
El popular inicia su cuarta legislatura entre críticas y manos tendidas para superar una situación excepcional
03 sep 2020 . Actualizado a las 20:41 h.El Parlamento de Galicia trasladará al rey este viernes la primera gran decisión desde las elecciones del 12 de julio de la Cámara gallega, en la que el voto de los 42 diputados del PPdeG, la mayoría, han valido para nombrar por cuarta ocasión presidente de la Xunta a Alberto Núñez Feijoo. Los otros dos partidos que alcanzaron representación, el BNG y el PSOE, votaron en contra del líder popular y en sus discursos durante la investidura realizaron unas radiografías críticas de la situación, y sin embargo no faltaron llamamientos por todas las partes para abordar con diálogo y mano tendida los retos inminentes de la comunidad, que consistirán en hacer frente a la pandemia e impulsar la reactivación socioeconómica.

En una jornada dividida en dos sesiones, matinal y vespertina, la Cámara gallega ha recuperado cierta intensidad política con la segunda jornada de la investidura del candidato del PPdeG, que respondió este mediodía a los discursos de los portavoces del BNG y el PSOE. Pese a que las reflexiones de Ana Pontón y Gonzalo Caballero transitaron por cauces previsibles de crítica a la labor del Gobierno en los últimos once años y a la gestión de la pandemia, Alberto Núñez Feijoo no dejó de expresar su sorpresa por algunas consideraciones que consideró «inxustas», sobre todo en lo que se refiere a las decisiones tomadas en los últimos meses, que centró las críticas del Bloque; y en el escenario económico de Galicia, en el que incidió el portavoz socialista. El aspirante a ocupar la Presidencia de la Xunta por cuarta ocasión consecutiva recurrió a las cifras para rebatir a sus adversarios, pero en más de una ocasión zanjó su discurso apelando a la confianza que los gallegos le acaban de otorgar en las urnas.

PSOE y BNG adelantaron que pondrán la lupa a la gestión de las residencias en Galicia, sobre las que Feijoo se ofreció a hablar «con seriedade» y teniendo como referencia las cifras comparativas con otras comunidades y con la gestión del Gobierno central. Este y otros asuntos marcaron la pauta de su defensa, que se refirió a Gonzalo Caballero cuando tocaba hacer reproches al Gobierno central, y a Ana Pontón para desacreditar buena parte de sus afirmaciones, además de minimizar en varias ocasiones la influencia del diputado nacionalista en el Congreso.
La propuesta de Feijoo de sacar la sanidad del debate político generó alboroto y risas entre las filas de la oposición, más agitada que en la primera sesión de la investidura, y en vista de que su idea caía en saco roto, pidió al menos unanimidad parlamentaria para respaldar las medidas que tome el comité de expertos del Sergas.

Pontón y Caballero coincidieron en el planteamiento esencial de sus propuestas, basadas en la «defensa do público» y en el desarrollo de las competencias de Galicia, y desde la discrepancia con el PPdeG ofrecieron manos tendidas para pactos en grandes asuntos y en especial en la gestión de la contención del virus y la reconstrucción de Galicia, pero esa propuesta no evitó un amplio repertorio de críticas que la nacionalista personalizó con ataques contra Feijoo, mientras que el socialista se mostró más descriptivo a la hora de exponer su visión de la comunidad, en la que ve graves deficiencias en materia sanitaria, educativa y social.
Los dos líderes de la oposición pidieron unas políticas distintas, razonamiento que contestó el portavoz popular, Pedro Puy, que atendió las ofertas al diálogo siempre que se tenga como referencia al partido mayoritario, cuyo programa ha sido avalado por las urnas. Feijoo no pidió el voto de la oposición, «non me atrevería», pero si «axuda, porque nunca vivín unha situación como esta, vai facer falta e os galegos o precisan, e o merecen».
