Las sucesiones en el PP: del «Mariano, te ha tocado» hasta el congreso abierto

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO

GALICIA

Imagen de archivo del congreso de sucesión de Manuel Fraga al frente del PPdeG, que acabaría liderando Alberto Núñez Feijoo, en el 2006
Imagen de archivo del congreso de sucesión de Manuel Fraga al frente del PPdeG, que acabaría liderando Alberto Núñez Feijoo, en el 2006 XOAN A.SOLER

Fraga, Aznar y Rajoy accedieron y salieron del poder de distintas maneras. Este fin de semana, Alfonso Rueda asume el poder en el PPdeG como único candidato en un cónclave extraordinario en Pontevedra

20 may 2022 . Actualizado a las 18:52 h.

Todo son excepciones y no hay ninguna pauta que remita al anterior. Así son los congresos del Partido Popular que han implicado relevos personales importantes en sus cuatro décadas de existencia como organización política, tanto en Galicia como en España. Hasta Alberto Núñez Feijoo, que siempre ha llevado a gala el haber sucedido a Manuel Fraga compitiendo con compañeros de peso y con más experiencia y arraigo en Galicia, traicionó parcialmente a su biografía al llegar a la presidencia nacional sin competir en las urnas con ningún rival. Lo mismo que le sucederá este fin de semana a Alfonso Rueda cuando se convierta en el nuevo presidente del PP de Galicia, sin oposición. Lo hará en un congreso en Pontevedra al que acudirá Feijoo, pero también Cuca Gamarra y el número 3 del PP nacional, Elías Bendodo. 

Distinta fue la lucha interna protagonizada en el 2005 por el propio Feijoo, José Manuel Barreiro, Enrique López Veiga y Xosé Cuíña para hacerse con el liderazgo del PPdeG. Dos años antes, José María Aznar hizo una designación a dedo para el PP nacional cuando resolvió meses de especulaciones y deliberaciones con una llamada telefónica: «Mariano, te ha tocado», le dijo a Rajoy, según contó la periodista Magis Iglesias en el libro La sucesión. El propio Aznar desveló años más tarde las palabras previas del gallego, que ya se olía la tostada: «Presidente, prefiero que no me digas lo que intuyo que me vas a decir».

Imagen de archivo de la jornada de clausura del congreso del PP en el que Rajoy sustituye a Aznar como presidente del partido, en el 2004
Imagen de archivo de la jornada de clausura del congreso del PP en el que Rajoy sustituye a Aznar como presidente del partido, en el 2004 BENITO ORDOÑEZ

Supuestamente, el nombre del sucesor estaba escrito en un cuaderno azul que fue muy popular el verano anterior, aunque también hay quien sostiene la tesis de que allí había apuntada una doble erre, de Rodrigo Rato, que hasta en dos ocasiones declinó las tentadoras propuestas del primer presidente del Gobierno del PP, al que siempre le dijo que no quería saber nada de la Moncloa, pero que se molestó al saber que no sería el elegido.

La llegada de Mariano Rajoy a la séptima planta de Génova fue de lo más singular, porque tuvo que salir del Gobierno de España para convertirse en secretario general del partido, y no fue presidente del PP hasta octubre del 2004, cuando su candidatura única gana con un masivo apoyo pero con el sinsabor de que le quedaban por delante años en la oposición, ya que las elecciones se habían celebrado en marzo, unos días después de los atentados del 11-M.

Aquella fórmula elegida por Aznar y la inesperada derrota electoral dejaron tocado a Rajoy, que tuvo que reivindicarse: «No me recomienda nadie. Soy yo el que os pide que confiéis en mí», tuvo que solicitar a los suyos. Entonces, Rato ya estaba a otras cosas, y Jaime Mayor Oreja, otro de los aspirantes, bien colocado en Bruselas.

En el caso gallego, Feijoo presume de haber sostenido en el tiempo el respeto por los perdedores de aquel congreso invernal que el ya expresidente del PPdeG siempre quiso comparar con las primarias que abren en canal cada cierto tiempo a los socialistas, pero no fue exactamente así, porque el de Os Peares fue aupado por 2.400 compromisarios en representación de los 96.000 militantes que el partido sumaba entonces en Galicia. Cuíña, que ansiaba ese puesto, no acudió al congreso, pero falleció dos años más tarde siendo diputado. El senador Barreiro no dejó de ocupar puestos de responsabilidad en el partido, mientras que López Veiga, que tiene ahora 75 años, compartió los cargos orgánicos y la presidencia de la Autoridad Portuaria hasta hace unos meses.

Xosé Manuel Barreiro y Alberto Núñez Feijoo, los dos candidatos que aspiraban a suceder a Fraga al frente del PPdeG
Xosé Manuel Barreiro y Alberto Núñez Feijoo, los dos candidatos que aspiraban a suceder a Fraga al frente del PPdeG XOAN A. SOLER

Dos paralelismos

El último gran servicio de Manuel Fraga al PPdeG, como parece que ha ocurrido ahora con el presidente saliente y los líderes provinciales, fue pedirle a Feijoo y a Barreiro que se presentaran con una candidatura de unidad con el lucense como vicepresidente y evitar así una sangría pública en un momento delicado, ya que aquel congreso se celebró poco después de la traumática derrota que dio paso al bipartito.

Feijoo venció con un 96 % de los votos y unos significativos 90 votos en blanco que fueron diluyéndose en los siguientes cónclaves de aclamación, una adhesión a la que contribuyó desde la secretaría general un tal Alfonso Rueda, hasta entonces un secundario de la política gallega al que le prometió que volverían a la Xunta al primer intento.

Todavía puede producirse un paralelismo más con aquel relevo, porque el de Vilalba acabó saliendo del Parlamento gallego para irse al Senado, que también será el destino de Feijoo para poder confrontar con Sánchez al menos una vez al mes. Pero ahí acaban las coincidencias, porque entonces Fraga ya estaba de vuelta de todo, y Feijoo solo acaba de llegar a la política nacional.