Javier Durá, abogado ambientalista: «Se recurre a la caza del lobo como método de control por tradición»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

GALICIA

Javier Durá, abogado especialista en Derecho Ambiental
Javier Durá, abogado especialista en Derecho Ambiental Óscar Cela

El experto interpreta jurídicamente las últimas sentencias del TJUE: «El foco debe estar en las medidas preventivas», sostiene

16 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En pleno debate sobre la inclusión del lobo ibérico en el Listado de Especies de Especial Protección (Lespre) al norte del río Duero, cobra especial relevancia el artículo recientemente publicado por el abogado especialista en derecho ambiental Javier Durá, el antropólogo Francisco Almarcha, el abogado Pablo Ayerza y el ecólogo Zebensui Morales-Reyes en la revista Quercus. Se trata de una interpretación de las dos últimas sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre el lobo. Los investigadores analizan la repercusión de estas resoluciones en la gestión de la especia en España. Es decir, se trata de una aproximación a la situación jurídica del lobo en Europa.

Javier Durá es abogado especialista en derecho ambiental e investigador del Centro Internacional de Estudios de Derecho Ambiental (CIEDA-CIEMAT) y forma parte de este equipo de expertos que pone sobre la mesa la situación actual del cánido y el nuevo paradigma de su relación con los seres humanos.

—¿Qué destapan estas dos sentencias del TJUE?

—La más importante dice que para las poblaciones prioritarias, que son las que están al sur de Duero —aunque entendemos que por la significación que tienen las poblaciones del norte les afecta— es más que cuestionable la gestión del lobo que se basa en controles poblacionales.

—¿Nunca se deberían matar lobos?

—La resolución deja entrever que se podrá recurrir a este tipo de acciones letales cuando se haya comprobado bajo el criterio de la ciencia que el resto de medidas basadas en la prevención para paliar los ataques del cánido al ganado han fracasado.

—¿Qué deben hacer los ganaderos?

—En primer lugar, guardar y vigilar al ganado y en segundo, usar perros pastores. Levado a la gestión del lobo en España, interpretamos que se recurre a la caza por el carácter tradicional y hereditario que tiene y el fuerte calado que alberga en la sociedad.

—¿Dejan entrever las sentencias que hay una mala gestión?

—Las sentencias le dan un vuelco. Hasta ahora los planes de gestión que establecen las distintas comunidades autónomas no tienen en cuenta las medidas preventivas, esto es lo más trascendente de la resolución del TJUE. Para aplicar el control letal, habría que justificar científicamente que todas las medidas están fallando.

—¿Qué habría que hacer?

—Es fundamental que se implantan esas medidas de tipo preventivo que van desde la utilización de perros o cierres perimetrales a la recuperación de la figura del pastor. Además, hay un gran desconocimiento de que buena parte de las ayudas de la PAC son para que esa coexistencia con la especie sea posible.

—¿Cómo sería una coexistencia óptima?

—Un ejemplo claro lo conforman los pastores trashumantes de León. Allí, siendo la provincia más lobera de Europa Occidental, nunca se perdió esa cultura de mastín y no se deja al ganado solo. Hay una profesionalización, podríamos decir.

—¿Qué le dice su experiencia de la situación del lobo en Galicia?

—Los expertos me cuentan que se utilizan perros en algunos sitios, pero el manejo del ganado es un poco distinto a León. Allí los pastores se sienten orgullosos de serlo en zonas loberas, y eso no ocurre en ningún otro sitio de España, tampoco en Galicia.

—¿Es necesaria la inclusión del cánido en el Lespre?

—Esta propuesta ha creado un rechazo social muy grande. Desde un punto de vista puramente jurídico, su inclusión es una necesidad. Hay leyes que dicen que cuando se habla de especies protegidas en un tratado internacional esto debe extrapolarse al ordenamiento interno de nuestro país. Hace más de una década, el cánido ya aparecía protegido en el Convenio de Berna. Incluirlo en el Lespre no significa que el lobo quede blindado, ya que cuando se trate de especies con conflictos con la ganadería se podrán establecer medidas de control, tal y como recoge la ley. En definitiva, incluirlo es responder a una necesidad jurídica, pero no cambiaría nada más ni modificaría la situación tal y como la entendemos ahora. Por eso decimos en el artículo que el debate genera ruido mediático, pero que la gente no sabe realmente lo que esto conlleva. De hecho, lo hemos preguntado y ni pastores ni ganaderos tiene idea de ello.

—¿De ahí la necesidad de una moratoria?

—Antes de generar más conflictos en el medio rural y que la gente se tome la justicia por su mano, planteamos una moratoria a esa caza. Debemos dialogar y reunir a todos los representantes de los distintos sectores para aplicar estas sentencias de la Unión Europea y, por consiguiente, fortalecer las medidas preventivas, vincular las ayudas de la PAC a la implantación de las mismas y generar una nueva cultura de coexistencia con la especie.

—¿Es urgente un abordaje científico para la gestión del lobo?

—Sí, y hay metodologías para ello, no debe ser que las administraciones lo establezcan o ejecuten, como tampoco deben ser los técnicos los que cuantifiquen los daños. Solo cuando todas las medidas fallan se debe recurrir a la caza del cánido.