La asociación de residentes, en contra del contrato de técnicos para la primaria: «A nadie se le ocurriría para oncología»
28 ene 2022 . Actualizado a las 15:28 h.El Servizo Galego de Saúde va a empezar a incorporar a los centros de salud a profesionales que han terminado la carrera de Medicina pero que no han obtenido ninguna especialidad. Alrededor de 150 se han interesado en este nuevo puesto de técnicos de salud, sobre todo gente que hace el examen mir el próximo sábado y que hasta mayo no se incorpora a su hospital de formación. Pero en Galicia hay muchos más médicos sin especialidad, concretamente 3.960, según los datos que recopila el Consejo General de Colegios Médicos de España entre sus socios. Los cuatro colegios gallegos tienen 15.133 inscritos, así que el 26 % no tienen una especialidad reconocida en el mir, aunque en esos números se incluye a los profesionales jubilados.
«Ningún médico puede trabajar en España sin el título homologado», dice en referencia a la carrera universitaria la secretaria general del Colegio de Las Palmas, Marta León, una de las responsables de los registros de toda España, «pero otra cosa es la especialidad: difícilmente te van a contratar en el sistema público, pero sí se puede trabajar en el sector privado; lo que no puede hacer es publicitarse como especialista», dice la experta. Un médico podría montar una consulta, pero no podría decir que es traumatólogo o cardiólogo.
Por ese motivo, en los hospitales privados no suelen contratar a médicos sin especialidad. A veces sí lo hacen, normalmente para el servicio de urgencias, que no tiene una especialidad propia. El destino habitual para estos doctores es trabajar en mutuas de aseguramiento.
En cuanto a la pública, el Gobierno ha relajado la normativa para afrontar la pandemia de covid-19 y ha abierto la posibilidad de contratar a los que en el sector se conocen como mestos (médicos especialistas sin título oficial). Ahí se enmarca el contrato del Sergas. Como es de solo dos meses, y vinculado a la sexta ola del covid, que está declinando, no se espera que muchos trabajadores dejen un puesto fijo en una mutua.
A los residentes que sí están haciendo la especialidad no les convence este plan del Sergas, que busca aliviar los centros de salud de carga burocrática, dejándola en estos médicos sin especialidad. «Los trámites administrativos debería hacerlos un administrativo; esto es una falta de respeto a todo el proceso mir, que es una oposición muy dura», defiende el representante en Galicia de la Asociación mir España, David Martín, oncólogo en formación. Un total de 1.745 personas se presentan este sábado al examen del mir en Santiago y Vigo. «Esto es un claro desprestigio de la primaria: a nadie se le ocurriría coger a un médico sin especialidad para hacer informes de oncología», añade.
El presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) en Galicia, Daniel Rey, concuerda con ese razonamiento de que para otras especialidades médicas sería impensable una medida de este tipo. «Tememos que se pueda convertir en una puerta de acceso a la especialidad y a la asistencia sanitaria, sobre todo para cubrir las plazas que se denominan de difícil cobertura».
«Es casi imposible que te reconozcan la especialidad, tienes que volver a hacerla»
Hay una importante bolsa de médicos entre las personas que han llegado de otro país. La homologación del título de Medicina puede durar un año, pero el reconocimiento de la especialidad es casi imposible. «Puede tardar hasta diez años, porque el Ministerio de Sanidad estudia caso a caso para ver que cumple los requisitos del plan de formación español, y luego se les hace un examen», explica Marta León.
Andrés Sepúlveda se formó en una especialidad en Colombia y ahora, con 40 años, acaba de terminar la segunda en España. «Mi primera intención fue homologar el título de especialista en urgencias en España, pero aquí no existe esa especialidad, así que no pude», explica. Su formación duró cuatro años, en la ciudad de Pereira, y después estuvo trabajando otros seis como especialista. Como tenía ganas de venir a España y tenía familia en A Coruña, se lo planteó de otra manera. Homologó el título de Medicina cuando aún trabajaba allá y ahorró durante años con el objetivo de venir y subsistir durante varios meses mientras estudiaba el mir. Lo aprobó, cursó la especialidad de radiología en Povisa, en Vigo, y ahora está terminando la subespecialidad de radiología intervencionista. «Siempre quise ser radiólogo, así que cuando vine a España con toda la ilusión, me dije: ‘‘Vamos a por todas y hacemos otra especialidad’’».
«Conozco a muchos colegas que hacen la especialidad en su país y al venir aquí es prácticamente imposible que te la reconozcan. Tienen que empezar de cero y hacer el mir para sacar la misma especialidad por segunda vez, y otros cuatro años en formación», dice. Al menos eso le proporciona una nueva perspectiva, porque «en urgencias exploras a los pacientes y luego pides pruebas, y en la radiología ves las cosas desde las imágenes, sin explorar a los pacientes, es el proceso inverso».