El ciclo electoral pone a prueba el cambio tranquilo de Rueda

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Momento distendido entre Miguel Tellado, Alfonso Rueda, José Manuel Baltar y Diego calvo, tras la reunión de la junta directiva del PP de Galicia del 18 de abril del 2022, en la que se anunció la fecha del congreso de Pontevedra en el que Rueda asumió la presidencia.
Momento distendido entre Miguel Tellado, Alfonso Rueda, José Manuel Baltar y Diego calvo, tras la reunión de la junta directiva del PP de Galicia del 18 de abril del 2022, en la que se anunció la fecha del congreso de Pontevedra en el que Rueda asumió la presidencia. Sandra Alonso

Hace un año que se confirmó que daría el relevo a Feijoo

13 abr 2023 . Actualizado a las 10:57 h.

Este jueves hace un año, los líderes provinciales del PPdeG confirmaron su apoyo a Alfonso Rueda para suceder a Alberto Núñez Feijoo. Esa unanimidad fue la clave de una transición calificada de «ejemplar» por ambos protagonistas y los dirigentes del partido. Rueda hizo un cambio tranquilo —otro de los adjetivos habituales—, que se pondrá ahora a prueba en un ciclo electoral de un año que los populares afrontan haciendo gala de unidad.

En el entorno del presidente son optimistas. Afirman que el objetivo principal del relevo, que los gallegos no sufriesen sobresaltos y mantener la estabilidad de los últimos 14 años, se ha cumplido. Ha sido un «logro colectivo», pero subrayan que el «estilo Rueda» tuvo mucho que ver. «Trata los problemas de tú a tú», de forma «directa» y «eficaz», lo que sumado a su experiencia en el partido y en la Administración «le permitió pilotar la transición con calma». Ese estilo incluye la política «a la gallega, la del sentidiño, la normalidad, la moderación y la estabilidad» en la Xunta y en el partido. A esa «fórmula de éxito» atribuyen las cuatro mayorías absolutas del PPdeG, que las cuentas estén «saneadas» y que en Galicia haya «cero diputados, cero senadores y cero concejales de Vox», lo que consideran una prueba de estabilidad.

Para la campaña inmediata, la de las municipales, confían en la presencia nacional de Núñez Feijoo y en el «liderazgo consolidado» de Rueda, que «recorre Galicia y conoce las agrupaciones». La otra clave es la «labor fundamental» de la secretaria general, Paula Prado, y de los presidentes provinciales, «engranaje clave» de la «transición modélica».

Los elogios van en ambas direcciones. «A sucesión foi unha potente demostración de unidade e xenerosidade, de pensar no mellor para Galicia», dice José Manuel Baltar, presidente del PP ourensano. Baltar augura a Rueda, que «foi quen de crear un estilo propio» e «xa é un referente autonómico», una «longa carreira como presidente».

La oposición, muy crítica

Su homólogo de Pontevedra, Luis López, destaca la proximidad del presidente y su gestión en la Xunta. Está seguro de que esa labor «escalarase cara as concellos» en las municipales porque la gente tiene la referencia de estabilidad del Gobierno gallego.

Diego Calvo, presidente del PP de A Coruña, afirma que el relevo se hizo «sin problemas» y la renovación incluso ha sentado bien en el partido, ya que «Paula [Prado] ha puesto en marcha muchas cosas nuevas». Esa unidad es la fortaleza del PP. «Si nos llevásemos como en el PSOE, nos extinguiríamos», afirma.

Las cosas se ven muy diferentes desde el lado de la oposición, donde no se habla de tranquilidad, sino de inacción. El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, critica que Rueda «no ha hecho nada nuevo» en un contexto muy distinto, con la guerra de Ucrania y tras la pandemia. Las respuestas de la Xunta son «un corta e pega das anteriores» y Rueda se mueve más por «aspectos ideolóxicos ou da axenda de Feijoo» que por las necesidades de los gallegos. En lugar de abordar los problemas con «audacia», añade, el presidente se limita a usar al Gobierno central como excusa.

La portavoz del BNG, Ana Pontón, hace un diagnóstico similar de un presidente «gris e irrelevante politicamente», que demostró «incapacidade para defender os intereses de Galiza» mientras «aproba pelotazos fiscais aos máis ricos». Pone como ejemplo que «nada conseguiu» en relación a los Next Generation, los trenes Avril o la defensa de la pesca. El presidente, añade, «xestiona desde a rutina, con receitas fracasadas, sen poñer en marcha ningunha iniciativa de calado» ante la crisis de precios.

El relevo de Feijoo no se ha traducido en una relación más fluida con la oposición. El portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, lo atribuye en el caso del BNG a un regreso a posiciones «esencialistas», «soberanistas» en lo político y «radicales» en lo económico. En el del PSdeG, a las «pugnas por el liderazgo» y al seguidismo del Gobierno. Para sus oponentes, nada ha cambiado a mejor en la Xunta. En el ciclo electoral que viene, los gallegos dirán quién tiene razón.