
El próximo curso, los centros gallegos ofertarán 1.800 plazas en esta modalidad, en 119 proyectos de 56 titulaciones distintas
23 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Es la formación profesional del futuro. La FP dual crece en Galicia año a año, con más titulaciones, más plazas y más matriculados. Pero ¿en qué consiste? En esta modalidad, el alumnado se forma una parte del tiempo en el centro y otra parte directamente en una empresa, que se responsabiliza directamente de enseñar parte de los contenidos, al mismo tiempo que introduce al estudiante en las rutinas productivas de la industria. Una experiencia de trabajo auténtica, con horarios y responsabilidades, pero que, además de ofrecer una formación de lo más real, tiene otras compensaciones. Por ejemplo, se cobra por el tiempo en la empresa (como mínimo la mitad del salario mínimo, unos 500 euros) y también se cotiza, sea a través de una beca o de un contrato de aprendizaje. Y, por si fuera poco, los ciclos duales tienen una empleabilidad muy alta, que roza el cien por cien. «Estamos arredor do 96-98 %, hai pouca marxe de mellora. O certo é que o alumnado con interese ten practicamente garantida a súa continuidade na propia empresa na que se forma», destaca Víctor Manuel Varela, director del CIFP Someso de A Coruña, que ofrece ciclos duales en las cinco familias que se imparten en el centro.
Actualmente, hay unas 800 empresas distintas colaborando con la FP en Galicia, de sectores tan distintos como el turismo, mantenimiento, inteligencia artificial o agroganadería. «Hai empresas grandes, pequenas, autónomos... Perfís de todo tipo. Antes, eramos os centros os que tiñamos que andar buscándoas, agora, dada a demanda laboral e a escaseza de man de obra, son moitas as empresas que se dirixen a nós para pedirnos alumnado duns certos perfís e características. Elas fan un investimento, empregan un tempo e un diñeiro en formar esa persoa, e o obxectivo é que ese alumnado de dual que forman quede na empresa», explica Mercedes Álvarez, que el curso pasado fue dinamizadora de FP dual en el CIFP As Mercedes de Lugo, que cuenta con media docena de ciclos en esta modalidad.
«Entre o 80 e o 90 % das empresas que participan no programa repiten ao longo dos anos, non hai mellor termómetro da súa satisfacción. A dual é xa un xeito de selección de persoal, participan na formación do traballador e, se finalmente o contratan, esa persoa xa coñece a empresa e leva un ano de experiencia nela», corrobora o director de Someso, Víctor Varela.
Los ciclos duales pueden repartirse en dos o tres cursos y tienen una carga lectiva de 2.000 horas. Como mínimo, la tercera parte de esas horas tienen que llevarse a cabo en un centro de trabajo. Por eso hay una relación estrecha entre los institutos y las empresas para diseñar la formación. «Inténtase encamiñar cada plan formativo ao que demanda a empresa, tentar que se adapte tamén ás súas necesidades, elaborando plans individuais para cada centro colaborador, cunha mesma base, pero adaptados. Case un traxe á medida», explica Tomás Fernández, actual dinamizador no CIFP As Mercedes. Así, centros y empresas fijan, por ejemplo, qué contenidos curriculares puede enseñar el centro de trabajo, y cuáles han de impartirse en el aula. Y es que los estudiantes de dual tienen que salir con la misma formación de base que los de un ciclo ordinario, aunque tengan, además, una formación más específica propia del trabajo que se les asigne.

En cuanto al perfil del alumnado, las compañías buscan «persoas responsables, que sexan serias no traballo, con actitude positiva, e resolutivas», revela Tomás Fernández. Y es que la dual necesita compromiso. «É certo que hai algún alumnado que abandona, por inmadurez, por distintas circunstancias... Entran nun ambiente laboral real, e non todos dan. Pero os que rematan amósanse, en xeral, moi satisfeitos da súa escolla», dicen desde Someso.
El curso próximo está previsto que los centros de FP gallegos oferten 119 proyectos duales de 56 titulaciones distintas (lo que supone un 20 % más de ciclos que ese año), que sumarán unas 1.800 plazas. Este año académico estuvieron matriculados en estas modalidades más de 1.600 alumnos, y hubo ciclos con plazas libres..
Todos ganan
El CIFP A Farixa, de Ourense, es uno de los más de medio centenar de centros que en Galicia apuestan por incluir la FP dual dentro de su oferta formativa. «No ano 2020 arrincou o primeiro grupo no ciclo superior de Termalismo e Benestar, que xa é de por si un ciclo pioneiro, porque en España só existe en Cataluña e Aragón. Empezamos ofertando doce prazas, que é o mínimo, e o ano pasado xa foron 31. Temos empresas colaboradoras tanto en Galicia como fóra, o alumnado vai a centros de traballo en Asturias, Cantabria, País Vasco ou Cataluña, e tamén hai cinco prazas en colaboración con Castilla Termal», cuenta Alejandra Álvarez, responsable de dinamización de la relación con empresas. Desde el año pasado ofrecen también en dual el ciclo superior de Enerxías Renovables, en colaboración con firmas del sector de la fotovoltaica, y también imparten en esta modalidad una doble titulación de Axencias de Viaxes e Xestión de Eventos y Guía, Información e Asistencia turísticas, con algunos módulos de Xestión de Aloxamentos Turísticos. Es precisamente en el marco de estos estudios que varios alumnos están actualmente formándose en establecimientos hoteleros de Praga y Budapest.
Pero el centro quiere ampliar su oferta. Esperan sumar el ciclo superior de Proxectos de Edificación (que en ordinario tiene lista de espera) y una doble titulación de Acondicionamento Físico y Ensinanza e Animación Sociodeportiva. «Teñen moita demanda por parte do alumnado, pero tamén por parte das empresas, que nos chaman moito demandando alumnado con urxencia, porque teñen moito traballo e falta de xente formada. E a FP dual implántase precisamente para iso, para dar resposta ás necesidades cambiantes do sector produtivo da contorna», indica Álvarez, que asegura que los centros gallegos están en permanente contacto con las empresas para tratar de definir la oferta de estudios más adecuada.
Para ella, la modalidad dual es beneficiosa tanto para alumnado como para empresariado. «Non é o mesmo facer prácticas nos talleres do centro que estar nun taller real, nunha contorna laboral, coñecendo a filosofía da empresa e o sector produtivo. Aínda que é certo que require un esforzo, porque estás estudando e traballando á vez, quizais por iso adoita atraer xente que ten as cousas claras e que quere inserirse directamente no mercado laboral. E, no caso das empresas, como hai unha selección previa do alumnado, incorporan persoas que están realmente motivadas. Non son man de obra gratuíta, e teñen que facer un esforzo para formalos, pero permítelles captar talento».

