Guarderías gratis y nuevo modelo de residencias: las apuestas de Feijoo en un intenso debate sobre el estado de la autonomía

Juan Capeáns / Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El presidente contrapone la estabilidad de su gobierno frente a la oposición y la situación en Madrid. Pontón pide «pensar unha Galicia en grande» y Caballero ve al presidente de la Xunta como un «Casado bis»

13 oct 2021 . Actualizado a las 20:47 h.

Estabilidad política, moderación en las decisiones ejecutivas y reformas «sensatas». Una reactivación «á galega». Es la receta para superar la crisis que Alberto Núñez Feijoo ofreció en el primer debate de política general de la legislatura, con tres años de gestión por delante. A diferencia de citas anteriores, el presidente de la Xunta no adelantó nuevos proyectos legislativos ni dejó mensajes sobre su futuro personal, pero sí tuvo menciones emocionadas para Valeriano Martínez, cuyo recuerdo inspiró el inicio y el final de su discurso.

Entre una y otra mención, Feijoo hizo una revisión del comportamiento de Galicia durante la pandemia en lo que se refiere a sus competencias, considerando que las urnas ya validaron hace más de un año una parte de la gestión durante la crisis sanitaria, de ahí que dedicara más tiempo a abordar el reto de la recuperación. En recuerdo de los fallecidos y afectados anunció la construcción de un monumento de memoria, sin más detalles.

La sanidad y las políticas sociales capitalizaron su intervención. Dos ámbitos en los que se acelerarán las reformas tras meses de tensión y que, junto a la educación, coparán un 71 % de las cuentas gallegas en el 2022. Sin embargo, el anuncio más potente de la jornada tuvo que ver con otra crisis estructural, la demografía. A partir del próximo curso, todas las escuelas infantiles de Galicia serán 100 % gratuitas: las públicas, las de iniciativa social, las privadas y las municipales, desde el primer hijo. Política Social calcula que esta medida beneficiará a unos 20.000 niños que asisten a los centros de cero a tres años (10.000 primogénitos y otros tantos hermanos que a día de hoy ya tienen guardería gratis) y tendrá un coste de unos 30 millones por curso, aunque la cifra no es definitiva porque puede aflorar una oferta inducida por la gratuidad.

Feijoo reconoció que uno de los retos urgentes es la «recuperación da actividade asistencial ordinaria que se perdeu no confinamento». El plan de choque, aseguró, ya está teniendo impacto positivo en los tiempos de espera en un modelo de atención primaria dotado de recursos que «empeza a recuperar a normalidade, sobre todo coa volta á presencialidade», y que acaparará un tercio de los fondos de Sanidade. En los próximos meses habrá una «revisión completa» del servicio de salud, con objetivos concretos como la reducción de la temporalidad de los trabajadores sanitarios al 7 %, y también se trabajará en la puesta en marcha de la llamada octava área sanitaria, un modelo de «centro sanitario virtual» a partir de la telemedicina.

Unidades de 25 mayores

Feijoo señaló el año 2022 como el de la implantación del nuevo modelo de residencias, un proyecto que está «ultimando» el comité asesor sociosanitario y que calificó de una «calidade excepcional». Y aportó una cifra relevante, la de 25 personas por unidad en cada centro. Se crearán, además, las primeras unidades de cuidados intermedios en las que se atenderá a personas que, tras recibir el alta en el hospital, necesitan acompañamiento social durante un tiempo; habrá un plan de formación para trabajadores; y se implantará un cuadro de mandos autonómico para seguir en tiempo real la situación de todas las residencias de Galicia.

El presidente, que habló durante algo más de dos horas, sobrevoló por otros ámbitos de competencia autonómica, pero se detuvo en el turismo para celebrar el buen comportamiento de uno de los sectores que más han sufrido en la crisis, y aprovechó para recordar que queda Xacobeo por delante, para el que pidió compromiso estatal con la idea de recuperar buena parte de la programación cultural suspendida o aplazada.

