Avispa velutina: Los diez años de la reina de las plagas
La alerta en Galicia saltaba en el 2010: la velutina estaba ya en el País Vasco
Periodista de La Voz de Galicia. Convencida de que siempre hay más que contar
Apicultores, investigadores y Administración llevan diez años intentando seguirle el paso al enemigo que llegó para quedarse. Se cumple una década de aquella primera alerta. La velutina había entrado en el País Vasco. «Acórdome. Xa seguiamos a evolución desde que no 2004 aparecera en Francia», explica Jesús Asorey, presidente de la Asociación Gallega de Apicultura. También lo recuerda Esther Ordóñez, en ese momento líder del colectivo. «Una cosa era sospechar qué podía pasar y otra ver la realidad. Sentimos impotencia».
La Voz de Galicia publicaba el 29 de noviembre del 2010 el primer reportaje sobre la amenaza de la avispa asiática. Un trabajo que se hacía eco de las investigaciones del instituto vasco Neiker. La velutina había llegado a Irún desde Francia. «Los apicultores y los técnicos de la Administración del País Vasco tienen un estrecho contacto con los especialistas franceses. Ya estaban alerta por la invasión de la avispa asiática en algunas zonas del país vecino. Entonces se estimaba que la desactivación de los nidos, junto con la captura de las reinas en primavera, podría ser suficiente. Resultó no ser así. La erradicación con las herramientas actuales no es posible. Aspiramos a minimizar el impacto», explica Ana García. Esta investigadora vasca estudia cómo este insecto ha encontrado su acomodo en la zona de influencia atlántica de la comunidad, en concreto en Guipúzcoa y Vizcaya, pero también cómo la plaga está presente de norte a sur. «Todavía no sabemos si ha llegado a un equilibrio en el ecosistema, sin embargo en estos últimos años en Guipúzcoa, por ejemplo, vemos que el número de nidos retirados se mantiene más o menos estable. Se ha visto un descenso significativo en los nidos retirados entre el 2013 y 2019. Creemos que es a consecuencia de las condiciones climáticas desfavorables durante los meses de primavera», comenta.
Desde Neiker colaboran en el proyecto Interreg, coordinado por Galicia, en el que participan científicos portugueses, franceses y británicos. «Todos seguimos la misma estrategia: la detección y destrucción de los nidos de la forma más precoz. A corto plazo no parece que haya opciones de acabar con la velutina. Estamos aprendiendo a convivir con ella», dice mientras pone sus esperanzas en las investigaciones que se están realizando sobre los virus, bacterias y hongos que afectan a este insecto, así como el desarrollo de feromonas. «No hay barreras para las invasoras, y menos cuando un insecto posee tal capacidad reproductiva y de adaptación. Esperamos que de estos campos de estudio salga algún hallazgo que se pueda implementar pronto». Por el momento, esta experta remarca que la vespa velutina estará presente en el ecosistema a largo plazo. «Esta especie está en expansión por diversos continentes y países. No ha sido controlada en ninguno de ellos. Es probable que inicialmente se subestimase su potencial invasivo y se pensara que aquellos países o regiones que se vieron afectado lograrían obtener algún método eficaz de control».
«A corto plazo no parece que haya opciones de acabar con la velutina. Estamos aprendiendo a convivir con ella»
En Galicia, la velutina ha encontrado un paraíso. Presente en prácticamente todo el territorio, sus números no dejan de llamar la atención. Desde principios del 2020, Seaga ha eliminado 16.380 nidos. Más de 8.200 en la provincia de A Coruña y 4.800 en Pontevedra. «Hubo algo de descoordinación. Primero los retiraba la Administración, luego pasó a los concellos y después fueron las empresas. Se dieron bandazos, pero afirmar esto ahora es jugar con ventaja. Lo dijimos desde el principio: la velutina vino para quedarse», dice Ordóñez, que a día de hoy es veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia. Esta profesional siempre insiste en que los efectos de la avispa son más amplios que lo que tiene que ver con la miel. «Repercute en todo: en el medio ambiente porque afecta a muchas especies; en el forestal, por la tala de árboles; en el agrícola, porque hay nidos en el suelo o en el medio de las zarzas. Desde luego, su llegada fue un antes y un después. El costo de las explotaciones agrícolas ha aumentado: hay que poner trampas, líquidos o vaciar su contenido. Son kilómetros, material y tiempo», comenta.
¿El milagro de Baleares?
Hace solo unos días el Gobierno balear anunciaba que el suyo era el primer territorio europeo en erradicar la plaga. «A situación non é para nada comparable. Primeiro porque son illas. Todo alí é máis doado e colleron a praga ao principio. Poden volver verse afectados, pero non ten nada que ver co noso problema», explica Asorey. Y es que solo hay que comparar los números. En Baleares solo han localizado una treintena de nidos desde el 2018. En Galicia son unos 20.000 al año «Pensábase que chegaba outro individuo a maiores debido á globalización e aos efectos do cambio climático. Non pensabamos que fóran tan voraces comendo as abellas, que fixeran grandes niños ou que fóran familias tan numerosas. A Administración di que hai que convivir con ela ata que se naturalice no ambiente, pero á conta de grandes estragos», explica el presidente de los apicultores de la comunidad.
Desde la investigación gallega se ha seguido y se sigue muy cerca la evolución de la velutina y su comportamiento. «Aunque en principio se propagó por zonas costeras, actualmente está en zonas de montaña como en algunos ayuntamientos del interior de Lugo y en zonas más occidentales de Ourense. Hay factores aquí que han favorecido su expansión: su alta tasa de reproducción, la gran cantidad de alimento que encuentran en Galicia, los escasos depredadores y la baja competencia de otras especies. Debemos prepararnos para convivir con esta especie», explican las investigadoras de la Universidade de Vigo Shantal Rodríguez, Carmen Seijo y Ana Dieguez. Este equipo comenzó su trabajo en colaboración con los apicultores en el 2017, en pleno azote de la plaga.Venían de estudiar el mundo de la miel y otros productos apícolas. «Esta investigación fue tomando importancia en nuestro laboratorio de forma paralela a la preocupación que causaba, no solo en la apicultura, sino a nivel social. La velutina generaba y genera una gran alarma debido a la construcción masiva y descontrolada de nidos y a su picadura letal en personas de riesgo», asegura este equipo que realiza su trabajo desde el campus de Ourense. Creen que el factor fundamental en el que la investigación y la sociedad va por detrás de la plaga tiene que ver con los factores que favorecen su expansión. «Los métodos de control no son eficaces para erradicarla. No se han logrado disminuir las poblaciones, por eso es importante realizar estudios. No creemos que se pueda erradicar. Encontrar un método que permita convivir con esta especie en la colmena y reducir el número de nidos es fundamentan para disminuir el impacto en el ecosistema. Eso o habrá que esperar a que las abejas se adapten, ¿pero a qué precio?».
Si miran hacia atrás, estas investigadoras son de la opinión de que «siempre se puede hacer mejor», pero con matices: «Francia lleva desde el 2004 combatiendo y estudiando esta especie. A día de hoy, aunque sus conocimientos y prácticas van por delante de las nuestras, siguen teniendo serios problemas con los impactos que genera esta especie es sus ecosistemas. Eso sí, estas experiencias han permitido, tanto a Galicia como a otras áreas de la Península, contar con cierta información básica para reducir el choque abrupto que podría haber causado el avispón de no haberlo conocido previamente. Eso sí, al altitud y condiciones climáticas juegan un papel importante en su comportamiento, lo cual genera que cada año debamos aprender nuevos conceptos y lidiar contra nuevos comportamientos», sentencian.
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