Antonio Cunha: «La relación en la eurorregión Galicia-Norte de Portugal está desequilibrada»

Carlos Punzón
carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

El presidente electo de la región Norte de Portugal apuesta por liderar la investigación del coche autónomo y la aeroespacial

22 nov 2021 . Actualizado a las 19:35 h.

Haber sido el primer presidente electo de la región Norte de Portugal a través del voto de los alcaldes es para Antonio Cunha (Braga, 1961) la evidencia de que Portugal camina hacia su regionalización. Una descentralización que está convencido se producirá y dará al norte del país mayor capacidad para ir de las mano de Galicia a captar talento e inversiones con las que dar más peso a la eurorregión, como pretende la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Galicia-Norte de Portugal que copreside con Alberto Núñez Feijoo.

—En la relación de Galicia con el Norte de Portugal semeja que la ciudadanía siempre va por delante de las instituciones.

—El pueblo es el que siempre ha estado al frente, es el que ha definido la unión que ha definido nuestros destinos. Entiendo esa afirmación un tanto provocadora y percibo que se hace para presionar a las instituciones, que son las que tienen la obligación de promover esa unión, pero siempre fue así en la historia y corre el riesgo de ser mayor por la aceleración de la economía y la digitalización.

—¿No depende demasiado la cooperación de la sensibilidad de quienes representan a la eurorregión en cada momento?

—Creo que ya tuvo una dependencia mayor. Hoy ya hay una interrelación entre ciudades y la compartición de infraestructuras que hacen que las relaciones entre Galicia y el Norte de Portugal no dependan ya del protagonismo de los políticos. Los hubo esenciales, como Manuel Fraga, Luís Valente de Oliveira y Luís Braga da Cruz, pero hoy hay también una gran voluntad de entendimiento y de lograr una nueva dinámica por parte del presidente de la Xunta y mía.

—¿Nueva dinámica?

—Hoy tenemos condiciones para ser más osados. Las cuestiones físicas, como los puentes sobre el Miño o carreteras ya están logradas, por lo que debemos tener ambiciones mucho mayores. Tenemos, por ejemplo, condiciones para convertir a Galicia y el norte de Portugal en la eurorregión del automóvil del futuro, no solo del eléctrico, sino del autónomo sin conductor; ser punteros en la energía generada por las olas, o en materia aeroespacial para aprovecharla en actividades como la agricultura, forestal o ambiental. Y también hacer de la eurorregión un destino de excelencia para Europa.

—¿Es factible venderlo como un mismo destino?

—Galicia y la región Norte de Portugal tienen la ventaja de ser destinos muy diversos, con mucho patrimonio, mar, montaña, cultura, gastronomía... y todo está cerca, lo cual es muy interesante desde el punto de vista turístico, además de ser dos países distintos, lo que también a atrae a un turista que recorra desde Oporto a Santiago o al revés. Y todos nos beneficiamos de una marca mundial como es el Camino de Santiago. Tenemos que ser capaces de atraer a un turismo de mayor rendimiento y así lograr mejores salarios y empleos.

—El presidente de la Xunta llegó a proponer coordinar los aeropuertos de Santiago y Oporto. ¿Sería posible?

—Estamos en ello, pero hay que hacerlo por pasos. El Xacobeo, de hecho, ya fue presentado en Oporto, puerta de entrada importante de turistas para el Camino.

—Pues los aeropuertos gallegos no están coordinados entre sí.

—Yo también puedo hablar de las dificultades de coordinar infraestructuras en Portugal. Pero ya hay servicios coordinados que hace veinte años nos parecería imposible. Debo de confesar que la relación en la eurorregión está desequilibrada, porque el nivel de autonomía y decisión que existe del lado gallego no es el mismo que en el portugués.

—¿Avanzará Portugal hacia la descentralización, que no tuvo en el 2008 el apoyo en las urnas?

—Estamos en un proceso muy esperanzador que creo nos va a llevar a la descentralización y la regionalización que tiene en el 2025 fecha para un posible nuevo referendo. Estamos comprometidos en ello, pero hoy no hablamos de la misma cosa cuando hablamos de la Xunta y cuando lo hacemos de la estructura de coordinación de la región Norte.

—¿Lastra eso la cooperación?

—Soy un creyente practicante de esa relación que para el norte de Portugal es estratégica. Si vemos el mapa solo de Portugal, estamos lejos de cualquier cosa, pero si lo vemos con Galicia, estamos en el medio de todo.

