Primer día de la alta velocidad en las estaciones gallegas: «Se me pasó volando»

E. Silveira / A. Martínez / A. S. Zapata / N. D. Amil / M. Mosteiro / S. González / B. Couce REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

El primer servicio de AVE llegó este martes a Ourense, donde muchos pasajeros hicieron transbordo para desplazarse al resto de ciudades

21 dic 2021 . Actualizado a las 05:05 h.

La alta velocidad con Madrid se estrenó por fin este martes en todas las estaciones de tren gallegas. Lo hizo con satisfacción entre la mayoría de los pasajeros por el ahorro de tiempo en el recorrido, pero también con algunas protestas de viajeros en Vigo o Santiago por los transbordos necesarios para llegar a su destino o los precios de los billetes. En Ferrol, donde el número de frecuencias se mantiene, los pasajeros lamentan que el viaje se haga «eterno» desde A Coruña, con hora y media de trayecto.

La estación de tren de A Coruña ha sido esta mañana uno de los epicentros de la actualidad informativa en la ciudad. Tras hacer transbordo en Ourense, llegaron los primeros pasajeros de la Alta Velocidad a San Cristóbal. La entrada estaba prevista para las 10.48 horas, después se retrasó a las 11.01, pero el convoy modelo Avant paró finalmente ante la topera de la vía número 6 a las 10.58 horas, con diez minutos de retraso. En realidad, ese Avant tipo 121 eléctrico es el que enlaza de forma habitual la ciudad de Ourense con A Coruña pero, en esta ocasión y por primera vez en la historia, también trasladó pasajeros que hicieron el transbordo del AVE S-112 procedente de Madrid en la ciudad de las Burgas, compartiendo vagón hasta A Coruña con muchos otros viajeros.

Sin tanta expectación como la que suscitó la llegada del AVE a Ourense el pasado lunes con la presencia del Rey y del presidente del Gobierno, entre otras autoridades, decenas de personas se bajaron al andén de la estación coruñesa con semblante serio, con pocas maletas y, eso sí, la ilusión de poder pasar las vacaciones de Navidad en casa o con la familia. «Muy rápido, la verdad. Se me pasó volando el camino de Madrid a Ourense. Se notó que fui en un AVE», comentó una joven pasajera tras cruzar los tornos de seguridad.

Elena Silveira

Otro estudiante de Auxiliar de Enfermería en Segovia indicaba que no hubo complicaciones durante el viaje, que fue bastante rápido hasta Ourense aunque notó que los vagones eran «bastante angostos». «Quería venir a A Coruña, donde tengo a mi familia, el día 23, pero estaba todo agotado. La única alternativa que me daban era viajar el día 25. Fui a la estación y, por suerte, me dijeron que había una plaza libre para hoy. Así que he tenido suerte», explicaba André Alejando Mejías, de 19 años. El billete en el AVE más el enlace entre Ourense y A Coruña con el Avant le costó 58 euros, sin los descuentos del carné joven o de estudiante. «Pues la verdad es que no lo tengo porque este viaje fue algo que no estaba muy premeditado, pero tendré que sacármelo para obtener mejores precios la próxima vez», explicaba. 

Elena Silveira

También Mariña Romero viajó de la estación de Chamartín - Clara Campoamor hasta Ourense en el AVE aunque, según dijo, «no me enteré ni que estaba en un tren de alta velocidad». Explicó que el día anterior le pusieron la segunda dosis de la vacuna del covid-19 y que le provocó algunos efectos secundarios. «La verdad es que el viaje se me hizo eterno porque no me encuentro bien. Salimos a las 6.20 de la mañana de Madrid y llegamos a Ourense a las nueve y pico. Allí hicimos el transbordo y llegamos a A Coruña a las 10.58. Fueron algo más de cuatro horas de viaje... Algo se nota, pero no se ahorra tanto tiempo», indicó. Con el descuento de familia numerosa, Mariña compró los billetes por 37 euros. «Bueno, y me salió más barato porque también los cogí hace mucho tiempo», puntualizó.

CESAR QUIAN

Otro de los usuarios del tren de alta velocidad que venía desde Madrid a Ourense fue el arquitecto y profesor de la UDC Plácido Lizancos. Cansado por el madrugón y portando una pequeña maleta de ruedas, aseguró que el AVE «merece a pena». Aunque puntualizó que «aínda hai moitas cousas que mellorar». En este sentido, aseguró que el hecho de que el tren salga de la estación de Chamartín y no de Atocha supone un mayor desembolso económico y más pérdida de tiempo. «Hai que ter en conta que para desprazarte ata alí tes que pagar un taxi ou outro tipo de medio de transporte e, ademáis, saír con tempo dabondo para chegar puntual». En cuanto al viaje, aseguró que los vagones hasta Ourense «viñeron cheos» y que el recorrido «foi coma sempre, tranquilo aínda que un pouco máis rápido». El único inconveniente, además de tener que hacer el transbordo de vía y tren en la ciudad de las Burgas, se lo topó al llegar A Coruña, donde no encontró un cajero en el que poder retirar dinero. Así que, a pesar de ser el primero en pasar los tornos de seguridad, fue uno de los últimos en poder coger un taxi. 

