La última macrooperación contra el narcotráfico en las Rías Baixas descubre un zulo subterráneo para esconder narcolanchas

Javier Romero Doniz
Javier Romero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Martina Miser

Uno de los accesos al habitáculo soterrado está bajo un plato de ducha, se halló en una nave en Vilanova y tiene capacidad para dar cabida a tres embarcaciones. El operativo, explotado tras año y medio de investigación, concluye con 20 detenidos, 11 registros y 25 planeadoras requisadas en Galicia y Portugal

28 abr 2022 . Actualizado a las 18:49 h.

Un plato de ducha con las juntas al descubierto, sin silicona, hizo recelar a los investigadores. También el manto de polvo que lo cubría. Evidenciaba un desuso prolongado en el baño de una nave industrial en Vilanova, nave dedicada a la reparación de veleros y almacenamiento de lanchas semirrígidas. El inmueble, en el polígono de Tremoedo (Vilanova de Arousa), no era un registro más entre los once autorizados por el Juzgado de Instrucción número 3 de Cambados en el marco de la operación Keroman-Sarmario. Es la segunda de estas características en menos de tres semanas en Galicia contra una organización encargada de fabricar narcolanchas destinadas al estrecho de Gibraltar para traficar con hachís. La de ayer, desarrollada sobre todo en las Rías Baixas, concluyó con una veintena de detenidos. 

Los agentes de este dispositivo comprobaron que el plato de ducha se movía y lo retiraron fácilmente. A sus pies, un agujero con escalera para descender holgadamente. Abajo, a metro y medio, oscuridad y humedad. Las linternas evidenciaron un hueco, encharcado, del que no se percibía el final. Los responsables de la investigación —grupo II de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría de la Policía Nacional de Pontevedra y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de Pontevedra de la Guardia Civil— seguían sin verlo claro.

Pisaban el suelo de la nave que techaba el habitáculo recién hallado. Buscaban algo, tipo trampilla, por donde acceder. La experiencia del Grupo Especial de Operaciones (GEO), desplazado desde Madrid, resolvió el enigma. El suelo se dividía en planchas rectangulares con anclajes taponados. Los taladraron, atornillaron ganchos y, valiéndose de cinchas y de la grúa instalada en el tejado de la nave, levantaron una de las planchas por el extremo más próximo al plato de ducha. 

La plancha, reforzada con vigas, se alzó para dejar al descubierto otra nave subterránea y cubierta por más de un metro de agua. La instalación bajo tierra tiene una bomba de achique y un sistema de iluminación propio; el escondite perfecto, de unos 20 metros de largo y otros tantos de ancho, para esconder al menos tres narcolanchas. También, creen los investigadores, para realizar pruebas de flotabilidad. Los cerca 30 funcionarios que integraban la comitiva policial y judicial no daban crédito. Muchos, veteranos, reconocían no haber visto nada igual en Galicia. Un gran zulo diseñado al mismo tiempo que la nave que lo albergaba y al que se llegó a través de uno de los 20 detenidos. 

Se trata de J.A.S., trabajador en esa nave —posee el 5 % de la sociedad que gestiona la empresa que gestiona el inmueble— y que fue visto, en el año y medio que ha durado la investigación, sacando planeadoras que, presuntamente, se destinarían al narcotráfico. En el registró de su vivienda se hallaron 70.000 euros en efectivo y anotaciones manuscritas. El dinero, según las notas, procedía de trabajar en diferentes embarcaciones. También se ubica a J.A.S. a las órdenes del presunto cabecilla de la organización desmantelada, detenido igualmente: el histórico narco Francisco Javier Otero Magdalena, alias O Rubio y de O Grove

Pero Magdalena no fue el único narco veterano esposado ayer. José Antonio Falcón, alías O Fogonero, fue arrestado en su casa de A Illa. Él, vecino de Marcial Dorado solar con solar, está acusado de buscar tripulaciones dispuestas a trabajar para Magdalena a bordo de las planeadoras construidas en Galicia. O Fogonero no encajó bien la presencia policial en su vivienda, reaccionó mal y fue necesario reducirlo.

El otro punto relevante de la operación Keroman-Sarmario fue una nave en Caldas. Se halló una planeadora y un casco, ambos de dimensiones ilegales, destinadas presuntamente al narcotráfico. En Barro se registró otra nave, donde no se hallaron embarcaciones, pero sí se presenció la retirada de un bote de dimensiones ilegales hace pocos días. Lo mismo ocurrió en la nave inspeccionada en Moaña, donde se constató, durante el último año y medio, los mismos movimientos sospechosos.