«El AVE Vigo-Oporto lo cambiará todo»

Se declara volcado en lograr la descentralización de Portugal y lograr mayores cuotas de autonomía para la región norte, como defendió desde la Universidad do Minho de la que fue rector. El AVE lo percibe como el imán definitivo que borrará la frontera.

—¿Por qué Portugal apuesta ahora con más decisión por unirse con el tren de alta velocidad con Galicia que con Madrid?

—Es una decisión del Gobierno que nos dejó muy satisfechos a los norteños. Es una propuesta nueva pero natural, porque es aquí donde existe el metabolismo de una relación histórica, los intercambios, el continuo de un espacio que es preciso potenciar. La alta velocidad Oporto-Vigo va a tener una influencia estratégica brutal. Confiamos en que los plazos se cumplan y que para el 2027 funcione entre Braga y Vigo y en el 2030 hasta Oporto. Será una eurorregión de verdad el día en que se entre en Vigo en el AVE y se llegue a Oporto en 35 o 40 minutos. Cambiará todo y hará este espacio aún más continuo y por lo tanto necesitará de un desarrollo aún más global.

—Hoy son 4 horas y 22 minutos de ahora entre A Coruña y Oporto.

—No. Puede dar para un uso turístico bonito, pero nada eficaz.

—Un estudio de la patronal señala que ya hay más movimiento empresarial de A Coruña al norte de Portugal que desde Pontevedra.

—La importancia de Inditex es crucial para la industria textil norteña, que sigue siendo fuerte.

—¿Cómo se rebaja la sensación de competición entre las dos zonas?

—Tenemos que alcanzar una dimensión corporativa que nos permitiría avanzar conjuntamente, por ejemplo, en esa industria del automóvil autónomo, porque en otras zonas de Europa sus empresas y componentes están muy ligadas al motor del combustión.

—¿Hay masa crítica sobre la que construir esa opción?

—Nuestra eurorregión está ligada desde Galicia sobre todo a la construcción del vehículo, al exterior e interior, y del lado portugués hay grandes empresas como la Bosch en Braga, otras vinculadas a los sensores, a las ruedas... esta eurorregión tiene todas las condiciones para ser una región del automóvil del futuro, el automóvil poscombustión y por la movilidad.

—Se avanza en ese camino, pero no sin una dura competencia por captar empresas desde uno y otro lado de la frontera, con acusaciones incluso de vulneración de las normas europeas en la oferta de suelo industrial por alcaldes portugueses.

—También hay competencia entre los ayuntamientos del norte de Portugal. Pero entiendo que las cuestiones de competencia heterodoxa entre Galicia y el norte de Portugal van a dejar de ser significativas. Creo en cambio que sí vamos a tener una dificultad por la competencia con el resto de Europa por el talento humano, por los especialistas en informática, en telecomunicaciones, en el 5G, en la incidencia de datos. En esa competición deberíamos de centrarnos y hacer de la eurorregión un lugar muy atractivo. Va a ser una competición no por terrenos, sino por talento.

—¿Qué tiene que tener el estatuto del trabajador transfronterizo, que los dos gobiernos están preparando, para que no vuelva a haber los problemas que se dieron con el cierre de la frontera por el covid?

—Ese estatuto lo que debe de garantizar es que lo que ocurrió no vuelva a suceder. No podemos volver a tener a las personas que viven o trabajan al otro lado de la frontera sin poder hacer ese camino porque hay una línea administrativa, que para nuestros pueblos no existe y que gallegos y norteños abolieron hace mucho tiempo. Fue algo dramático ese cierre. El mínimo es garantizar que la movilidad no sea cuestionada cuando sí se puede mover la gente tanto en Galicia como en Portugal.

—¿Será posible que compartan los servicios de salud?

—Hay que sacar partido a los servicios comunes. Si alguien está más cerca del servicio de salud del otro país debería poder usarlo. Pero esto debe de ser visto en una doble dimensión que es muy ventajosa para el trabajador y también para las autoridades publicas, que podrían hacer así una gestión de recursos más económica. No precisamos tener los mismos servicios a los lados de la frontera. Tenemos mucha capacidad para conseguir una racionalización de los servicios sin tener que soportar costes adicionales. Sería más confortable para el usuario y permitiría lograr más calidad con menos inversión.