Por otro lado, Renfe se vio obligada a reprogramar horarios para adaptar las conexiones a la llegada del AVE a Galicia. De hecho, la llegada de la alta velocidad generó tanto interés que hubo que duplicar frecuencias. En concreto, en A Coruña se pasó de cinco a diez servicios diarios, con tres trenes directos y otros siete con enlace, con un precio que dependerá de la demanda en cada momento.

Elena Silveira

Sectores afectados por este nuevo servicio ferroviario auguran efectos positivos en la economía. En este sentido, Gonzalo José Torrado Moreira, que lleva 36 años al volante de un taxi, cree que con el AVE «algún pasaxeiro máis chegará á estación». Comentó que esperar en San Cristóbal tan solo da opción a realizar un servicio: «Se saes de aquí e o destino é Monte Alto non da tempo a volver a por máis clientes. Pero seguramente traerá máis actividade». Y no se olvidó de incidir en los problemas que está pasando el sector del taxi desde que se inició la pandemia. «A cousa recuperouse un pouco, pero a xente volve ter medo e xa non recurre tanto ao taxis. Pola noite se sigue traballando ben, pero non hai tanto traballo coma antes», explicó. 

Quejas en Vigo por tener que hacer transbordo

En Vigo había este martes satisfacción entre los usuarios de la estación de Vialia Vigo porque se hayan acortado los tiempos entre con Madrid en tren. Sin embargo, este ahorro sabe a poco por el rodeo que da el tren hasta Santiago para llegar hasta Ourense. Muchos consideran que el recorrido podría ser más corto y barato si existiese una línea de alta velocidad más directa entre Vigo y Ourense.

Berta y José Luis, dos hermanos emigrantes retornados, en la estación de Vialia
Berta y José Luis, dos hermanos emigrantes retornados, en la estación de Vialia M.MORALEJO

Hay trenes directos que no paran en Santiago y utilizan la variante de Conxo para continuar su trayecto entre Vigo y Madrid, pero también a determinadas horas se obliga a los usuarios a hacer transbordo en Santiago. Fue el caso de Pablo Rodríguez Pérez, de 19 años, que cogió el tren en la estación de Chamartín a las ocho de la mañana y, al llegar a Santiago, tuvo que tomar otro regional para desembarcar a las 12.20 en Vigo. «No me parece bien. Ya que tenemos esta estación tan moderna en Vigo, los trenes deberían de llegar directos», afirma este joven que llegaba a la ciudad olívica para pasar unos días de vacaciones.

Berta y José Luis, dos hermanos emigrantes retornados, se disponían este martes a tomar el tren de Vigo a Madrid a las 13.20. Tenían hora y media por delante para llegar hasta Ourense. «Nos tienen un poquito olvidados. Como son de gobiernos diferentes, uno se hace la zancadilla al otro y los que pagan somos nosotros», afirmaba José Luis antes de subir al tren.

El precio, lo peor del viaje en Santiago

El Avant, que traía a Santiago a los primeros pasajeros que llegaron una media hora antes en AVE a Ourense, llegó puntual a la estación compostelana. De los vagones se bajaron pocos pasajeros, y entre ellos, estaba Sergio, un compostelano que regresó a casa, después de pasar unos días de descanso en Madrid. Optó por el viaje en AVE hasta Ourense y Avant hasta Santiago «por el tiempo, y porque me daba igual venir ayer (por el lunes) que hoy, martes». La experiencia la describe «como buena, pero el tren no es nuevo. Estaba roto el reposabrazos del asiento, y se ve que ya estuvo en servicio en otro sitio». Sergio no prestó atención a la película proyectada, porque «era la misma que pusieron cuando fui para Madrid». El precio, 70 euros, del billete de vuelta desde Madrid es lo «peor del viaje». A modo de anécdota comentó que «a Ourense llegó con cinco minutos de retraso, pero el otro tren esperó por nosotros, y se recuperó el tiempo perdido».