A mayores, en la nave de Tremoedo, se requisó una embarcación de ocho metros de eslora que carecía de documentación. Los propietarios son extranjeros y no enviaron la documentación que acredite el uso que le atribuyeron: lancha auxiliar en regatas. Dicha nave, que alberga además de un zulo gigantesco bajo el suelo para no ser detectado, tiene una elevada actividad destinada a la reparación de veleros, principalmente. El administrador de la sociedad mercantil que regenta la nave, con un 70 % de la empresa, negó cualquier actividad ilegal. Igualmente se desvinculó de cualquier actividad que pudiera haber realizado desde el 2019 su socio J.A.S. Añadió que en ese tiempo estuvo de baja sanitaria por una grave enfermedad y colaboró con los investigadores en todo lo requerido. La nave de Tremoedo recuperó la actividad tras finalizar el registro, ya por la tarde.

El paraíso luso

Portugal, en el perímetro de Braga, fue el otro punto caliente del operativo. La Polícia Judicíaria de Oporto, en coordinación con la Guardia Civil y la Policía Nacional, registró varias naves. Se hallaron, y decomisaron, 15 narcolanchas, varios cientos de garrafas de combustible y abundantes motores fueraborda. La relación de semejante infraestructura marítima con la organización de las Rías Baixas atribuida a Magdalena permitirá actuar contra las planeadoras confiscadas en suelo luso, dado la ausencia de restricciones en el país vecino contra la fabricación y uso de estas embarcaciones.

En total, entre ayer y en el último año y medio, entre Galicia y Portugal, se requisaron 25 narcolanchas. Y es que la operación Keroman-Sarmario ya empezó a dar sus frutos, en forma de planeadoras intervenidas, hace muchos meses.

Otero Magdalena ingresa en prisión por liderar la trama que trabajaba en aguas del Estrecho

Francisco Javier Otero Magdalena ingresó ayer en la prisión de A Lama acusado de liderar la organización desmantelada en las Rías Baixas con ramificaciones en Portugal y la costa andaluza. Pasó a disposición judicial tras ser detenido el sábado, pasar 72 horas en un calabozo y, ayer, presenciar el registro de su vivienda en Ponteareas. Guardó silencio durante buena parte del registro, en el que se hallaron casi una veintena de tarjetas prepago de telefonía. La ficha policial de Otero Magdalena, apodado O Rubio en su municipio natal, O Grove, empezó hace varias décadas de piloto y ha estado siempre vinculada al estrecho de Gibraltar para importar hachís de Marruecos.

Otero Magdalena, pasando a disposición judicial en Cambados antes de ingresar en prisión.
Otero Magdalena, pasando a disposición judicial en Cambados antes de ingresar en prisión. Martina Miser

Lo último que se supo de él fue en enero del 2021, cuando escapaba en una narcolancha, junto a más personas, de una patrullera de Vigilancia Aduanera. La persecución acabó, próxima a Sotogrande, en tragedia al impactar ambas embarcaciones y fallecer uno de los compañeros de Magdalena. El otro acompañante que sobrevivió era también de O Salnés. Ya en el 2009, junto a Falcón, también detenido ayer, protagonizó un incidente internacional con Gibraltar al buscar refugio en sus aguas para escapar de otra patrullera de la Guardia Civil. En 1994, en Marbella, cayó con 550 kilos de hachís.

Buena parte de los arrestados ayer en las Rías Baixas se enfrentan a los delitos de contrabando por fabricar narcolanchas; contra la salud pública por importar alijos de hachís desde Marruecos y pertenencia a grupo criminal. Los cargos coinciden con los imputados a otra organización desmantelada hace tres semanas en la comarca de O Salnés, y que tenía igualmente ramificaciones en Portugal para fabricar embarcaciones semirrígidas que finalizaban en el estrecho de Gibraltar. La operación Keroman-Sarmario evidencia, otra vez, la buena coordinación entre la UDYCO y del EDOA, ambos de Pontevedra, en la lucha contra el narcotráfico en Galicia. Tanto la ya relevada comisaría Estíbaliz Palma, como los responsables de la Comandancia en la provincia, supervisaron la investigación desde que se inició hace un año y medio.