Valentín González Formoso: «Ni Rueda ni Pontón han hecho política cerca de las personas»

Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Entrevista. El líder de los socialistas ve como una fortaleza trabajar fuera del Parlamento, y asegura que ha demostrado que se puede oponer a lo que diga Ferraz

07 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Valentín González Formoso (As Pontes, 1971) llevaba poco más de cien días como líder de los socialistas gallegos cuando se encontró con la inesperada marcha de Galicia de su principal adversario, con el que no ha llegado a sentarse a hablar.

—¿La salida de Feijoo cambia en algo su estrategia política?

—En cuanto a objetivos, en nada. Tampoco cambiamos la planificación estratégica. La fórmula para ganar la confianza de los gallegos es la misma, esté Feijoo o Rueda. Cercanía, identificación con los problemas y ser capaces de ilusionar con propuestas constructivas. Sí hay que reconocer que Feijoo es una figura con un caudal de apoyo mayoritario que hay que respetar, y Rueda no tiene el mismo peso.

—¿Le ha ofrecido Feijoo alguna explicación para no recibirle?

—Ninguna. Es difícil de explicar que una persona pueda tener un discurso de conciliación en Madrid y pedir audiencia al presidente del Gobierno en menos de una semana, y en Galicia tener una actitud tan poco constructiva y educada.

—¿Le va a dar a Alfonso Rueda un tiempo de cortesía para que tome sus primeras decisiones?

—Nuestra forma de ser es de cortesía permanente, no es cuestión de dar plazos, pero es verdad que Rueda no es un recién llegado. Los mecanismos para tomar decisiones los conoce, y es consciente de las urgencias actuales. La situación del país requiere una convocatoria a las fuerzas políticas, que compartamos diagnósticos y trasladar a los gallegos que todos estamos a la altura de las circunstancias.

—Comparte con Rueda un nivel de conocimiento discreto entre los gallegos. ¿Tiene alguna estrategia para proyectarse más?

—Eso habla de un hiperliderazgo sin equipo. Para mí, en política, eso es una enfermedad. Que después de 13 años en la Xunta el vicepresidente tenga dos puntos menos de conocimiento que el presidente de la Diputación de A Coruña indica que Feijoo era Feijoo y nada más, su equipo no contaba. Yo tengo claro que la política se hace en la calle y que la mejor política es aquella que haces viéndole la cara a la gente, no desde un escaño, donde se pierde intensidad. La ventaja de conocer esa política real es una fortaleza. Ni Alfonso Rueda ni Ana Pontón, que lleva 18 años en el Parlamento, han hecho política cerca de las personas, por eso no me preocupa no estar en algunos ámbitos de representación.

—Para ser presidente necesita que el PP no tenga mayoría y sumar más votos que el BNG. ¿Qué objetivo le parece más fácil?

—Cambiar al PP en la Xunta debe ser nuestra prioridad. Yo quiero construir una Galicia sin sus complejos, y creo que ese cambio lo debe protagonizar un partido como el PSdeG, que impulsó los mayores avances de la sociedad y tiene claro un proyecto de identidad propia siempre dentro de un orden constitucional y en colaboración con el Estado, y no una actitud vinculada al independentismo, a la soberanía, a los referendos y a la confrontación permanente contra el Estado como forma de justificación de la organización política.

—En los últimos meses solo ha ido al choque con el BNG por su posición sobre la invasión de Ucrania.

—Ese es un caso que me preocupa. La ciudadanía gallega espera que sus representantes políticos no vivan en el pasado y poniendo en tela de juicio instituciones internacionales. Son pensamientos de otras épocas. El muro de Berlín cayó en 1989, así que, aunque después hagan declaraciones rotundas, solo hay que ver sus redes sociales, o la decisión de no aplaudir a Zelenski cuando intervino en el Congreso. El BNG no ha superado ciertos conceptos.

—El diputado nacionalista que no aplaudió, Néstor Rego, dijo en el Congreso que Galicia será una república más pronto que tarde. ¿Qué opina?

—Eso significa hablar de la autodeterminación de Galicia, y no fue corregido por el BNG. Nosotros somos de izquierdas, progresistas, internacionalistas y europeístas, y no compartimos para nada esa parte de un discurso que generaría un conflicto con el Estado. Con el BNG estamos dispuestos a compartir instituciones con una perspectiva progresista, pero tiene que dejar al margen sus aspiraciones de convertir Galicia en una república. Si renuncia a esa parte, la coincidencia es mayor. Nosotros nunca vamos a vender a Galicia por un sillón en San Caetano, nunca.