Para completar la recuperación, el dirigente popular anunció que en los próximos días habrá un nuevo plan de rescate y por primera vez se realizarán préstamos parcialmente reembolsables, esto es, los emprendedores que se acojan a ellos no tendrán que devolverlos completamente si realizan inversiones que generen riqueza y empleo. Otra línea de trabajo será la recuperación de la agenda internacional, fijando la atención en los mercados asiáticos.

En los turnos de réplica de la tarde, el debate recuperó escenas, intercambios de datos y clichés que ya son habituales en las sesiones de control ordinarias. La «moderación» de unos y otros fue un reproche de ida y vuelta. Feijoo equilibró sus respuestas a ambos líderes, sin destacar ni ignorar a ninguno, y algunos ataques de Ana Pontón y Gonzalo Caballero los zanjó recordando los resultados de las urnas hace un año.

Una bajada de impuestos sin concretar y recados al Gobierno

Una de las ideas fuerza adelantadas al debate, relativa a una rebaja de impuestos, se quedó solo en el enunciado, probablemente a la espera de la presentación de los presupuestos autonómicos, en los próximos días. Fue más concreto Feijoo al hablar de la reactivación del tejido industrial. Señaló las prioridades de Galicia para aspirar a los fondos Next Generation, tal como reclama la ministra de Economía, que serán el sector forestal, el alimentario, la automoción y los proyectos centrados en las nuevas energías, al que añadió una iniciativa conjunta con otros territorios sobre medicina personalizada. A cambio, le exigió al Gobierno de España «madurez» y menos «sectarismo» para abordar la reforma de la financiación autonómica sin atender a las aspiraciones unilaterales de los independentistas; y una transición energética justa, punto que aprovechó para presentar propuestas concretas para tres comarcas con graves problemas industriales.

Para Ferrol anunció la creación de una sexta delegación de la Xunta, así como la petición de la creación de una Zona Franca. En el caso de Alcoa, en Lugo, el Ejecutivo autonómico solicitará una intervención temporal del Estado, y confirmó que la fábrica de fibras textiles estará en esa provincia. Y por último, para Ence, en Pontevedra, propuso que los terrenos queden adheridos al Puerto de Marín para garantizar la continuidad de la fábrica.

La silla vacía de Valeriano Martínez en el Parlamento, con hortensias blancas y un ejemplar de la Constitución y del Estatuto de Autonomía
La silla vacía de Valeriano Martínez en el Parlamento, con hortensias blancas y un ejemplar de la Constitución y del Estatuto de Autonomía PACO RODRÍGUEZ

Una hortensia blanca en el asiento de Valeriano Martínez 

El debate del estado de la autonomía se fijó hace un mes con la idea de dar margen a la tramitación de los presupuestos en los que trabajaba, como siempre con discreción, el conselleiro de Facenda. El fallecimiento de Valeriano Martínez hace ocho días adelantó su protagonismo, pero en esta ocasión por una ausencia que fue lamentada por todos los grupos y por el propio Parlamento, que guardó un minuto de silencio en su memoria. Una hortensia blanca y dos ejemplares del Estatuto de Autonomía y la Constitución ante su asiento azul recordaban al que todos consideraron un «servidor público» de Galicia.

Antes de entrar en materia, Feijoo desveló que el PP había solicitado un aplazamiento del debate de cinco días para superar el impacto emocional, aunque finalmente no se produjo. El presidente, sin embargo, agradeció el visto bueno al cambio del BNG, dejando entrever que el PSdeG no había aceptado la modificación. Caballero explicó después que no hubo un rechazo, sino una propuesta de fecha alternativa de complejo encaje. El socialista aseguró que este asunto se trató con los portavoces de forma «afable», y le afeó al PPdeG un tuit en el que le reprochaban no haber respetado el luto oficial.

Otro aspecto que distinguió el primer debate de la autonomía pospandemia es el regreso del público a la tribuna de invitados, que se fueron turnando según el color político de quien intervenía. El discurso de Feijoo fue seguido por los cinco delegados territoriales de la Xunta y alcaldes como el de Sanxenxo, Telmo Martín, o el presidente del CES, Agustín Hernández.

