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El comisario que resolvió el caso Samuel deja Galicia

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Nació en Lugo, pero se siente coruñés. Ahora, tras un año y medio en Galicia, Pedro Agudo cambia de destino. Regresa a Madrid, a los servicios centrales de la Policía Nacional

17 mar 2022 . Actualizado a las 21:34 h.

«Soy activo. Me gusta resolver los problemas de la gente». Esa frase en una entrevista en La Voz puede resumir el estilo de trabajo del comisario Pedro Agudo, que nació en un hospital de Lugo en 1967 de casualidad. Su madre se puso de parto cuando regresaba a su domicilio de A Coruña desde la aldea de Palas de Rei, de donde es originaria su familia. «Pero soy coruñés de toda la vida, de Dominicos», asegura. Pese a esos orígenes, nunca había trabajado en Galicia. Estuvo en el País Vasco, en Canarias, en Ceuta, en Melilla, en Pamplona, en Italia y en Madrid. 

El último año y medio sí lo pasó en su tierra. Eligió A Coruña para su primer destino con la categoría de comisario, en buena parte para estar cerca de su madre enferma, en sus últimos días de vida. Ha sido una etapa muy intensa, también profesionalmente. En ese tiempo se ha enfrentado a tres casos importantes que conmocionaron a una ciudad habitualmente tranquila y segura. Uno de ellos, un crimen machista que tuvo como víctima a una conocida panadera de O Birloque; otro, un asesinato a puñaladas de un hombre en su propia casa. Pero siempre será recordado por la resolución del crimen de Samuel, un caso muy mediático que traspasó fronteras por las circunstancias en las que se produjo y por las connotaciones que rodearon la agresión, a la que muchos le atribuyen tintes homófobos por la condición gay de la víctima y porque el primer agresor, antes de darle un puñetazo, le espetó: «¿Qué estás grabando, maricón?». 

Samuel Luiz, de 24 años, murió frente al paseo marítimo de Riazor. Un grupo de jóvenes le pegó hasta la muerte en plena calle. Recibió puñetazos y patadas de muchos jóvenes (hubo siete detenidos y decenas de interrogatorios) durante una agresión que probablemente comenzó con un malentendido: uno de los ahora detenidos creyó que Samuel y otra joven lo estaban grabando con el móvil cuando en realidad estaban haciendo una videollamada con una amiga que estaba en su casa en Pontevedra. Eran las tres de la madrugada del sábado 3 de julio del 2021, uno de los primeros fines de semana de libertad horaria tras las restricciones de la pandemia. 

El lugar en el que cayó muerto Samuel se convirtió en un altar de flores durante varias semanas.
El lugar en el que cayó muerto Samuel se convirtió en un altar de flores durante varias semanas. CESAR QUIAN

Con esos tres casos, Pedro Agudo empezó a demostrar que era activo y ejecutivo, como señala alguno de sus colaboradores. Especialmente con el horrendo crimen de Samuel, que le impactó por cómo ocurrió. «Los agresores son personas como tú y como yo, que se toman una copa y son capaces de matar», confesaba a La Voz. A primera hora de la mañana de aquel sábado movilizó a su equipo. Y él mismo dirigió la reconstrucción de los hechos, acompañado por la chica que estaba con Samuel cuando empezó la agresión. Así se inició una compleja investigación policial que permitió esclarecer en apenas tres meses cómo murió aquel joven que había salido de fiesta por A Coruña. 

Agudo creó una cápsula con siete agentes de la brigada. Es un sistema que había empleado con éxito en otras investigaciones cuando estaba al frente de la unidad de Policía Judicial adscrita a los juzgados de Madrid. Se trataba de aislar a los policías del ruido existente alrededor de un caso que estaba presente en todas las televisiones. «Toda la información la he gestionado yo directamente para evitar que hubiera filtraciones», recordaba el comisario en otra entrevista cuando logró cerrar el caso policialmente. Lo cerró con siete detenidos y con miles de folios de un atestado lleno de declaraciones de testigos de aquella noche y de fotografías e imágenes de vídeo obtenidas de las cámaras del local en el que agresores y víctima coincidieron horas antes de la paliza, y de los dispositivos de control del tráfico y de seguridad de los establecimientos que hay en la zona. 

Agudo sabía que las primeras horas de cualquier investigación son decisivas. «Es importante tener todos los datos, los testigos, si hay cámaras… En esos primeros momentos tuvimos ya una idea de cómo había ocurrido todo», explicaba entonces el comisario. En la primera semana del caso Samuel, su equipo trabajó hasta 17 horas diarias. Buscaron testigos e imágenes: «Tomamos declaraciones a las once de la noche y a la una de la madrugada. Son muy importantes los primeros testimonios antes de que los implicados o los testigos puedan hablar entre ellos y establecer algún tipo de coartada». Y esas primeras indagaciones permitieron a la cápsula policial saber el recorrido que hicieron los principales sospechosos tras dejar moribundo en el suelo a Samuel Luiz.

Uno de los primeros detenidos por el crimen de Samuel, cuando era trasladado al juzgado.
Uno de los primeros detenidos por el crimen de Samuel, cuando era trasladado al juzgado. Marcos Míguez

Fue una investigación exitosa, pero Agudo se quita méritos y subraya que fue un trabajo conjunto en el que los agentes a su cargo realizaron una gran labor y en el que además tuvo el apoyo total del entonces jefe superior de Policía de Galicia, José Luis Balseiro, recientemente fallecido. También destaca la colaboración de la Delegación del Gobierno, encabezada por José Miñones, para canalizar la información precisa en cada momento. 

«Un crimen como el de Samuel no es lógico en una ciudad como A Coruña», aseguraba Agudo, que ahora regresa a Madrid, donde el tipo de delincuencia es muy distinta. También, el ritmo de vida. Allí le será más complicado desconectar del trabajo haciendo bicicleta o jugando una pachanga de fútbol, como hizo en este último año y medio en A Coruña. En principio va destinado a los servicios centrales de la Policía Nacional, pero con la experiencia que le ha dado su paso por la Brigada de la Policía Judicial de A Coruña. Por eso, quienes lo conocen creen que esté donde esté no dejará la acción policial. «Esta profesión es mi pasión», repite siempre el comisario Agudo.