Pasó por varios equipos, pero siempre estará asociado al Breogán. Llegó a ser convocado por la selección, fue concejal y entrenador. Hoy se alegra de que haya algún lucense en el club de su ciudad, que acaba de volver a la ACB
26 abr 2024 . Actualizado a las 20:38 h.Algunos deportistas abandonan su lugar de origen siendo niños o jóvenes y desarrollan su carrera en otros lugares. Otros, tras marcharse, acaban volviendo y contribuyendo a los éxitos del sitio donde comenzaron. Y ese último es el caso de Manel Sánchez. En Lugo nació (1958), en Lugo empezó a jugar al baloncesto y en Lugo fue protagonista de éxitos del Breogán, que con él en la plantilla llegó a jugar competiciones internacionales. Pero buena parte de su aprendizaje y de su formación se desarrolló lejos de su ciudad, en Ferrol, Manresa o Zaragoza, llegando a ser convocado para la selección.
El Manel Sánchez que en los ochenta y en los noventa era un consumado lanzador de triples se inició en el baloncesto por casualidad. De niño jugaba al fútbol con sus amigos, y empezó a tirar a canasta por sugerencia de un tío suyo. Luego, en el Instituto Masculino (hoy IES Lucus Augusti), se familiarizó con los entrenamientos, y años después se enfrentó con jugadores como Epi, Sibilio o José María Margall. Recuerda que esas figuras eran implacables rivales en la cancha, pero personas muy agradables fuera de la pista.
Tras haber vivido aquel baloncesto de los grandes años (con la plata en las Olimpiadas de Los Ángeles), Manel Sánchez está seguro de que las figuras de los ochenta serían igualmente importantes en estos momentos, en los años de grandes éxitos del equipo nacional en competiciones internacionales. «Cualquiera de ellos jugaría ahora», dice.
Después de ser convocado por la selección sub-23, fue llamado, a finales de los noventa por Antonio Díaz Miguel para el primer equipo nacional. «Yo era echado p'alante», dice Manel Sánchez, pero admite que le costó creerse las convocatorias (por dos veces). Ser profesional del baloncesto y convertirse en ídolo local no era una obsesión ni un sueño para aquel niño que vivía cerca del Pazo dos Deportes. Hoy, en cambio, el mundo de la canasta se le aparece en sueños: «A veces sueño que aún juego», afirma.
Tras retirarse del basket fue concejal del PP en Lugo, y luego estuvo como técnico de varios equipos. Confiesa que los éxitos de los jugadores a los que uno entrena se viven también con pasión y con intensidad. Reconoce que como espectador es mucho más frío y tranquilo que como jugador, aunque no oculta su satisfacción viendo que el Breogán va a empezar una nueva etapa en la ACB con dos lucenses (Erik y Sergi Quintela) en la plantilla. Su hijo busca equipo, y él a veces lo acompaña mientras hace sesiones de técnica o de tiro. No sorprende el estrecho vínculo familiar con este deporte: «El baloncesto me dio mucho», concluye.
Fui
Jugador de baloncesto, entrenador y concejal del PP en Lugo
Soy
Dueño de una tienda de material relacionado con el deporte, y vecino de Lugo