Un holandés extorsionaba a una menor en A Coruña exigiéndole fotos sexuales a través de WhatsApp

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Fue detenido por la Policía Nacional e Interpol, y acaba de ser condenado a once años y medio de cárcel por la Audiencia de A Coruña

18 jun 2022 . Actualizado a las 21:59 h.

Un hombre residente en los Países Bajos ha sido condenado a una pena de once años y medio de cárcel como autor de un delito de captación y utilización de menores para elaborar material pornográfico infantil. Además, se le condena por otro delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años. El holandés extorsionó durante meses a una niña de A Coruña de 13 años, con la que contactó a través de las redes sociales para que le enviara fotos de contenido sexual. Fue detenido en el marco de una operación de la Policía Nacional en colaboración con Interpol.

La investigación se inició en A Coruña en el año 2019 después de que una mujer presentase una denuncia ante el Grupo de Investigación Tecnológica de la Brigada de la Policía Judicial de A Coruña en la que relataba que su hija estaba teniendo comportamientos extraños con el manejo de su móvil. Contó que la menor pasó de usar el teléfono de forma permanente a apagarlo y guardarlo en una caja.

Ante esa actitud por parte de su hija, la mujer decidió examinar el contenido que se guardaba en el móvil y pudo comprobar que la menor estaba siendo víctima de amenazas y coacciones a través de wasaps que le enviaba otro usuario de esa aplicación de mensajes. En el móvil guardaba todavía las conversaciones en las que su hija era extorsionada para que le enviase a su interlocutor vídeos de contenido sexual, llegando a enviar al menos seis grabaciones de este tipo. La Policía Nacional identifica esa práctica delictiva como childgrooming.

Los investigadores comprobaron que la menor había contactado con un usuario de Instagram que se hacía pasar por un menor de edad. Después pasaron a comunicarse a través de WhatsApp, desde donde la menor le envió a su contacto una fotografía personal de contenido sexual. Cuando el hombre dispuso de esa foto, le reveló a la menor su verdadera identidad y comenzó a amenazarla con mostrar la fotografía a sus familiares y amigos si no le enviaba más imágenes del mismo tipo. Además, le hizo creer a la menor que le había infectado su teléfono con un software con el que podía acceder a todo el contenido almacenado en el terminal.

Con esas amenazas, el hombre logró que la menor le remitiese vídeos de carácter sexual con instrucciones de cómo tenía que hacerlos, imponiéndole una duración mínima de cada grabación y horas concretas del día en los que debía enviárselos. Esas órdenes se las daba dirigiéndose a la niña con insultos, vejaciones, humillaciones y utilizando un lenguaje agresivo.

La niña no pudo soportar la presión

Llegó un momento en el que la niña no pudo soportar más la presión y bloqueó los números de teléfono de su agresor en WhatsApp. Pero él pudo contactar con ella de nuevo mediante la misma aplicación. También intentó acceder a la menor con mensajes de Instagram, con llamadas telefónicas e incluso con mensajes SMS. 

El Grupo de Investigación Tecnológica de A Coruña aceleró las investigaciones utilizando los canales de colaboración de Interpol, y meses después de la denuncia de la madre consiguió identificar plenamente al autor de la extorsión a la menor coruñesa. Es un varón de 28 años con antecedentes policiales en los Países Bajos y en España por diversos delitos contra las personas. El resultado de la investigación fue puesto en conocimiento del un juzgado coruñés, y con el impulso del fiscal de Criminalidad Informática de A Coruña y utilizando una orden europea de detención y entrega, se pudo arrestar al hombre en los Países Bajos en el 2021. Posteriormente fue trasladado a España, donde ingresó en prisión a la espera de juicio. Hace unas semanas se celebró el juicio oral en la Audiencia Provincial de A Coruña, que condenó al holandés.

Precaución con los hijos

La Policía Nacional recomienda a los padres que estén muy pendientes de los cambios de actitud de sus hijos respecto al uso del móvil o de tabletas. Comportamientos extraños de los menores en el manejo de esos dispositivos pueden significar que estén sufriendo una situación de acoso, por lo que los investigadores aseguran que es clave inculcar a los menores dos ideas: que en internet nadie es quien dice ser y que en el ciberespacio no se debe hacer nada que no haría en el mundo físico.