Más de siete horas sobre el puente de Pedre para retirar el bus que cayó al Lérez en Cerdedo-Cotobade

Alfredo López Penide CERDEDO-COTOBADE / LA VOZ

GALICIA

Momento en el que el autobús siniestrado se colocaba sobre la grúa que lo llevará a unas cocheras de Monbus custodiadas por la Guardia Civil
Momento en el que el autobús siniestrado se colocaba sobre la grúa que lo llevará a unas cocheras de Monbus custodiadas por la Guardia Civil Ramón Leiro

Una grúa con un brazo de 70 metros izó el autocar, que fue trasladado a Pontevedra

28 dic 2022 . Actualizado a las 10:25 h.

Aunque tenían de margen hasta mañana jueves, según las previsiones meteorológicas que se manejaban inicialmente, al final no fue preciso esperar tanto tiempo y el autobús que se precipitó al Lérez el pasado sábado desde el puente de Pedre, en Cerdedo-Cotobade, fue retirado ayer al filo de las cuatro de la tarde. Concluían así unas arduas labores que habían comenzado más de siete horas antes, pasadas las ocho de la mañana, cuando se procedió por parte de la Guardia Civil a cortar el tramo afectado de la N-541 para izar el vehículo. Esta medida determinó que se habilitase un desvío por un viejo ramal que no tuvo incidencia alguna en el tráfico rodado de la nacional.

Al parecer, la tramitación de unas autorizaciones de carácter administrativo demoró inicialmente el comienzo de unos trabajos que, en un primer momento, tenían por objeto determinar si el puente podría soportar un peso conjunto que algunas fuentes situaron en el entorno de las trescientas toneladas. Esto es, la suma de una grúa de gran porte equipada con un brazo de unos setenta metros a la que tuvieron que colocar más de cien toneladas de contrapesos para que no corriese el riesgo de bascular en el momento de izar el autobús.

El peso de este último se podría situar en un tramo comprendido entre las dieciocho y las veinte toneladas, con una importante masa de agua en su interior, circunstancia que se sumaba a la fuerza de la corriente, si bien esta ya era muy inferior a la registrada el fin de semana tras día y medio sin precipitaciones. «El caudal del río ha bajado, lo cual es siempre un factor a favor de que se pueda realizar un rescate en mejores condiciones y las condiciones meteorológicas también son idóneas (...). No hay viento, no llueve», destacaba pasadas las once de la mañana la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba.

En paralelo, buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) de A Coruña accedieron al autobús para situar unos cabos a través del maletero. Los agentes recuperaron algunas maletas del interior del autocar, que se añaden a las pertenencias que se han venido localizando estos días, en algunos casos, en las inmediaciones del accidente o de donde se encontraron los cuerpos sin vida, y, en otros, desperdigadas por el río o en las proximidades de la presa o azud de Anllo.

Ya por entonces, agentes de la Guardia Civil habían alcanzado la estructura del autobús, accediendo en algunos puntos a su interior. Entre otras zonas inspeccionadas por los investigadores está la cabina del conductor, uno de los puntos menos dañados del autocar y donde se localiza el tacógrafo, instrumento que, de recuperarse en buenas condiciones, podría aportar información crucial sobre lo ocurrido. «O bus leva o motor detrás, iso pode explicar que a cabina non sufrira tantos danos como o resto do vehículo... Iso é moita sorte», apuntó un integrante de los equipos de emergencias.

Cotejos en tiempo real

A la hora de recuperar el autobús en toda su integridad, y una vez situada la grúa, de la empresa Grúas Rubio, en el puente de Pedre, los operarios buscaron en un primer momento estabilizarla y colocarle los contrapesos. Asimismo, en el puente se situaron una suerte de testigos o dispositivos con la función de detectar posibles incidencias que al final no se produjeron. De hecho, los topógrafos cotejaron estos indicadores en tiempo real para evitar que el viaducto sufriera daños estructurales a la hora de acometer las labores de recuperación.

