Los gallegos de Liechtenstein construyen con sus propias manos su nuevo local social

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

Varios emigrantes, todos de la Costa da Morte, arreglando el local social
Varios emigrantes, todos de la Costa da Morte, arreglando el local social MANUEL FIGUEROA

La comunidad gallega en el país está formada por unas 300 personas

25 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La comunidad gallega en Liechtenstein es pequeña, poco más de 300 personas (la inmensa mayoría, de la Costa da Morte y zonas limítrofes), pero notable para un pequeño país de 38.000 habitantes. Asentada e integrada, es casi como una parroquia más de la comarca, con un centro social histórico, el Santiago Apóstol, que lleva 40 años de funcionamiento.

Su local social de siempre, situado en Schaan, muy cerca de Vaduz (en el Principado todo está cerca, incluido el Rin, que lo separa de Suiza), pertenecía al municipio, pero hubo que derribar el edificio y los gallegos se quedaron sin su acogedora sede, que ha visto con regularidad desde comidas a conferencias de cónsules, pasando por torneos de truco, asambleas o simples charlas de bar y restaurante que ejercían casi de embajada española, con una terraza muy agradecida en los días de calor, que no son tantos. Entre esas mesas correteó, por ejemplo, Quintáns, el jugador de la selección nacional de Liechtenstein, cuyo padre es de Dumbría.

Ante la falta de local, la directiva del Santiago Apóstol tomó la decisión de habilitar otro. No fue fácil. Pero finalmente apareció uno, en Gamprin (más al norte), que fue una mueblería, y que está siendo preparado entre varios emigrantes, como en los viejos tiempos: cuando salen de trabajar, los fines de semana... Llevan un mes y pico con las obras de acondicionamiento del nuevo local y faltará otro tanto para terminar. Manuel Figueroa, presidente de la asociación desde hace treinta años, agradece mucho esa ayuda, sin la que sería imposible tener una sede. «É como cando faciamos as traídas de auga entre os veciños na parroquia», bromea.