El PSdeG decreta el estado de paz interior tras cuatro meses de metamorfosis

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

De izquierda a derecha, arriba, Bernardo Fernández, Carmela Silva, Rafael Villarino, David Regades. Abajo: Luis Álvarez, González Formoso, Lara Méndez y José Tomé
De izquierda a derecha, arriba, Bernardo Fernández, Carmela Silva, Rafael Villarino, David Regades. Abajo: Luis Álvarez, González Formoso, Lara Méndez y José Tomé

Los socialistas quieren pasar página, resolver los congresos provinciales y relanzarse sin ruido interno en las carreras municipales

06 mar 2022 . Actualizado a las 20:48 h.

El PSdeG ha completado la mudanza casi integral de sus cuadros directivos que se intuyó el 27 de septiembre del año pasado, el día que Valentín González Formoso anunció que daba un paso adelante para competir con Gonzalo Caballero por la secretaría general del partido. El cambio se confirmó el 30 de octubre con una holgada victoria en primarias del alcalde de As Pontes, que superó a su adversario por veinte puntos; y se ha completado tres meses después con la elección en urnas de Bernardo Fernández como líder provincial de A Coruña, el último territorio que faltaba por reorganizar con vistas a los congresos que se celebrarán en febrero.

Fueron un total de cuatro meses de metamorfosis cuya cuenta atrás, en realidad, comenzó a descontar la misma noche de las elecciones autonómicas celebradas en julio del 2020, cuando se abrió una discreta crisis que se mantuvo latente hasta poco antes de un congreso incómodo en el calendario —la Navidad y el parón parlamentario ralentizaron algunos movimientos—, pero que llega a tiempo para la reconstrucción autonómica, ya que no se alcanzó el ecuador de la legislatura; y con más de un año de margen para las municipales.

Resueltos los puzles provinciales con bastante menos runrún que al inicio de los procesos, y superado el trauma del movimiento de escaños y cargos en el grupo parlamentario, la nueva dirección socialista quiere poner proa hacia los próximos comicios de primavera del 2023 activando también los congresos locales y aprovechando la mejor herencia de la etapa de Caballero, con el control de más de un centenar de ayuntamientos, cinco de las siete ciudades y tres de las cuatro diputaciones.

De esos éxitos del 2019 salen varias de las patas sobre las que sustenta el proyecto de Formoso, que ha tratado de encontrar el equilibrio autonómico con referentes locales como el edil coruñés José Manuel Lage Tuñas, que lleva el peso orgánico; la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, a la que nombró vicesecretaria general; la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, de la poderosa agrupación de Vigo; y el presidente de la Fegamp y alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, que será el coordinador del proyecto político para las municipales.

De la anterior etapa solo repite David Regades en Pontevedra, que se ahorró las primarias; y Rafael Rodríguez Villarino, en Ourense. La victoria de este último le sirvió a Caballero para soltar su última puya a la nueva cúpula, que ha decretado el estado de paz orgánica.

«Mirar adiante»

La consigna socialista se notó en el discurso de la portavoz adjunta en el Parlamento, Begoña Rodríguez Rumbo, que una demostración de las nuevas dinámicas en el grupo protagonizó la habitual rueda de prensa de los lunes en la que Caballero marcaba en solitario la agenda del PSdeG y valoraba asuntos de actualidad. La diputada, a preguntas de los medios, apeló a «mirar adiante» tras la resolución de las primarias coruñesas y dejar atrás el debate de proyectos que, puntualizó, tienen un «ideario coincidente», de ahí que haya adelantado que la dirección no vaya a excluir a la perdedora, Noa Díaz. «Ninguén sobra», apuntó Rodríguez Rumbo, que auguró «tranquilidade» con el cierre de los procesos internos. «Vai seguir a discusión interna de ideas, faltaría máis, pero xa non se pode discutir á persoa que gaña», zanjó.