El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, escuchó a Feijoo y a Caballero. A este último lo siguieron también la expresidenta del Parlamento, Dolores Villarino, o el senador y presidente del PSdeG, Fernández Leiceaga. Acto seguido se produjo un pequeño relevo para seguir el discurso de Ana Pontón, cuando el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, hizo acto de presencia, al igual que su homóloga de Allariz, Cristina Cid, así como representantes de la CIG.

Ana Pontón, líder de la oposición, durante un discurso en el Parlamento
Ana Pontón, líder de la oposición, durante un discurso en el Parlamento Xoán A. Soler

Pontón esboza ante el PP un decálogo de medidas para «pensar unha Galicia en grande»

La líder del BNG le reprocha a Feijoo que se mueva entre la sumisión a Casado y la confrontación con el Gobierno de Sánchez

Hay una idea que marcó de manera transversal el discurso pronunciado por Ana Pontón en el primer debate sobre el estado de la autonomía que afronta como líder de la oposición. Y esa idea es el emplazamiento que la portavoz nacional del BNG hizo al presidente de la Xunta para pensar una Galicia «en grande», con amplitud de miras, ambiciosa, que crea en sus propias potencialidades. «Non podo ocultar a preocupación que sinto cando vexo ao presidente do meu país reducindo Galiza a un simple satélite de Madrid», reprobó Pontón.

Y esa invocación a dejar atrás la Galicia pequeña para pensar a lo grande la fue vistiendo minuto a minuto la dirigente nacionalista casi con cada frase. La utilizó para denunciar el veto del PP a todo lo que signifique la defensa de Galicia, desde la negativa a la tarifa eléctrica propia y el concierto económico gallego, hasta el plan de refuerzo de la atención primaria, el pacto por la ciencia o la transformación del modelo de las residencias de mayores. «Só lle di si a Casado, ao centralismo e aos lobis económicos amigos do PP», señaló a Alberto Núñez Feijoo.

Pontón puso de relieve que Galicia se merece «moito máis» que un presidente que se mueve entre la sumisión al líder nacional de su partido, Pablo Casado, y la confrontación al Gobierno de Pedro Sánchez, pues considera que esa es una tarea estéril «que nos conduce á irrelevancia». De acuerdo con su lectura, las políticas practicas por el PP desde San Caetano han empequeñecido el músculo industrial de Galicia, con al destrucción de 14.700 empleos en ese sector, y con Alcoa, Barreras, Vulcano o Vestas en dificultades.

También dejan un país más pequeño en el campo de la innovación, en los servicios públicos, en el ámbito financiero, en igualdad o en la promoción de la cultura y la lengua propias En resumen —prosiguió la líder nacionalista—, las políticas del PP legan una Galicia «máis pequena en poboación», en claro declive demográfico «e que levou a coller as maletas a 200.000 mozos e mozas» para buscar un futuro laboral o profesional fuera de la comunidad.

Para corregir esta situación, Pontón animó a la Xunta a cambiar el paso, a asumir parte de la agenda nacionalista y a poner en cuestión un centralismo político que enriquece a Madrid y empobrece a Galicia. Así que se lanzó de cabeza a desgranar, como una especie de mandamientos, los diez objetivos estratégicos para corregir el rumbo y que Galicia cobre dinamismo y vuelva a ganar población.

El primero de los retos consiste en ampliar el autogobierno, en ganar peso político «para que se nos recoñeza como o que somos, unha nación». A este le sigue la mejora de la financiación, para «ter a chave dos nosos cartos», y el impulso a la política industrial, poniendo freno a las deslocalizaciones y el cierre de empresas. Le sigue, en cuarto lugar, las infraestructuras, con la apelación al rescate de la AP-9, y el refuerzo de los servicios públicos, «empezando polo máis urxente», que según Pontón consiste en sacar la prestación sanitaria de la uci e impulsar un plan de choque de 200 millones de euros para la atención primaria.

