El narco de Brasil que fingió su muerte huyó en avión de Lisboa a Kiev y Dubái hasta desaparecer
GALICIA
Carvalho, que organizó un alijo de 1.700 kilos de coca en Galicia bajo el alias de Paul Wouter, usó un avión de su compañía aérea
26 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Sérgio Roberto de Carvalho quemó su aventurada identidad falsa en Galicia. Respondía a Paul Wouter, nacido en 1965 en Guyana y con nacionalidad de Surinam. La primera, la real, lo sitúa en el 2017 escapando de su país, Brasil, para instalarse en Marbella y, con otra residencia en Lisboa. Lo acusaban de liderar una organización internacional de tráfico de cocaína en Portugal, Bélgica, Alemania, Emiratos Árabes Unidos y Holanda. Pero la coartada de Paul Wouter se cayó, en el 2018, por un alijo de 1.700 kilos de coca enviado a las Rías Baixas. Desde entonces no levantó cabeza. Incluso presentó pruebas falsas, constatadas, para esquivar el delito. El pasado noviembre, al conocer la petición de cárcel (13 años) por el porte a descargar en las Rías Baixas, a los pocos días, Paul Wouter fallecía. Se le dio por muerto.
Pero Sérgio Roberto de Carvalho siguió haciendo de las suyas. Lo primero fue dejar constancia documental de que el cadáver de Wouter se incineró. Lo segundo fue utilizar su medio de transporte favorito para moverse por la Península, avionetas. Subido a una llegó a Lisboa para buscar refugio y reorganizarse. Al fin y al cabo en Portugal tenía instalado al grueso de su gran emporio criminal en Europa. De ahí que las pruebas falsas aportadas en España, como una multa de tráfico oficial, procedieran del país vecino. En Lisboa le constan dos céntricos apartamentos, en propiedad, tasados en 2,5 millones de euros. También desde Lisboa, el 25 de noviembre del 2020, se subió a otro avión privado de una compañía aérea de su propiedad, de la que consta el nombre.
Rumbo al Este
El destino de aquel jet era la capital de Ucrania, Kiev. Un país donde alguien como Sérgio Roberto de Carvalho puede ocultarse a base de amistades influyentes y dinero. Dos días después de huir de Portugal, explotó una gran operación internacional entre Brasil, Portugal y España. Implicó el decomiso de 11,7 millones de euros en efectivo dentro de una furgoneta en Lisboa, y de 37 aviones en Brasil vinculados a la organización de Carvalho. Otra evidencia de su devoción por este medio de transporte. Kiev era tan solo una escala en el viaje planeado por Carvalho. Se sabe que abandonó el país para volar a Dubái, donde se le pierde la pista a finales del año pasado.
El bivalvo como coartada
Esa ciudad de los Emiratos Árabes no resulta ajena a la trayectoria de este narco con dos caras. Al menos la que atañe a su otro yo, Wouter, que al ser detenido por el alijo de Galicia alegó poseer dos empresas allí dedicadas a la importación y exportación de marisco. También en Marruecos, en el sector del bivalvo. De hecho, ese producto era la coartada que Paul Wouter presentó en su día para justificar reuniones con el segundo principal acusado, de Boiro, por los 1.700 kilos de cocaína. El juicio está señalado para marzo en Pontevedra y, dados los cargos, no se prevé que reaparezca.
Carvalho permanece en la sombra sabiéndose protagonista de una orden de búsqueda internacional que lo sitúa, según las autoridades de Brasil, exportando 45.000 kilos de coca a Europa entre el 2017 y su fuga en noviembre. La Policía Judiciaria lusa, esta semana, lo ha relacionado directamente con un avión en Brasil, listo para despegar, cargado con 578 kilos de coca. Todos los ocupantes, incluida la tripulación, fueron detenidos. Se trata de un jet privado utilizado para un asunto de trabajo por varias personas.