El PP mantiene su mayoría en Galicia frente a un BNG asentado como la segunda fuerza

Está a punto de cumplirse un año de las elecciones autonómicas más atípicas de la historia de Galicia, cuya agenda y calendario se vieron trastocados por la pandemia de coronavirus. Y las tendencias que reflejan las constantes vitales de los partidos se han movido ligeramente desde entonces. El barómetro de junio elaborado por el Instituto Sondaxe para La Voz constata que el Partido Popular se mantiene como la fuerza hegemónica en Galicia, posición que el PSdeG-PSOE le arrebató dos veces en el 2019, mientras el BNG se asienta como la organización preponderante en una oposición que, eso sí, gana en pluralidad debido al repunte que obtiene Galicia en Común, la coalición patrocinada por Podemos.

El trabajo de campo de la encuesta se realizó entre el 16 y el 23 de junio, con la campaña de vacunación alcanzando la velocidad de crucero y con Galicia liderando, junto con Asturias, las tasas de población inmunizada. Es un contexto en el que no hay citas electorales a la vista, lo que penaliza claramente la participación estimada, que sería de apenas el 50 %, y eso sin tener en cuenta el voto cada vez más abstencionista de la emigración, que empuja entre seis y ocho puntos hacia abajo el nivel de participación.

Con todo, el estudio de Sondaxe es una radiografía precisa de la situación en que se encuentran los partidos un año después de las elecciones gallegas. Y lo que se ve es que, en términos de gobernabilidad, las cosas no cambian, ya que el PP lograría mantener la mayoría absoluta que Alberto Núñez Feijoo revalidó en el 2020 por cuarta vez consecutiva.

Ahora bien, los populares obtienen 40 escaños, dos por encima del umbral de la mayoría, pero también dos menos respecto a los comicios del 12 de julio. Este bajón se debe al ligero desgaste que acusaron con la gestión de la pandemia y sus efectos sobre la economía, que los llevó a ceder 2,3 puntos en porcentaje de voto (caen del 49,2 al 46,9 %), aunque bien es cierto que el PP se recupera ligeramente con respecto al barómetro del pasado enero, cuando su apoyo era medio punto inferior y obtenía 39 diputados, uno menos que ahora.

Por provincias, los de Feijoo retroceden de un modo simétrico en todas ellas, aunque tanto en Lugo como en Ourense su respaldo se mantiene por encima del 50 %, evitando los costes en escaños. En Pontevedra es menos de un punto el que retroceden, pero es lo suficiente para perder el diputado número 11 que tenían sujeto con hilvanes.

El BNG acaricia su techo

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) se asienta en el tablero gallego como la principal referencia política de la oposición, y la fuerza llamada a liderar la alternativa a Feijoo. Obtiene 18 escaños, uno menos que en las elecciones de hace un año y tres menos con respecto a los que le asignaba Sondaxe el pasado enero, lo que refuerza la impresión de que los nacionalistas puede estar cerca de su techo electoral.

Ahora bien, no hay que perder de vista que la estimación de voto del Bloque crece medio punto en la media gallega, al pasar del 23,8 al 24,4 %. Que aun así consiga menos escaños puede ser un mero efecto coyuntural que tiene que ver, más que con una bajada de sus expectativas, con la baja participación que refleja el estudio, con la posición relativa de sus competidores, la ley d’Hont y el reparto de los restos para la asignación del último escaño en las provincias de A Coruña, Lugo y, sobre todo, Pontevedra, donde pierden el sexto escaño logrado hace un año.

El suelo firme del PSdeG

Y la misma radiografía demoscópica que muestra al BNG cerca de su techo vuelve a situar al PSdeG ante el que parece ser su suelo firme: 14 escaños, los mismos que obtuvo en las autonómicas de hace un año, también en las del 2016 con un candidato diferente, y el mismo número que le concedía Sondaxe en la encuesta de enero pasado.

Los socialistas pierden 1,4 puntos de respaldo en relación a los comicios del 12J, desgaste que llega a ser muy relevante en la provincia de A Coruña, donde bajan 2,7 puntos, y que tiene su contrapunto en Ourense, donde menos poder institucional acumulan, y donde su voto estimado avanza del 19,7 al 22 %.

Es necesario echarle un vistazo al cuadro del trasvase de voto para ver dónde está la principal amenaza del PSdeG. Se sitúa sobre todo en la volatilidad e indecisión de sus electores, ya que solo el 69 % de los que eligieron su papeleta en las autonómicas del 2020 volverían a hacerlo ahora -proporción que en el caso del BNG y el PP se sitúa en el 84 %-, pero también en la fuga de apoyos hacia Galicia en Común (al que cede el 4,4 % de sus votos y solo recibe el 3,8 %). Esto último explica, en parte, el repunte que tiene la coalición avalada por Podemos, que pese a perder hace un año toda su presencia en el Parlamento gallego, tiene ahora la opción de recuperarla con tres actas: dos por Pontevedra y una por A Coruña.

Un 43,7 % ve la situación política gallega mejor que la española

 

Uno de cada cuatro gallegos, el 25,9 %, considera que la situación política de Galicia ha empeorado en el último año, y son algo menos (el 20,7 %) los que opinan justo lo contrario, que ha mejorado. El barómetro elaborado por Sondaxe para La Voz señala, no obstante, que el grupo mayoritario de ciudadanos lo conforma ese 50,2 % que valora que la situación política sigue igual y apenas ha mudado.

La percepción pesimista es más amplia entre los residentes en las ciudades, donde el 32,9 % consideran que el contexto político ha ido a peor, frente a un 19,1 % que sostiene que ha mejorado. Y esa sensación de empeoramiento alcanza valores especialmente elevados en las zonas de Lugo central, oriental y sur, en Ferrolterra, O Morrazo y el área de Santiago.

Aun así, existe una gran proporción de gallegos que estiman que la situación política de la comunidad es mejor que la del conjunto de España. Lo ven de este modo el 43,7 % de los entrevistados por Sondaxe, frente al 21,7 % que sostienen lo contrario. Los que consideran que el contexto políticos de Galicia y el resto de España son similares representan el 29,7 %.

La idea de que la política gallega va mejor que la española está sobre todo arraigada entre los mayores de 65 años y los que tienen entre 18 y 29 años.

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