El impulso a la innovación, la emergencia climática o el avance en las políticas de igualdad, a las que pidió destinar 1 de cada 100 euros del presupuestos, son los otros bloques del decálogo nacionalista, que se cierra con el compromiso con la lengua y la cultura gallegas, así como con la defensa de una democracia de calidad.

«Galiza é un gran país e non se merece un presidente que pensa e actúa en pequeno», concluyó Pontón, cuya intervención fue observada desde la tribuna de invitados por varios cargos locales del BNG como el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, la portavoz local en Santiago, Goretti Sanmartín, responsables de la Mesa Pola Normalización, la CIG o Galiza Nova o la alcaldesa de Allariz.  

Gonzalo Caballero, dirigiéndose a Feijoo durante el debate
Gonzalo Caballero, dirigiéndose a Feijoo durante el debate Xoán A. Soler

Gonzalo Caballero critica que Feijoo actúe como un «Pablo Casado bis» en vez de gobernar

El líder del PSdeG tiende la mano a la Xunta para buscar una salida «dende a esquerda» a la crisis provocada por el covid

El secretario general de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, se subió este miércoles a la tribuna parlamentaria del debate sobre el estado de la autonomía para enfrentarse a un presidente de la Xunta al que calificó de «escapista», del que dijo que no toma medidas para resolver los problemas de los ciudadanos, y que actúa como una especie de «Pablo Casado bis» que solo busca la confrontación con el Gobierno central por mero interés partidario. «Está máis preocupado en ser líder da oposición que en exercer de presidente de Galicia», censuró.

Caballero aprovechó su intervención de 45 minutos para repasar área a área las políticas desplegadas por el Gobierno del PP, empezando por la sanidad, donde denunció un deterioro del sistema, la ampliación de los tiempos de espera, la extensión de la atención telefónica o la carencia de personal, «porque non se cubren baixas nin vacacións». Continuó por la educación, y echó en cara a Feijoo que no haya recuperado la gratuidad de los libros de texto o el nivel de financiación que tenían las universidades en el 2008, y prosiguió con la política industrial, al valorar que si se buscara algún ámbito al que haya contribuido la Xunta, «o folio en branco é a resposta».

Y es que Caballero entiende que la Xunta dirigió su estrategia más a confrontar con el Gobierno de Pedro Sánchez que a resolver los problemas de los gallegos. La «estratexia conservadora» del Ejecutivo popular ante la crisis consiste en la falta de impulso, de objetivos y de medidas, cuando no en tomar decisiones inconexas y sin un rumbo claro.

Frente a ello, contrapuso el modelo socialista fundamentado en una recuperación anclada en tres elementos. En primer lugar, en el refuerzo de los servicios públicos, especialmente la sanidad, pero también la educación y las políticas sociales «para non saír desta crise con máis desigualade». También apostó, en segundo lugar, por afrontar los retos económicos de la transición ecológica y la transformación digital, apostando por las políticas de innovación con el fin de avanzar hacia un modelo que genere mayor productivas. Y en tercer lugar, puso el acento en la generación de empleo, una cuestión que considera «clave para medir os efectos da recuperación».

En su discurso, seguido desde la tribuna de invitados por dirigentes socialistas como el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, o la expresidenta del Parlamento Dolores Villarino, el líder del PSdeG defendió la reforma del marco estatutario para avanzar hacia un modelo de gobernanza más actualizado y que incorpore nuevos derechos como el de una vejez o una muerte digna. Y en apartado demográfico, dijo compartir el análisis sobre el declive que hace el Gobierno gallego, si bien matizó que pretender a estar alturas que alguien crea que la Lei de Impulso Demográfico sirve para algo es como estar «nos mundos de Yupi». Por ello, relegó la norma a una mera carta a los Reyes Magos.

Con todo, Gonzalo Caballero insistió en mostrar la mano tendido para alcanzar acuerdos con el PP en torno a la recuperación económica. Eso sí, siempre y cuando las recetas que se manejen busquen la salida «dende a esquerda» y desmarcando de la política regresiva que, en su opinión, representa el PP.