Alfonso Rueda activa el relevo de Feijoo: «Veño continuar co labor de alguén insubstituible»

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago PONTEVEDRA

GALICIA

El vicepresidente presenta su candidatura para dirigir del PP de Galicia antes de asumir la Xunta. «Tócame relevar a un líder extraordinario», dice, y proclama que el objetivo de la quinta mayoría absoluta  «comeza hoxe aquí»

22 abr 2022 . Actualizado a las 23:20 h.

Alfonso Rueda ha dado el primer paso oficial para relevar a Alberto Núñez Feijoo, al frente de la Xunta y del PP de Galicia. Lo ha hecho esta tarde en Pontevedra marcando tres objetivos con los que inaugura su etapa: mantener la unidad, facilitar el cambio político en España con Feijoo en la Moncloa, y lograr la quinta mayoría absoluta.

Presentando formalmente su candidatura para presidir el PPdeG -el congreso será el 21 y 22 de mayo en su Pontevedra natal- y asumiendo ya que será el sucesor de Feijoo, a sus compañeros de la provincia Rueda les pidió en reiteradas ocasiones su apoyo ante «un reto» que, insistió, nunca ha perseguido: «Nunca na miña vida busquei o que vou ser agora».

El vicepresidente es consciente -dijo- del desafío que afronta al relevar a «un líder extraordinario que o foi todo». Durante su discurso, emocionado a veces, se confesó «abrumado, asustado non sabedes ata que punto» por la responsabilidad. Pero subrayó que se siente «con forza» y que no viene a competir con su predecesor, sino a «continuar co labor de alguén insubstituible ao que hai que substituir».

Aunque no pretenda superar al aún presidente de la Xunta, afirmó ante los suyos que es posible «mellorar os resultados» y el PP debe hacerlo para no perder pie en la sociedad gallega. Si el partido se limita a intentar mantener lo que tiene, advirtió, no bastará. Aunque su discurso era en clave orgánica -se presentaba este viernes para presidir el partido-, se interpretaba como una declaración para mantener la Xunta más allá del 2024, cuando acaba la legislatura.

Las claves para lograr esa meta pasan, insistió, por conservar la unidad del partido y la estabilidad en Galicia. Sin unidad, se preguntó, cómo van a renovar los populares la confianza de los gallegos. «Un partido que non está unido non é un partido», dijo. Si pelean, «a xente nos vería e pensaría “estos que problema me van solucionar a min”». Esa fortaleza interior es clave, añadió, para mantener la «normalidade extraordinaria de Galicia» que «nos queren reventar partidos extremistas».

El modelo del partido, añadió, «ten que seguir sendo o anticainismo», y subrayó que el PP no debe abrirse en canal para tomar cada decisión. Puso como ejemplo de ello la transición que está viviendo ahora mismo la formación, que a su juicio está a punto de terminar y lo hará con éxito. Si nada cambia, a mediados de mayo asumirá la presidencia de la Xunta por decisión del grupo parlamentario del PP, y una semana después, el dirección del partido, evitando bicefalias. 

Rueda agradeció expresamente, citando uno a uno, a los presidentes provinciales de A Coruña, Lugo y Ourense, Diego Calvo, Elena Candia y José Manuel Baltar, su apoyo y colaboración para culminar la transición. Y aclaró que el suyo no será «o PP de Rueda», sino que será «de todos, esta é unha historia de éxito entre todos».

También amplió la petición de apoyo que lanzó a los afiliados de Pontevedra a todos los militantes del partido, incluso a aquello que pensaban que había opciones mejores que la suya. Él, insistió, hará todo lo posible para ganarse su confianza como líder del partido. «Ninguén regala nada», dijo, «vou tomar isto como un reto dende o principio». 

Aunque recordó su trayectoria de 13 años en la Xunta y los distintos cargos que ha ostentado en el partido, subrayó que no cambiará en esta nueva etapa e insistió en que le gustaría mantener el «idealismo» con el que entró en la vida política. Recordó también como Feijoo le escogió para ser su número dos «sen coñecerme de nada». Explicó que no eran amigos, y que no habían coincidido, pero Feijoo buscaba «unhas características» para superar el momento difícil que atravesaba el partido y le eligió, y después «seguiu confiando en min». Ahora, señaló, ambos se conocen más y han aprendido a convivir con sus defectos. Señaló que Feijoo también tiene alguno, «como todo o mundo», y le agradeció el «paso xeneroso» que ha dado para intentar ser presidente de España a pesar de haber encadenado cuatro mayorías en Galicia.

Terminó Rueda invocando la unidad, fortaleza, ilusión, humildad y serenidad que el PPdeG debe mantener y llamó a los suyos a «ir a por todas», a por esa quinta mayoría absoluta que se ha puesto como meta. Una quinta mayoría que, dijo «empeza hoxe», con ese acto con el que arranca el cambio de ciclo en el PP gallego que cristalizará en las próximas cuatro semanas. 

 Alfonso Rueda quiso seguir los pasos de Núñez Feijoo. Anunció su candidatura ante los afiliados del PP provincial de Pontevedra, del que es presidente, como Feijoo lo hizo ante la junta directiva del PP de Galicia. El aún titular del Gobierno gallego no estuvo presente, ni tampoco los altos cargos del partido no vinculados a la agrupación provincial. Dejaron todo el protagonismo a Rueda.

El candidato fue recibido con gritos de «presidente, presidente» algo tímidos, que al final ganaron fuerza. El propio Rueda señaló que el relevo se ha producido de forma sobrevenida y esa necesidad de adaptarse a los nuevos papeles que corresponden a cada uno sobrevoló el arranque del acto. Su discurso, pronunciado en el que dijo era el «día máis importante» de su vida política, estuvo trufado de referencias personales y momentos de emoción. Improvisó partes, y él mismo bromeó con que ahora, con todas las miradas sobre él, deberá acostumbrarse a llevarlo todo por escrito. 

La oposición ve una sombra alargada en el relevo

La oposición, que lleva casi dos meses trabajando en sus iniciativas políticas con la distorsión que supone un relevo inédito en la presidencia, no ha perdido oportunidad de analizar cada movimiento de su adversario, informa Juan Capeáns. El paso adelante de Alfonso Rueda para liderar el PPdeG y la Xunta se considera en el BNG un signo inequívoco de que el Gobierno gallego será «moito peor», porque según Ana Pontón, a la «incapacidade» para encontrar soluciones a los problemas de los gallegos se suma ahora la condición de «secundario» de Feijoo que le atribuye al pontevedrés. La líder nacionalista alarga así la sombra del ahora presidente nacional del PP, del que cuestiona su legado en Galicia en materia de empleo, cultura, lengua, demografía o servicios públicos.

El secretario xeral de los socialistas también incidió ayer desde Vilagarcía en las formas en las que se produce el relevo popular. Sin cuestionar la legalidad de los procesos paralelos en la Xunta y el partido, Valentín González Formoso acaba concluyendo que el próximo presidente de los gallego lo acabó eligiendo «Baltar sentado nunha mesa», afirmó en referencia a las negociaciones internas con Feijoo en las que intervino el barón ourensano.

El socialista, que ha intentado infructuosamente en las últimas semanas mantener un encuentro oficial con el presidente saliente, también le pone deberes al sustituto. A su juicio, una de sus primeras decisiones debe ser reunir a las fuerzas con representación parlamentaria para tratar de buscar soluciones a una crisis sin parangón en décadas: «Se non o facemos agora, cando», se pregunta Formoso.