—No está sobre la mesa un adelanto electoral en Galicia, pero ¿estaría preparado el PSdeG?

—Estamos en el peor momento socioeconómico de Galicia y con el reto por delante de gestionar los fondos europeos. Yo creo que sería egoísta andar con esos cálculos electorales, por parte de cualquier fuerza política.

—Dentro de un año hay municipales. ¿Va a intentar mantener los cargos de alcalde y presidente provincial?

—Hay tiempo para tomar esa decisión. Primero quiero cumplir con las obligaciones que me encomendaron al escogerme y después lo decidiré con mis compañeros y velando por el interés de Galicia, de la provincia de A Coruña y de mi pueblo, As Pontes.

—Usted es alcalde, presidente de diputación y máximo responsable del PSdeG, y en algunos días ha tenido que meterse 700 kilómetros recorriendo Galicia. ¿A quién le ha quitado tiempo?

—Hay una parte muy perjudicada, que es la familiar. Es lo que peor llevo, ver pocas veces cómo se acuestan mis hijos, pero también piensas que estás haciendo algo por ellos y por la sociedad. La compatibilidad es una cuestión de voluntad que debe avalar la ciudadanía. En mis cargos manejo un presupuesto total de 198 millones de euros, mientras que Rueda va gestionar 11.000 millones siendo presidente de la Xunta y del PPdeG.

—El PSdeG tiene que elegir candidato a la Xunta. ¿Entendería el electorado que le salga a usted algún adversario interno?

—Yo me voy a presentar, porque estoy convencido de que la militancia quiere que sea candidato a la Xunta. Sé que las primarias generan competición interna e intensidad en la confrontación, pero incorporan todos los principios democráticos socialistas. Otros han dejado una imagen muy tocada de su unidad al elegir al sucesor en una mesa camilla con los cuatro barones provinciales sentados. Ellos decidieron quién va a ser el presidente de los gallegos, ni siquiera fue la militancia. Es un mal comienzo.

—¿Cada cuánto habla con Luís Álvarez, el portavoz parlamentario del PSdeG?

—Diariamente.

—¿Cómo es su relación con el diputado Gonzalo Caballero?

—No quiero personalizar. Yo agradezco la lealtad de todos los compañeros, que están haciendo su labor y siempre a disposición del partido.

—¿Usted está dispuesto a llevarle la contraria a Ferraz?

—Estoy dispuesto, sin duda. Lo digo y lo practico. Esta semana le exigimos al Gobierno que le dé un papel relevante a Vigo en el ámbito pesquero, y lo hará. Otro ejemplo: exigiremos con fortaleza que la legislación de costas no perjudique al sector conservero. Y tengo claro que Galicia debe tener una posición propia para mejorar su financiación.

—¿Cree que el PP de Feijoo apoyará algo más a Sánchez?

—El acoso independentista arrecia por momentos. Ya veremos si mantiene la línea de votar en contra de medidas favorables para la población o hay un cambio de rumbo. De momento ha tenido dos oportunidades para hacerlo, y no lo ha hecho.

Muy personal

-¿Ha borrado datos de su móvil en los últimos días?

Qué va, no tengo nada que borrar. Intento no decir ni escribir nada que no pueda explicar. Además no tengo Whatsapp, es una especie de rebelión que mantenemos pocos.

-¿En qué ha notado la subida de precios?

Hago la compra de vez en cuando. Lo noté mucho en la leche y la fruta.

-¿Cuánto cobra?

En neto, 3.500 euros al mes. Menos la cuota del partido, que son unos 600 euros.

-¿Tiene algún viaje pendiente?

Por mis 50 años la familia me regaló un viaje a Escocia, pero lo tengo pendiente.

-Una virtud personal.

Soy honrado, positivo y conciliador.

-Reconózcale alguna cualidad a Feijoo.

Su capacidad de trabajo.

-¿Y a Alfonso Rueda?

Me parece una persona accesible. Es importante en estos momentos.

-¿A qué no renuncia en su vida diaria por la política?

Quiero dormir siempre en casa.