«Me preguntaba por qué la gente hace el Camino, pero entendí por qué se repite la experiencia»

m. mosteiro / C. Martínez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Jinho (segunda por la izquierda), de Corea del Sur, llegó esta semana a Santiago tras hacer el Camino
Jinho (segunda por la izquierda), de Corea del Sur, llegó esta semana a Santiago tras hacer el Camino Sandra Alonso

La ruta jacobea comienza a recuperar el pulso. La llegada de peregrinos alcanza el millar los fines de semana

01 jul 2021 . Actualizado a las 14:33 h.

Los datos de las últimas jornadas vienen a confirmar que el Camino de Santiago es el recurso turístico más atractivo y el que más visitas está aportando a Galicia. Lo demuestra el hecho de que, coincidiendo con fechas concretas en las que se levantaron algunas de las restricciones impuestas por el covid, los caminos a Compostela empezaron a llenarse de peregrinos, y la capital gallega recupera ligeramente el ambiente propio de las peregrinaciones. En la pasada Semana Santa, cuando se levantó el cierre perimetral de Galicia, más de 1.000 peregrinos se lanzaron a los caminos. Dos meses después, aunque aún está lejos de lo normal, el mundo peregrino ofrece destellos de recuperación.

Tras la larga travesía del 2020, con menos del 15 % de peregrinos con respecto al 2019 y un inicio del 2021 excesivamente tímido, mayo y junio son meses para la esperanza. Las 9.000 compostelas entregadas este mes superan con creces el número del resto del año, y las llegadas se concentran fundamentalmente en dos días, los viernes y los sábados. El mejor día de junio fue el 18, con 805 peregrinos, y todo apunta a que en el último fin de semana del mes se supere el dato, y a que julio y agosto se parezcan más a lo que sería normal para un año santo.

Por caminos, el Francés sigue acaparando el mayor número de llegadas, e incluso ahora más, porque los peregrinos saben que no se encontrarán las aglomeraciones de otros años. En la Oficina del Peregrino destacan el hecho de que la opción de realizar el camino a pie es superior estos meses con respecto a otros años, y creen que puede ser consecuencia de la propia pandemia, ya que no están llegando grandes grupos que suelen hacerlo en bicicleta. De los 9.006 peregrinos llegados en junio, 8.019 lo hicieron a pie, 960 en bicicleta, 21 a vela por la ruta marítima, 5 a caballo y uno en silla de ruedas. Los que todavía no se animan son los extranjeros, aunque empieza a incrementarse, y se perciben más llegadas de peregrinos de Portugal, Alemania e Italia; e incluso de países mucho más alejados como Corea. Los peregrinos nacionales de junio fueron 6.098 de los poco más de nueve mil. Pese a la evidente recuperación, no hay muchas posibilidades de emular a los años precovid, aunque sí el del pasado año 2020, cuando llegaron poco más de 54.000 personas.

«Por el covid perdí el trabajo y pensé en el Camino para huir de la realidad»

Entre los peregrinos que estos días están llegando a Santiago, Jinho, de Corea del Sur, residente en Barcelona, reconoce que el primer día de su caminata «no entendía nada, y me preguntaba por qué la gente hacía el Camino, me parecía una locura», pero bastaron unas pocas jornadas más para «entender por qué se repite la experiencia». En su decisión de hacer el Camino tuvo que ver el covid: «Siempre quería caminar, pero por mi trabajo no tenía tiempo. Por el covid perdí el trabajo, y pensé en el Camino para huir de la realidad. Estaba deprimida, y solo quería desconectar. Al final, he tenido muchas experiencias y he hecho muchos amigos». Jinho, aunque la llaman Luna, justo antes de llegar a Santiago conoció a una chica que le «dijo ‘‘el Camino me llama’’, quiero quedarme con esta idea».

Uno de los países que más peregrinos aporta a los caminos es Italia, y concretamente en junio llegaron 244 procedentes de diversas localidades italianas. Entre ellos Simone y Nicola, de Taranto y Cerdeña, que llegaron en la jornada del pasado martes. Justo unos minutos después de llegar a la plaza del Obradoiro comentaron que «el Camino fue agotador, pero muy bonito. No solo por el paisaje, sino también por las bellas personas que encuentras a lo largo del Camino». Tras recorrer 800 kilómetros de la ruta francesa, Simone y Nicola comentaron que «fue un viaje tranquilo. Hasta llegar a León no había mucha gente. Muy pocos, y después algo más».