Abel Caballero busca ya nuevo antagonista en la Xunta para mantener su estrategia de choque tras la marcha de Feijoo
GALICIA
Socialistas y populares auguran que el alcalde de Vigo no variará su guion tras el inminente cambio en el Gobierno gallego
08 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Cuando Alberto Núñez Feijoo deje de ser presidente de la Xunta, yo seguiré siendo alcalde de Vigo», vaticinó hace dos años Abel Caballero. Y así va a ser, aunque no por la fuerza de los votos, sino por el devenir de los acontecimientos en el PP y el salto de su líder en Galicia a la política nacional. Pero la consecuencia para el regidor vigués es que se quedará sin su antagonista, sin su némesis, sin el objeto de la mayoría de sus reproches y acusaciones, sin el enemigo exterior al que achacar los males de la ciudad y sacudir la idea del agravio que dice que cuenta con el respaldo que le dio el 68,26 % de los votos de los vigueses la última vez que se sometió al dictamen de las urnas.
En gran parte de las 5.000 comparecencias que Abel Caballero ha protagonizado ante los medios de comunicación desde que es alcalde —mantiene una cita diaria—, el regidor ha hecho de la Xunta el blanco de sus críticas «por ningunear a Vigo», por «maltratarla» y por «no atenderla como se merece». Y lo ha personificado en Feijoo. La lista de adjetivos que le ha dedicado el alcalde al todavía presidente gallego es interminable: arrogante, demagogo, presidente indigno, mentiroso compulsivo, xenófobo, mayor farsante del reino, el peor presidente de la historia de la autonomía, tiene tirria política con Vigo, no soporta que a la ciudad le vaya bien, detesta a Vigo, está siempre a la contra, una calamidad para mi ciudad, insulta a los vigueses, es al único al que no le gusta la Navidad de Vigo...
«Si cumpliese, yo le pondría alfombra roja», alega habitualmente para negar que se trate de algo personal, para a continuación explicar los motivos de su mala relación y enumerar de carrerilla sus quejas: «Quiso cerrar Peinador; ha dejado a Vigo sin AVE; nos quitó la caja de ahorros; reventó el área metropolitana; nos cobra por aparcar en el hospital privado que hizo la Xunta; ha pedido que no se haga la continuación a Vigo de la autovía a Madrid; ataca las luces de Navidad, pretendió junto con Gallardón dejar a la ciudad sin administración de Justicia...». El regidor ha hecho otra máxima: en Vigo el que hace realmente de presidente de la Xunta es él.
Tanto en el PSOE como en el PP hacen un diagnóstico similar ante el nuevo escenario: si el nuevo presidente forma parte del actual Gobierno de Feijoo, la estrategia será la misma, máxime si el elegido es el pontevedrés Alfonso Rueda, blanco habitual de ácidas críticas por parte de la presidenta de la Diputación y teniente de alcalde en Vigo, Carmela Silva, y que ha entrado también desde hace unos días en el reproche diario del regidor. Si el designado tuviese la hoja de servicios con Vigo en blanco, PSOE y PP vuelven a coincidir en que habría un plazo de gracia... pero el guion, a continuación, sería el mismo. El análisis desde la familia socialista viguesa es que, aunque cambien la cara en la presidencia de la Xunta, no hay por qué abandonar la estrategia que ha hecho posible las mayorías absolutas de Caballero.
Rueda, un «conocido antivigués»
Por lo de pronto, ya se ha rescatado internamente una antigua afirmación del alcalde señalando a Rueda como participante en una manifestación en Pontevedra contra la segregación de salas judiciales y la apertura en Vigo de la delegación de la Xunta. Desde el PP se niegan estos hechos, pero creen que recuperar aquellos episodios prueban que Caballero no cambiará de discurso. «Sea quien sea, dirá que es su continuador. Eso le bastará para seguir confrontando», augura un analista popular.
Ayer mismo, Caballero volvió a meter a Alfonso Rueda en su discurso de confrontación: «Vino a decirle a Vigo que lo bueno es ir al Xacobeo de Santiago. Vino a anunciar que los taxis de Vigo lleven publicidad de una fiesta de Santiago. ¿Le va a decir a los taxis de Santiago que anuncien la Navidad de Vigo?». Y volvió sobre ese argumento citado unas líneas antes. «Rueda es un conocido antivigués. que no se olvide nadie. Se manifestó Pontevedra contra Vigo cuando se intentó el segundo tribunal mercantil. No va por el buen camino».
Los resultados en Vigo
Abel Caballero considera a Alberto Núñez Feijoo como un rival «perfectamente batible» en las urnas, según esgrime, dados los antecedentes electorales registrados en Vigo. Presidente del PSOE de Vigo desde octubre del 2008, el regidor sin embargo nunca logró vencer al aún mandatario de la Xunta en su ciudad en unas elecciones gallegas, en las que Feijoo ha sido siempre cabeza de lista por Pontevedra y votante en un colegio vigués. «En las autonómicas Feijoo no ganó en Vigo» aseguró recientemente en una entrevista radiofónica.
Lo cierto es que en los comicios del 2020 la lista del PP obtuvo en Vigo 746 votos más que la del PSOE. Eso sí, fueron los comicios en los que el presidente de la Xunta obtuvo menos votos en la ciudad más poblada de Galicia, un 32,5 % de las papeletas, frente a un 34,2 de cuatro años antes, y, desde luego, el 42 % del 2009, cuando se hizo con la presidencia gallega. Pero las pasadas autonómicas tampoco fueron las mejores de Caballero en ese pulso particular, ya que las últimas en las que Emilio Pérez Touriño fue candidato a la presidencia obtuvo casi 10.000 votos más y unas décimas a mayores en el total de escrutinios respecto a las del 2020.
El pulso en las municipales no tuvo color en las terceras y cuartas de Caballero, pero quedó por detrás del PP en las dos anteriores.
«En mi ciudad, Feijoo en las generales pierde estrepitosamente», ha reiterado también el alcalde vigués. Pero no es así realmente tampoco. Desde que ambos lideran sus respectivos partidos, uno a nivel local y otro autonómico, el PSOE ha ganado en Vigo tres elecciones a las Cortes y el PP otras tres. Las del 2008, con Touriño en la Xunta, son las que mejor le han ido a los socialistas en Vigo, con el 44 % de los votos.