El fiscal mantiene la petición de siete años de cárcel para el Pequeño Nicolás por su farsa en Ribadeo
GALICIA
El juicio, que se celebró en la Audiencia Provincial de Madrid, quedó visto para sentencia
14 may 2021 . Actualizado a las 21:45 h.La farsa que Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, protagonizó en verano del 2014 en Ribadeo para supuestamente tratar de impresionar y engañar al presidente de Alsa, Jorge Cosmen, quedó ayer vista para sentencia en la Audiencia Provincial de Madrid. A raíz de este episodio, tirando del hilo se fueron conociendo las andanzas de un joven que ganó una inaudita popularidad y que ahora se ve a las puertas de la cárcel.
Tras las declaraciones ayer de los últimos testigos, finalmente la fiscalía decidió mantener su petición de que sea condenado a siete años de prisión por, presuntamente, haberse hecho pasar por un enlace entre Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real, con una elaborada puesta en escena a su llegada al puerto de Ribadeo y después en un restaurante.
El Pequeño Nicolás está acusado de los delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho pasivo. La acusación popular, ejercida por la Asociación Municipal Unificada de Madrid, también mantuvo su petición inicial de 11 años de cárcel.
Ayer se tomó declaración en calidad de testigos a varios ribadenses que tuvieron relación con el caso. El primero en testificar fue el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez Barcia, quien manifestó que unos días antes de la comida del Pequeño Nicolás con Jorge Cosmen el jefe de la policía local le informó de que alguien de la Casa Real iba a venir a Ribadeo. Decía que querían pasar desapercibidos -todo lo contrario de lo que ocurrió, pues aparecieron con dispositivos luminosos en los coches- y solicitaban escolta. El regidor accedió a ello. Llegado el día, Suárez se acercó al restaurante y le entregó al Pequeño Nicolás un obsequio, una lámina de la playa de As Catedrais sin valor económico.
Después declaró el jefe de la Policía Local de Ribadeo, quien manifestó que supo del encuentro por varias llamadas telefónicas de personas que se identificaron como «una comitiva que iba en representación de Presidencia del Gobierno y la Casa Real». Más en concreto, apuntó que en algunas ocasiones habló «con Nicolás» y en otras el interlocutor se presentó como el jefe de escolta. Lo que le pidieron fue, precisamente, que los escoltasen desde la entrada de Ribadeo, como en efecto se hizo.
A continuación declararon el entonces presidente del Real Club Náutico de Ribadeo y el responsable de restaurante San Miguel. También testificó un redactor de La Voz de Galicia, quien confirmó haber recibido varias llamadas del Pequeño Nicolás solicitándole que se retirase la información en la web que hablaba de la comida en Ribadeo, con el argumento de que se trataba de una cuestión de seguridad nacional, lo que no se hizo al no considerarse creíble.
Además, psiquiatras forenses de los juzgados de Madrid ratificaron el informe que elaboraron en el 2018 para otra causa, en la que Gómez Iglesias fue absuelto de un delito de calumnias contra el CNI en el 2016, en el que se concluía que el Pequeño Nicolás padece un trastorno de personalidad «con rasgos narcisistas» e inmadurez desde su adolescencia, que en aquel momento afectaba de forma moderada a su capacidad cognitiva. Indicaron que, a su entender, la «ampliación de poder» que el Pequeño Nicolás adujo en su declaración en la primera jornada del juicio como justificación de su viaje a Ribadeo es compatible con las características del trastorno que sufre.