Las fuentes consultadas explicaron que para realizar la prueba de carga se estableció en nueve milímetros la deformidad máxima del puente: si se alcanzaba esta medición, los técnicos de Transportes tendrían que tomar la decisión de seguir adelante o no. En torno a las dos de la tarde se confirmó que los parámetros de la prueba de carga eran muy buenos, de tal modo que en ningún caso se llegó a alcanzar el estado crítico.

El rescate del autobús tenía luz verde. Solo restaba que los GEAS de la Guardia Civil engancharan los arneses colocados en el autobús con la pluma de la grúa para que comenzase el izado del autocar.

Aparentemente, fue la parte más sencilla de este complicado operativo. Apenas les llevó unos minutos sacar el vehículo del cauce del Lérez y subirlo hasta el viaducto de Pedre, donde le aguardaba un camión equipado con una góndola. La estructura fue transportada por carretera hasta las instalaciones de Cocheras que, propiedad de la empresa Monbus, se ubican en Lourizán (Pontevedra). Allí, según indicó la subdelegada Maica Larriba, permanecerán custodiadas por la Guardia Civil el tiempo que sea preciso.

El accidente del autobús tuvo lugar en la N-541 a su paso por el municipio de Cerdedo-Cotobade.
El accidente del autobús tuvo lugar en la N-541 a su paso por el municipio de Cerdedo-Cotobade. Ramón Leiro

El Concello ya reclamó en septiembre la mejora del tramo donde se produjo el accidente

A principios de septiembre, y después de registrarse tres accidentes en menos de una semana, el Concello de Cerdedo-Cotobade exigió al Gobierno central un plan integral de seguridad vial para la N-541 a su paso por este municipio pontevedrés. Entre los puntos donde se produjeron estos siniestros estaba el viaducto de Pedre, si bien por aquel entonces todo se quedó en un susto después de que un BMW que circulaba en dirección a Pontevedra se encontrase con una bolsa de agua sufriendo una salida de vía que le llevó a impactar contra la bionda del puente.

«Foi no mesmo lugar que o autobús», confirmaron vecinos e integrantes de los servicios de emergencias. «Antes non ocorrían accidentes e dende que fixeron as obras non paran, sobre todo, cando chove», insistieron los primeros explicando que, con las lluvias, se acumula agua en las proximidades del desvío de Serrapio. De hecho, estos días se han colocado una serie de conos indicando este punto concreto.

«Eu xa o coñecía e non me sorprende, pero a xente de fóra...», señaló uno de estos vecinos indicando que, como consecuencia de este embolsamiento, los vehículos salen desplazados hacia de la izquierda para, acto seguido, ir hacia el lado contrario, que es por donde se precipitó el autobús al Lérez después de llevarse por delante unos veinte metros de quitamiedos y barandilla.

El alcalde, Jorge Cubela (PP), consideró que la sucesión de accidentes de septiembre evidenció la necesidad de que Transportes y la Delegación del Gobierno en Galicia impulsasen medidas para garantizar la seguridad vial de esta carretera o, al menos, «nos tramos onde se rexistran asiduamente e de xeito reiterativo o maior número de sinistros». Es por ello que entendió «fundamental para nós a seguridade vial dos nosos veciños e tamén das persoas que circulan pola N-541 e que se vén inmersas en continuas situacións de perigo derivadas dos sinistros que se producen en determinados tramos desta estrada de titularidade estatal». Este martes Cubela confirmó que en los meses transcurridos desde entonces no han recibido respuesta alguna por estas administraciones.

Este aspecto de la carretera será una de las cuestiones que, a buen seguro, analizarán los investigadores de la Guardia Civil. A este respecto, y en declaraciones recogidas por Europa Press, el delegado del Gobierno, José Miñones, confirmó que se realizará una reconstrucción de lo sucedido a cargo un grupo especializado de la Guardia Civil llegado procedente de Mérida, el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT).

«La causa puede ser múltiple o simplemente climática», ya que «las condiciones climáticas no eran buenas», añadió, si bien insistió en que todas las hipótesis están abiertas. «Vamos a dejar trabajar a la unidad especializada, y en el momento en el que tengamos esa información la trasladaremos».

El coste del operativo de rescate del autobús, según apuntó la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, corre por parte de la empresa, pero la supervisión recayó en responsables de Transportes.