«ABAU calidade»
GALICIA
La ABAU en Galicia ha adquirido un marchamo de calidad, que la hace modélica para otras autonomías. Los que piden la eliminación de la prueba no suelen aportar soluciones al problema de la oferta limitada de plazas en las carreras más demandadas. Críticas como jugárselo todo a un examen, un mal día lo tiene cualquiera, demasiada examinitis, debiera bastar la media de bachillerato, tener derecho a entrar en la carrera que uno quiera... son tan comprensibles como rebatibles.
Los que piden igualdad de oportunidades mediante una selectividad única exigen una recentralización similar a la de la España, una, grande y libre, ahora que la competencia educativa está transferida y la diversidad cultural asumida. La igualdad de oportunidades se garantiza por el anonimato, el distrito único, el alto porcentaje de contenidos comunes, las ponderaciones, el filtro de las notas de bachillerato y la profesionalidad de vigilantes y correctores. La ABAU no solo es una sucesión de exámenes. Grupos de trabajo de cada materia están todo el curso en contacto con los centros. Son ellos los que elaboran los exámenes, no una empresa que diseñe, a destajo y a distancia, ejercicios tipo test. El examen único encaja con el pensamiento único, que quizás llevase a cambiar Lengua Gallega por Religión o a sustituir la prueba por una entrevista personal del decano al interesado en ingresar en su facultad (ingresar en el sentido de entrar y financiar). Al margen de propuestas politizadas, las universidades llevan tiempo dándole vueltas a la posibilidad de un examen único de Medicina, la carrera con más concurrencia competitiva.
Décadas de experiencia permitieron a la CIUG, con la colaboración de todo el sector, afrontar la ABAU 2020 en plena pandemia. La elaboración inmediata de unos modelos de examen con más optatividad, copiados por distintas autonomías, dio tranquilidad a la comunidad educativa, minimizando los efectos del parón traumático de la docencia presencial en secundaria. La anticipación de un protocolo con normas sanitarias y logísticas: multiplicación de comisiones y personal, acceso a los centros, distribución del alumnado, medidas preventivas específicas, equipamiento, limpieza, ventilación..., con lo que suponía mover entonces a unas 15.000 personas en torno a la prueba, dio tranquilidad a las familias. Si la planificación del año anterior fue un éxito, para la ABAU 2021 hay que mantener y mejorar las medidas garantistas.