Sergió llegó a Santiago tras irse de vacaciones unos días a Madrid
Sergió llegó a Santiago tras irse de vacaciones unos días a Madrid Sandra Alonso

Paula Vázquez era otra de las pasajeras que estrenó este martes el AVE, y que viajó con la pequeña Ariana. Al llegar a Santiago aún les quedaba un viaje en coche por carretera hasta Negreira, otros 25 minutos más hasta abrir la puerta de su lugar de destino. Paula y Ariana salieron a las cuatro de la mañana de Italia, «pasamos por todos los medios de transporte: autobús, avión, tren y ahora coche», comentó Paula, sensible cansada. «Por fortuna el tren llegó rápido, pero el cambio de tren en Ourense fue un poco complicado con la niña y las maletas», explicó. En cuanto a la velocidad «se nota que vas rápido, pero no da sensación de miedo. Después de Ourense baja bastante, y se nota el cambio». Sergio pudo ver en las pantallas, que la velocidad llegó a los 299 kilómetros por hora, «para bajar luego en Galicia». Los dos pasajeros se mostraron extrañados por la parada de ocho minutos antes de entrar en la estación de Ourense, y «menos mal que nos dijeron que había 135 personas que hacían el cambio de tren, porque así me quedé más tranquila. Supuse que daría tiempo a hacer el cambio», explicó Paula. 

Los lucenses, sin prisa por subirse al AVE

La previsión de los vecinos de Lugo jugó contra la inauguración de los viajes comerciales en AVE. En la mañana de este martes, salían de la estación los primeros convoyes que permitirían a los lucenses hacer el transbordo en Ourense y coger el AVE. Sin embargo, ninguno de los consultados por este periódico contaba con su reserva para disfrutar de la alta velocidad. A pesar de que ADIF confirmó que los trenes que salían de Lugo con destino Madrid estaban completos -o casi- durante todo el día, los pasajeros que partían de la ciudad amurallada parecieron elegir la manera «tradicional» de viajar.

Un Alvia en la estación de Lugo
Un Alvia en la estación de Lugo oscar cela

«Son dos horitas más de trayecto, pero no tenemos prisa», confesaba una de las viajeras, mientras se subía al convoy. La parsimonia de los pasajeros, que en muchos casos iban con calma a pasar las fiestas con sus seres queridos en la capital de España, fue uno de los motivos por los que no eligieron el AVE.

Sin embargo, la causa principal fue la previsión. Y es que la gran mayoría de los lucenses explicaban que, en el momento en el que compraron sus billetes para ir a Madrid, todavía no se había anunciado que el AVE estaría operativo este martes por primera vez, por lo que escogieron la opción «de toda la vida». Los pases, que cuestan 54 euros, permitían a los pasajeros ir directos hasta Madrid, sin necesidad de hacer un transbordo en Ourense. De esta forma, los viajeros que partían de Lugo llegaban a la capital madrileña como llevaban haciendo hasta ahora, sin utilizar el AVE.

Aún así, la gran mayoría de ellos afirmaban que, la próxima vez que tuvieran que viajar a Madrid, utilizarían la alta velocidad. «Es una gran noticia para los gallegos, aunque echamos de menos que la línea se extienda hasta Lugo», explicaba uno de los usuarios. Esta, junto con la falta de vertebración ferroviaria que conecte Lugo con el resto de localidades de la provincia, son las únicas quejas que persisten en los lucenses tras la llegada del AVE a Galicia. 

«Si cinco horas ya me parecía rápido, imagínate cuatro» 

Pasaban unos minutos de la hora prevista para que el tren de Madrid entrase en la estación de Pontevedra. Paula Martíns tendría que haber llegado a las 12.04 después de haber hecho un enlace en Santiago, pero eran ya las 12.10 horas cuando bajaba con su maleta al andén en el primer día de servicio del AVE. Su viaje han sido algo más de cuatro horas, un paseo, acostumbrada a los largos trayectos. «Antes sí que se hacía largo el tramo de Ourense a Madrid. Si antes cinco horas ya me parecía rápido, imagínate estar en casa en cuatro horas», explica está periodista de la revista Harpers Baazar, que este martes regresa a casa para pasar las fiestas. 

Pasajeros esperando la llegada del Alvia procedente de Madrid en Pontevedra
Pasajeros esperando la llegada del Alvia procedente de Madrid en Pontevedra CAPOTILLO

Lleva tres años haciendo esta ruta entre Madrid y Pontevedra, así que este 21 de diciembre histórico para las comunicaciones con la Meseta, le hicieron plantearse muchas cuestiones. La primera es saber sí le compensaba viajar hasta Ourense en AVE y desde allí venir en bus hasta casa. «La verdad es que esta mañana cuando me desperté lo pensé, seguramente valoraré esta posibilidad para la vuelta», apunta Martíns. El billete le ha costado cerca de 45 euros, pero había visto que hasta Ourense había posibilidades de viajar por algo más de 20 euros. Eso sí, el billete de tren hace más de un mes que se lo sacó, de lo contrario sería imposible poder viajar en tren en período navideño. 