Juan Caamaño es uno de esos chicos que está buscando su oportunidad a través de un ciclo dual. Natural de Muros, fue uno de los alumnos que este año estrenó el ciclo de Enerxías Renovables en A Farixa. Tiene 22 años, y tras el período de formación en el aula, lleva ya tres meses trabajando y formándose en Efigalia, una empresa de Chantada dedicada a la aplicación de la energía solar para empresas y explotaciones agrícolas. «Antes estudara outra cousa, pero non me vía un futuro feliz aí. Descubrín a FP dual e pareceume unha opción curiosa, polo tema de aprender traballando, e tamén polas prácticas remuneradas, porque seguro que a moita xente lle pasa coma a min, que non pode permitirse estar estudando fóra sen cobrar ou ten que tentar traballar no verán para poder pagalo. Así que que che paguen por estar aprendendo está moi ben», comenta.
Juan, que ya había trabajando en el mundo de la hostelería, está contento con la experiencia que está teniendo en la empresa: «Por sorte, a min trátanme como un traballador máis, coas limitacións de quen estea empezando e aínda ten que aprender, pero déixanme facer cousas, participar... É unha moi boa oportunidade, porque aprendes o traballo real, a manexar as ferramentas reais, pero tamén a ter un horario, unha responsabilidade... E iso é algo que vas necesitar en calquera emprego», destaca.
Desde la empresa
Pablo Crespo es el propietario de la empresa Control de Instalaciones Vigo. También forma parte de Foncalor, una asociación de empresas de instalación, mantenimiento y reparación de la provincia de Pontevedra, que tiene suscrito un convenio con el CIFP Paz Andrade de Vigo, para formar a alumnado de la FP dual: «Firmamos el acuerdo hace tres años, y muchas empresas nos apuntamos para buscar gente a través de este sistema. Pero la verdad es que no da a basto. Normalmente somos bastantes más empresas demandando gente que alumnos formándose. En la última convocatoria hubo 15 o 16 chicos y éramos veintitantos negocios», explica.
Él ha tenido la suerte de recibir estudiantes todos los años. Dos no cuajaron. «Es una cuestión de actitud, porque el conocimiento es muy necesario, pero todo se aprende, y sin embargo, sin actitud no hay nada», dice. Así que en este tiempo ha tenido que tirar de otras opciones, e incorporar a la plantilla a un par de trabajadores sin ningún conocimiento previo del sector, aunque con muchas ganas, lo que le lleva a reclamar que se abra una «vía inversa», para que sean las empresas las que puedan remitir a los centros educativos a su personal y que allí les ayuden a formarlos, de manera que, igual que en la FP dual «puedan estar formándose y trabajando a la vez, aunque nosotros les reduzcamos horas de labor, o les dejemos un día a la semana para hacer el curso o lo que sea».
De los tres alumnos que ha recibido para formar gracias al convenio de FP dual, Crespo se ha quedado con uno. «Vino a trabajar el verano pasado, y ya los propios compañeros me dijeron que era bueno, que lo contratara. Y aquí está, con nosotros», explica.

El chico en cuestión se llama Alejandro Lion y actualmente tienen 24 años. En el CIFP Paz Andrade cursó primero el ciclo medio de Instalacións frigoríficas e de climatización, y luego fue a por el de Instalacións de produción de calor, porque le convalidaban varios módulos y le veía «buenas salidas». Pero esta vez optó por la modalidad dual. «Yo no sabía ni lo que era, pero mi tutor me lo recomendó y me animé. Es un diferencia total. El ciclo ordinario es más teórico, el dual es mucho más práctico, y hay una formación más específica para el centro de trabajo. Y a mí, que no soy muy buen estudiante, eso me viene mucho mejor. Pero también es un cambio vital. No es lo mismo trabajar en un taller del centro que en una empresa. En el instituto si te equivocas no pasa nada, pero aquí es real: tienes un horario, metas, responsabilidades, un cuidado del material...», explica. Añade, además, que las prácticas remuneradas son un «incentivo muy importante» frente a los tres meses sin remuneración de los ciclos ordinarios.
La jugada de Alejandro salió perfecta porque, además, se quedó contratado en la empresa en la que hizo la formación. «Llevo ya un año y estoy encantado. Me preocupaba cómo iba a encajar con los compañeros, que son más mayores, algunos tienen hijos... Pero estoy cómodo. Así que para mí, que lo que buscaba era entrar ya al mercado laboral, fue una muy buena decisión. Si quieres formarte y trabajar, la FP dual es lo mejor», remacha el joven vigués.