Un lucense abstemio da positivo tras soplar por un alcoholímetro desinfectado con gel

Miguel Cabana
miguel cabana LUGO / LA VOZ

GALICIA

Ana Garcia

En la primera prueba, el resultado fue de 0,36. Tras probar con otro aparato fue de 0,04, pero también había sido limpiado con el desinfectante

17 oct 2020 . Actualizado a las 17:50 h.

Un lucense fue sometido a un control de alcoholemia el pasado día 25 cuando salía de la A-8 en la localidad asturiana de Tapia de Casariego. Los agentes de Tráfico lo pararon en un control rutinario. Iván P. B. accedió a hacer la prueba porque es abstemio, pensando que el alcoholímetro arrojaría el resultado de siempre: 0,0.

Cuando vio que el aparato marcó 0,36 y el agente le dijo que sobrepasaba claramente el límite de alcohol espirado para ir al volante, se quedó de piedra. «Yo ni siquiera sabía en cuánto estaba el límite para mí, (0,25), porque siempre me da 0,0 y no me preocupo de eso», aseguró el conductor, que reconoció quedarse «muy sorprendido» al ver el resultado de la prueba.

Segunda prueba

«Le dije al agente que el aparato debía estar mal, porque yo no bebo alcohol. Entonces, muy amable, quizá al verme tan confuso, dijo que no me preocupase, que traería otro alcoholímetro por si aquel estaba averiado», continúa.

Iván dice que, en pocos segundos, el agente sacó otro medidor del coche, lo desinfectó con un espray hidroalcohólico delante de él, poniendo especial atención en los cantos del aparato donde tenía que poner los dedos para realizar una segunda prueba. «Soplé de nuevo y volvió a saltar la sorpresa: arrojé 0,04 de alcohol en aire espirado. Evidentemente, mucho menos que el límite de 0,25, y que 0,36 del otro resultado, pero inexplicable para alguien que no prueba el alcohol», recuerda Iván tras el segundo test en el control de alcoholemia.

Uso repetido del gel

El lucense apunta que el agente también se quedó sorprendido al comprobar que los dos alcoholímetros daban valores tan dispares. A continuación, Iván, que es un funcionario acostumbrado a trabajar con análisis y conoce la química, sospechó que el gel hidroalcohólico con el que desinfectaban los medidores pudo ser el causante, porque tiene un 70 % del alcohol, y probablemente eso era lo que estaba «emborrachando» los alcoholímetros.

«Los agentes, muy prudentes, me dijeron que me fuese y me creyeron». Iván considera que el alcoholímetro que estaban empleando inicialmente había realizado ya muchas pruebas y, entre una y otra, aplicaban un chorro de gel desinfectante en los aparatos, que iba haciendo subir su propia graduación.

«Seguro que eso ocurrió así hasta que llegó el primero que no prueba el alcohol y advirtió el error», deduce el conductor. «Por eso creo que el segundo aparato, al tomarlo por primera vez, con un solo rociado de gel, arrojó solo 0,04. Por eso ahora lo cuento a los amigos y conocidos, porque para quien ha bebido alcohol no es fácil detectar si el aparato sube de más por efecto del gel hidroalcohólico, que quizá no debería emplearse para ese fin», concluye.