Bugallo, obligado a una cuestión de confianza al no lograr aprobar el presupuesto para Santiago

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Se someterá a ella el día 17 al rechazar las cuentas toda la oposición

13 mar 2021 . Actualizado a las 22:11 h.

El alcalde de Santiago, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, tendrá que vincular la aprobación de los presupuestos municipales de este año a una cuestión de confianza. Sus diez concejales (en una corporación de 25) fueron insuficientes para sacarlos ayer adelante. Le bastaba con la abstención del PP (8 ediles) o de Compostela Aberta (5) -el BNG, con dos, no es decisorio en este caso-, pero se encontró de frente con un contundente rechazo de toda la oposición, que le mantuvo el pulso hasta el final tras reclamar durante toda la semana una voluntad para el acuerdo que no apreciaron a lo largo del proceso negociador abierto a finales de enero. La lectura del gobierno ha sido otra: una posición no muy realista de las demandas opositoras con respecto a la capacidad del Ayuntamiento para asumir más gasto corriente, pese a que la disponibilidad presupuestaria se eleva este año a 125 millones, un 7 % más.

Ese incremento es una de las bazas que esgrimen los demás grupos para cuestionar la voluntad de los socialistas, a los que acusan de valerse de la complicada situación que está dejando la pandemia para forzar un apoyo por su parte sin contraprestaciones. Y Bugallo recurre precisamente a los gastos extraordinarios que exige la pandemia y a la previsible reducción de la aportación estatal en el 2022 para desechar la creación ahora de servicios a los que difícilmente podrá hacer frente el próximo año.

El rechazo entraba dentro de lo previsible. De hecho, el alcalde ya tenía fecha para el pleno en el que se verá de nuevo su propuesta, la misma que decayó ayer, aunque en este caso vinculada a esa cuestión de confianza. Será el día 17, ya quedó convocado ayer.

Segunda ronda

Bugallo tendrá una segunda oportunidad para sacar sus cuentas adelante el próximo miércoles. Y no debería tener problemas. Un nuevo rechazo solo retrasaría la aprobación inicial del presupuesto otro mes más, el tiempo que los demás grupos tendrían para presentar una moción de censura. Pero no es esa una cuestión que preocupe al socialista. Cualquier alternativa de gobierno tendría que pasar por el entendimiento entre PP y Compostela Aberta, por lo que todo apunta a que alguno de ellos, si no los dos, opten por la abstención el miércoles.

Sin una alternativa real de gobierno, las cuentas saldrían igualmente adelante en un mes, por lo que el alcalde pedía ayer que todos hagan «un esforzo» para no prolongar más allá del 17 la ausencia de presupuestos, porque «quen sofre non é o goberno, senón os cidadáns». Esta es la primera vez que Bugallo se ve en esta tesitura. Salvo un corto período, en sus anteriores mandatos gobernó con el BNG.

Los remanentes del 2020 dejan 5 millones para encajar demandas de la oposición

Bugallo insiste en que ese es el margen del que dispone el Concello y defenderá de nuevo su presupuesto el día 17

r.m.

El gobierno municipal deberá someter de nuevo su propuesta de presupuestos a la consideración del pleno el día 17, ligada a una cuestión de confianza. Será la misma que la oposición en bloque rechazó ayer, después de lamentar que el gobierno de Sánchez Bugallo perdiese la ocasión de mejorar su propuesta con sus aportaciones y de cuestionarlo por utilizar la moción de confianza como una forma de «chantaxe» para evitar acuerdos que de otra forma serían obligados por su condición minoritaria en el pleno. Dura en los planteamientos, si bien muy correcta en las formas y el tono, lo que agradeció Bugallo, esa fue en esencia la respuesta de PP, CA y BNG a una propuesta presupuestaria que se puso encima de la mesa a finales de enero y que ayer llegó al pleno sin más consenso que el del rechazo de toda la oposición y con la pandemia como telón de fondo para la defensa de las ya conocidas posiciones de ambos lados. Porque, si para la oposición el covid exige otras cuentas y otra atención a los sectores más perjudicados por sus efectos, para el gobierno su presupuesto ya asume los gastos extraordinarios que trajo el coronavirus y hace un esfuerzo «como nunca» en gasto social y educativo. Pero las cuentas también tienen que hacer previsión del retroceso de ingresos que la pandemia supondrá en el 2022, insistió Bugallo, quien, pese a asumir el revés, no dejó de lamentar que el PP no aprovechase la ocasión de convertirse en protagonista de la sesión con la abstención responsable a la que aludió Alejandro Sánchez-Brunete. Pero al final, en el PP pudo más la «ética de la convicción» frente a la «prepotencia» del regidor.

Consumada la derrota, Bugallo insistió en que el margen de negociación estaba en los remanentes que dejará la liquidación del 2020, como ya trasladó a los demás grupos el pasado domingo para mantener la negociación abierta. Serán 11 millones de remanentes, de los que algo más de cinco serán de libre disposición. Y ahí es donde Bugallo quiere encajar un nuevo paquete de ayudas a los sectores más afectados por la pandemia, que la oposición reclamaba dentro del presupuesto, además de otras iniciativas que se abrió a pactar con todos, para que cada uno «teña peso» en su reparto. El único inconveniente es que esas iniciativas han de ser actuaciones ejecutables este año. «Non é unha cantidade marxinal», apuntó el alcalde, quien respondió a la acusaciones generales de que su disposición al diálogo no fue más que un paripé cuestionando la de CA en los últimos días. «Vimos desde o día 15 que a súa estratexia negociadora era un puro enredo», dijo a Marta Lois, a la que vio huidiza además en los dos últimos días.