Paula Martíns no viajó en un Alvia directo de Madrid a Pontevedra. Ella se subió a las ocho de la mañana al tren en la estación de Chamartín y a las 11.20 cogió un tren enlace que la dejó en la estación de Pontevedra 50 minutos después. Esta joven pontevedresa optó por el tren, pero reconoce que hay alternativas. «Yo ya probé todas las formas de viajar, el bus es el más directo y el coche es una maravilla, pero después no lo puedes tener en Madrid. El tren es una buena opción», subraya Martíns, que pasará en Pontevedra las fiestas navideñas.

Un viaje rápido a Vilagarcía: «Es un medio perfecto»

Hace poco más de un año, en octubre del 2020, Vilagarcía de Arousa recuperaba su escala directa en el tren que comunica Galicia con Madrid, una parada regular que había perdido en 1958. Este martes, tres horas y cuarenta y dos minutos después de su partida de la estación de Chamartín, el primer ferrocarril de la era AVE tocó la ciudad arousana, procedente de la capital. Del convoy descendieron una veintena de personas. Entre ellas, Gonzalo Durán Abalo, un guardia civil que regresaba a casa por Navidad. «El viaje -explicó al descender al andén- se me ha hecho muy rápido».

Pasajeros bajándose del Alvia en Vilagarcía
Pasajeros bajándose del Alvia en Vilagarcía MONICA IRAGO

Gonzalo, a quien su madre Mercedes aguardaba en la estación, vive y trabaja en Madrid, y acostumbra a viajar a Vilagarcía cada tres o cuatro meses, aunque la última vez que estuvo aquí fue en noviembre. «El tren es el mismo que entonces, pero el tiempo de recorrido es muy distinto y resulta muy cómodo poder venir directamente a casa, sin ni siquiera cambiar de vagón». Por si fuese poco, se ha beneficiado de aquella oferta de lanzamiento que Renfe puso sobre la mesa, con billetes por apenas 15 euros. «Es un medio perfecto», concluye el viajero arousano, que el domingo realizará el trayecto inverso, «también en tren, por supuesto».

Ferrol, al margen del AVE: «Es una pena que nos dejan aislados de todo»

«Solía venir en autobús, pero cogí el Alvia para probar. Hasta A Coruña fue muy bien, pero después se hace eterno». El ferrolano Aitor Alaña fue uno de los pasajeros que se montaron en el tren que partió de Madrid a las ocho de la mañana y llegó a la urbe naval cuando pasaba un cuarto de hora de la una de la tarde. En el día en que la Alta Velocidad Gallega estrenaba sus viajes comerciales, sus palabras condensan a la perfección la frustración de los habitantes de Ferrolterra. Junto con Lugo, son las dos urbes que han quedado excluidas del nuevo trazado rápido, que finaliza en la ciudad herculina.

Pasajeros del tren Alvia en la estación de Ferrol
Pasajeros del tren Alvia en la estación de Ferrol CESAR TOIMIL

Aunque los enlaces con la capital se reducen ahora a cinco horas y doce minutos, frente a las más de siete horas que tardaban antes, el cuello de botella del tendido entre Ferrol y A Coruña (en el que se consume una hora y media) continúa lastrando la competitividad del servicio ferroviario.

Alaña, que vive en la capital desde el 2014, afirma que, pese a todo, el tren ya le gana la partida a otros medios de transporte: «En coche tardaría seis horas y en autobús, siete horas y cuarto». En esta ocasión, pudo hacer el viaje por quince euros, beneficiándose de la oferta promocional que lanzó Renfe, aunque da por hecho que el precio de los billetes crecerá.

En el mismo tren viajaban José Manuel Amado y sus nietos Martín e Iria Ramos, que corrieron a abrazarse a su abuela Rosa Mosquera, que los esperaba en la estación. «Es una pena que nos dejen aislados de todo», se lamentó ella, repartiendo culpas entre los políticos, que hicieron posible que la mayor parte de las ciudades gallegas cuenten con líneas rápidas, de las que no disfruta Ferrol. Pese a todo, José Manuel Amado considera que «se nota mucho» el recorte de los tiempos. «Hice muchas veces este trayecto, pero hoy lo hicimos mucho mejor», asegura, al mismo tiempo que considera que estos enlaces restarán pasajeros al avión. «A ver si la ministra ferrolana logra algo», afirmaron tanto Amado como Alaña.