso en el otoño, que es la otra época posible para celebrar los comicios (hasta el 26 de octubre como máximo).
Cuando los partidos decidieron por unanimidad suspender la fecha de abril la Junta Electoral advirtió que sería necesario iniciar el proceso de cero, lo que por ley obliga a establecer un período de 54 días entre el decreto de convocatoria y el domingo escogido. Entre una y otra fecha tendrá lugar la presentación de coaliciones y listas definitivas, entre otras cuestiones. Con esa premisa, el 5 de julio queda fuera de juego hoy mismo como posible domingo hábil, restando tres posibilidades más durante el mes de julio: el 12, el 19 o el 26. Esta última fecha parece descartada por los presidentes Urkullu y Feijoo, que en los últimos días han mantenido contactos para hablar sobre la convocatoria. El rechazo estaría justificado por la coincidencia del día de reflexión con el festivo del 25 de julio, Día de Galicia, que tampoco es laborable en el País Vasco.
La coincidencia de ambas citas es segura tras las palabras de Feijoo, pero también por el calendario que fijó el lendakari hace tres semanas, cuando anunció que volvería a hablar con los partidos mañana, día 14, lo que permite sospechar que el día 5 de julio nunca estuvo en los planes de los mandatarios. Entre el 12 y el 19 gana ahora enteros la primera fecha, porque cumple con ese mandato clínico de convocarlas «axiña», y también deja algo más de tiempo para organizar el Gobierno. En condiciones normales, el nuevo Parlamento se debe constituir como máximo un mes después de la cita electoral, pero puede adelantarse y quedar configurado a finales de julio o principios de agosto, permitiendo de inmediato al presidente electo elegir a los miembros de su Ejecutivo.
Feijoo aseguró que si en las consultas de mañana hay pocas reticencias podrá fijar la fecha cuanto antes, y en caso contrario, probable tras las declaraciones de los últimos días de los líderes políticos, se tomará unos días de reflexión. Si la idea es votar el 12 de julio, no debería ir más allá en su reflexión del próximo martes, de forma que el decreto salga publicado el miércoles 20.
Ana Pontón, contraria a las elecciones en julio: «Non se dan as condicións sanitarias nin democráticas»
Antón Gómez-Reino, candidato de Galicia en Común, reprueba el anuncio de Feijoo y haberse enterado por televisón
El BNG ha censurado la decisión del presidente de la Xunta de convocar las elecciones «o máis axiña posible», es decir, en julio. Para la candidata nacionalista, Ana Pontón, Feijoo «volve facer gala da súa prepotencia e falta de diálogo, e ante a escolla de defender a saúde de todos os galegos e galegas escolle convocar eleccións». En la actual situación de pandemia y con la declaración del estado de alarma, «non se dan as condicións sanitarias nin democráticas exixibles», ha dicho. «Desde hai tempo, Feijoo ten a intención de facer coincidir as eleccións co anuncio de Urkullu constatando que vai a rebufo das decisión de Euskadi», apuntan desde el Bloque.
Para los nacionalistas hay además dudas sobre la capacidad del presidente gallego de poder convocar unos comicios en plena situación de alarma: «En Galiza foi asinado un acordo a través dun decreto publicado no DOG para convocar as elección tras o levantamento do estado de alarma, ni un minuto antes nin un minuto despois». «Ninguén pode garantir que se produzan novos repuntes na fase de desconfinamento ou no mes de xullo e así llo trasladaremos mañá a Feijoo», durante la cumbre que tendrá con todos los partidos y de la que podría salir la fecha definitiva.
En otro partido de la oposición, Galicia en Común (alianza de siete marcas diferentes como Podemos, Anova, EU y varias mareas municipales), tampoco ha sentado nada bien el anuncio de Feijoo, tanto por el fondo como por las formas: «Mentres se está celebrando un pleno no Parlamento de Galicia, Feijoo, desprezando os mínimos democráticos, comparece na TVG para ocultar o debate no Parlamento e tratar de forzar eleccións no verán». «Anuncia (por TV, claro) que convoca á oposición. Un demócrata», ha dicho Antón Gómez-Reino, candidato de esa formación.
El Gobierno pide «máxima prudencia» para celebrar elecciones
El ministro de Sanidad, el socialista Salvador Illa, no ha querido garantizar este miércoles en el Congreso que se puedan celebrar elecciones vascas y gallegas durante el mes de julio y lo condiciona a la evolución de la pandemia del coronavirus, y en todo caso ha pedido actuar «siempre con prudencia».
«Vamos a ver si la evolución de la epidemia nos permite celebrar elecciones en un horizonte próximo, cosa que yo desearía porque sería que hemos seguido en este camino de vencer a la epidemia», ha afirmado Illa en la sesión de control, a preguntas de Vox, partido que ha afirmado que la autorización a esos comicios -incluido, tras pedirlo el PNV, en la última prórroga del estado de alarma- obedece a «razones políticas, no sanitarias» para beneficiar al PNV, que tiene «pavor» a un tripartito entre el PSE, Bildu y Podemos..
A juicio del ministro, tanto Galicia como el País Vasco actuaron «con muy buen criterio» cuando, al inicio de la pandemia, decidieron suspender la convocatoria de las elecciones autonómicas que tenían previsto celebrar en abril. Y ahora, en fase de desescalada, cree Illa que «hay que actuar con muchísima prudencia», teniendo en cuenta la evolución de la epidemia del covid-19 y dando «prioridad absoluta a la salud de las personas. «Vamos a ir viendo y estoy seguro de que todo el mundo va a actuar siempre con prudencia», ha señalado, reiterando su «respaldo absoluto» al marco competencial.
La propuesta de celebrar las elecciones en julio partió del proipio Iñigo Urkullu, que al igual que en Galicia, es el único competente para convocar los comicios. En la reunión en la que se acordó aplazar los previstos para el 5 de abril se comprometió a discutir previamente la fecha con el resto de los partidos, lo que sucederá mañana. También en Galicia Feijoo se comprometió a verse antes con la oposición, pero no hay fecha para ese encuentro.
El PNV insistió en la necesidad de hacer los comicios en julio para tener un Gobierno y un Parlamento plenamente operativos en otoño para hacer frente a la crisis económica y también argumentó razones sanitarias para preferir julio al otoño. Sus socios socialistas también ven conveniente tener un Parlamento a plenas funciones, pero evitan decantarse abiertamente por julio y apelan a la necesidad de tener completas garantías sanitarias para hacer las elecciones. Sin embargo, los tres partidos de la oposición (EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP) rechazan la propuesta frontalmente y defienden dejarlas para otoño, una vez superada la pandemia de coronavirus y alcanzada la «nueva normalidad».