José Blanco: «Hubo una conspiración contra mí para sacarme de la política»

GALICIA

José Blanco, en su despacho de la consultora que dirige, en Madrid
José Blanco, en su despacho de la consultora que dirige, en Madrid Benito Ordoñez

El exministro de Fomento que fue la sombra de Zapatero ve la escena política desde la barrera en su trabajo al frente de una consultora. Dice que no la añora, aunque admite que es «un animal político»

25 nov 2021 . Actualizado a las 19:36 h.

Tal día como hoy de hace diez años, La Voz publicaba el primer paso atrás de José Blanco en lo que fue y sigue siendo su pasión: la política. Entonces era el número dos del PSOE, ministro de Fomento y portavoz del Gobierno de Zapatero, pero en aquella época se vio envuelto en las investigaciones judiciales de la operación Campeón, hasta que el Tribunal Supremo archivó todas las acusaciones.

«Con el tiempo he conocido que hubo una conspiración contra mí, un montaje para sacarme de la política», asegura. De momento, no quiere dar nombres. Tal vez lo hará algún día. El otro momento crítico de su carrera fue el accidente de Angrois, en el 2013, en un tramo de la línea de alta velocidad que él inauguró, y su posterior comparecencia en la comisión de investigación del Congreso. ¿Cuál de los dos procesos fue más duro? «Fueron sufrimientos distintos. Con el accidente de Angrois pasé días sin dormir, preguntándome si habíamos fallado en algo. Fueron muchas víctimas, una tragedia. En el proceso judicial era sobre todo no entender lo que estaba pasando. Y el sufrimiento que afectaba a toda mi familia».

Después de aquellos años vertiginosos, este lucense de Palas de Rei se prepara para celebrar su sesenta aniversario en febrero. Es socio fundador y CEO de Acento, una consultora especializada en diplomacia competitiva y relaciones institucionales, una empresa en la que también trabaja su compañera en el PSOE Elena Valenciano, y donde colocó en la presidencia a un rival político, el exministro del PP Alfonso Alonso. «Nunca había tomado un café con él. Un día lo llamé para tomar uno y aceptó incorporarse al proyecto. Encajaba muy bien por su talante».

Aunque las responsabilidades no han terminado, José Blanco tiene ahora más tiempo para los suyos, especialmente los fines de semana. Hace ejercicio tres días a la semana con un entrenador personal. Y dice que no echa de menos la política, aunque citando a su profesor de Filosofía del instituto, el exalcalde de Lugo Xosé López Orozco, se considera a sí mismo «un animal político». «Pasé esa página y siempre dije que hay vida después de la política», dice. Pero no quiere pasar por el tiovivo de las tertulias políticas. «Hay que ser leal. Puedo dar algún consejo, poco más. Y creo que hay que analizar la gestión de Pedro Sánchez en el contexto tan complicado de la pandemia», alega la persona que tuvo mucho que ver en la activación del primer estado de alarma de la democracia, en noviembre del 2010, con la crisis de los controladores aéreos.

Son tiempos en que uno ya puede dejarse la barba blanca, rebobinar una amplia experiencia y opinar con más libertad sobre lo que pasa. Aunque se atribuye buena parte del impulso al AVE gallego que se pondrá en marcha en diciembre, cree que se trata de «una conquista de los gallegos en la que todos remamos». Reivindica el pacto del Obradoiro que suscribió con Feijoo, con quien dice que tuvo una relación «razonable». «Sí que echo de menos esa política del entendimiento», lamenta. Le sorprendió el cese de Ábalos «en el sentido de que no era esperado» y, sobre el reciente proceso de primarias en el PSdeG, argumenta: «Quien ha perdido tiene que saber ponerse a un lado».