
Antes de ser alcalde de Ourense, se hizo popular con denuncias judiciales; ahora, en sus horas más bajas, son los suyos quienes le aplican su propia medicina
08 sep 2020 . Actualizado a las 12:43 h.Gonzalo Pérez Jácome se estrenó en la política ourensana con un mensaje muy claro: había llegado para ser el azote de la corrupción y para denunciar los desmanes de los grandes partidos. Desde la oposición desfiló en numerosas ocasiones hasta el juzgado para llevar supuestas ilegalidades de los sucesivos gobiernos de la ciudad. Ahora que es el alcalde, quieren hacerle probar de su propia medicina. Pero poco podía imaginar Jácome que serían sus propios compañeros los que le harían pasar por ese mal trago. Son sus horas más bajas desde llegó al poder en junio del 2019 tras un acuerdo con el PP para repartirse Ayuntamiento y Diputación.
Cinco de sus siete concejales han presentado un escrito en la Fiscalía para que investigue la gestión económica del partido que fundó en el año 2001. «Denunciar las irregularidades va en el ADN de Democracia Ourensana». Son palabras de Miguel Caride que, antes de recibir la oferta de Jácome para incorporarse a la lista, era precisamente el abogado que defendía los intereses de Democracia Ourensana en la constante batería de denuncias que el partido impulsó contra los gobiernos anteriores: «No vamos a hacer una excepción con la persona que está encabezando el partido», añade.

Si la carrera política de Gonzalo Pérez Jácome acabase por esta crisis, sería un curioso desenlace para alguien que en el año 2005 decía esto en La Voz: «Lo nuestro es luchar contra el poder establecido y lo hacemos con parodias o escenas cómicas en Auria TV. Y con nuestro superhéroe, Miño Man, que simboliza la lucha contra el poder establecido». Se refería entonces a su televisión privada, un medio que le ayudó a lanzar su popularidad en la ciudad y que sigue sirviendo de altavoz para su partido. La difusa línea entre sus negocios y la política siempre han sido objeto de críticas de otros partidos y ahora estas llegan también desde dentro de su propia formación.
En el 2003 se estrenó en unas municipales; 284 votos. Jácome tuvo que remar mucho y con poca ayuda para ir sumando apoyos poco a poco hasta que en el 2011 logró por primera vez representación en la corporación municipal. Entró con dos concejales y su estilo nada ortodoxo pronto llamó la atención. Sus intervenciones, en muchos casos insultantes, hicieron que fuese expulsado de los plenos en varias ocasiones. Esa polémica iba alimentando cada vez más su popularidad.
Y pronto llegaron los problemas. Poco antes de las elecciones del año 2015, en las que ya se intuía un crecimiento de Democracia Ourensana, la hasta ese momento única compañera de Jácome en el Concello de Ourense, Susana Gómez Valencia, dimitió por discrepancias con el líder. «Cada uno iba en una dirección, y el proyecto es de él», dijo ella entonces. Aquello no tuvo ningún impacto en las aspiraciones electorales de DO, que ese año 2015 consiguió su mejor resultado: segunda fuerza, ocho concejales y 13.679 votos.
En ese mandato, Jácome mantuvo su estilo y, pese a que también se produjeron otras dimisiones, en las siguientes elecciones, las de mayo del 2019, logró por fin acceder a la alcaldía. Lo consiguió a pesar de sufrir un desgaste (tercera fuerza, siete concejales y 12.011 votos) gracias a una coalición con el PP. A cambio, DO se comprometió a mantener como presidente de la Diputación ourensana a José Manuel Baltar, un político con el que Jácome había sido tan duro que llegó a calificarlo como «psicópata de corbata».
Ese acuerdo fue muy criticado porque, durante la campaña electoral, Jácome había hecho bandera del combate al baltarismo. «Vota a Democracia Ourensana. Podemos echar a Baltar de la Diputación», pregonaba en aquellos días el robot que el líder independiente contrató para atraer a los votantes desde su puesto informativo en pleno centro de Ourense. Del insulto al abrazo medió tan poco tiempo que hubo quienes entendieron que aquello suponía la sentencia de muerte para el eslogan que siempre ha utilizado Democracia Ourensana: «Ni de izquierdas, ni de derechas. De Ourense».
