Felipe VI recibirá a Alfonso Rueda en Madrid mientras Pedro Sánchez le deja a la espera

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

Sandra Alonso

Los populares suben el tono contra el Gobierno central, mientras la oposición critica la falta de resultados de la Xunta en su relación con el Ejecutivo

13 jun 2022 . Actualizado a las 21:30 h.

Alfonso Rueda aterrizará en el escenario político nacional de la mano del rey. El presidente de la Xunta confirmó ayer que Felipe VI le concederá el 1 de julio la audiencia que le pidió cuando tomó posesión.

Es habitual que los mandatarios autonómicos se entrevisten con el monarca tras ser investidos. También es común que se reúnan con el presidente del Gobierno y, de acuerdo a esa costumbre, Rueda pidió una entrevista a Pedro Sánchez el pasado día 18, el mismo día que al jefe del Estado.

Felipe VI ha contestado, Pedro Sánchez todavía no y, según fuentes de la Moncloa, todavía no hay una previsión para el encuentro. El presidente del Gobierno, que se reunió con su homólogo de Letonia, suma a su agenda habitual los actos de la campaña electoral de Andalucía, en la que se ha implicado.

El retraso está provocando críticas cada vez más duras del PPdeG. Su viceportavoz parlamentario, Alberto Pazos, denunció la «demora escandalosa» para recibir al presidente de todos los gallegos. El vicepresidente segundo de la Xunta, Diego Calvo, pidió a Sánchez que la entrevista se produzca «cuanto antes», sin dejar que arranquen las vacaciones de verano. «No es un desprecio al presidente de la Xunta, sino un desprecio a los gallegos», dijo Calvo. El propio Rueda celebró la invitación del rey, y la contrapuso a la falta de respuesta de Sánchez: «É unha demostración de normalidade institucional e das boas relacións de Galicia coa coroa. Con isto é máis chocante non ter aínda noticias da data co presidente do Goberno, aí vemos outra diferenza na toma de consideración a Galicia».

Esas declaraciones se suman a las críticas lanzadas por la secretaria xeral del PPdeG, Paula Prado, contra el Gobierno central por la aplicación de normativas medioambientales sin dar tiempo a adaptarse a los concellos pequeños o por el precio de los carburantes.

Rueda almorzó el pasado viernes con la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, que visitó Santiago. Fue su primer encuentro con un responsable del Ejecutivo desde que se puso al frente de la Xunta. Rueda quería tener certezas sobre la concesión de fondos europeos a los proyectos industriales de Altri, Stellantis y Showa Denko. Calviño aseguró que el plan de recuperación que regula los fondos «parece hecho para Galicia», pero evitó comprometer cifras y fechas completas. Rueda, a su lado, calificó la reunión de cordial, dijo ser «optimista» y manifestó la voluntad de su Gobierno de seguir trabajando con el Ejecutivo central.

Pero el viceportavoz del PPdeG, Alberto Pazos, liberado de las formas de cortesía a las que obligan las comparecencias conjuntas, expresó en voz alta lo que ya se decía el viernes por lo bajo. La visita de Calviño «aumentou a preocupación» sobre los fondos europeos, por lo que reclamó a Sánchez que se reúna con Rueda para concretar los plazos y las cantidades disponibles para los citados proyectos.

La tensión con el Gobierno central permite además a los populares tirar contra el PSdeG y exigirle que se ponga de su lado frente al Gobierno central socialista para defender los intereses de Galicia. Valentín González Formoso subrayó que esa es su prioridad, pero reclamó a la Xunta «máis claridade» en proyectos industriales como el de Altri -que se anunció en A Mariña antes que en Palas de Rei-, y planteó que debería preparar una aportación propia para complementar los fondos de la UE.

En las filas socialistas y del Bloque calculan que Galicia ha perdido peso político en el escenario nacional con la marcha de Feijoo y sus cuatro mayorías absolutas. Ana Pontón apuntó a ese flanco el sábado, y le puso deberes de forma indirecta a Rueda, cuando calificó la reunión del presidente con Calviño de «fiasco» y denunció que fue una confirmación de que Galicia se queda atrás porque «o resultado foi cero euros, nada de nada. Vimos unha foto e boas palabras, pero as fotos e as boas palabras non xeran riqueza, nin xeran emprego e non van tapar a evidencia de que o noso país está sendo discriminado na xestión deses fondos de recuperación».