Los investigadores policiales advierten de muchos casos que no se denuncian
11 sep 2023 . Actualizado a las 20:42 h.El último informe del Ministerio del Interior sobre criminalidad en España revela un aumento preocupante de los delitos de odio. Se trata de un tipo de infracción que se está extendiendo y que tiene como objetivos a grupos o personas con una característica común. Puede ser su raza, su origen étnico o nacional, el idioma, el color, su religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual o cualquier otro factor que conlleve una discriminación o incite al odio hacia alguien. En ese tipo delictivo se encuadra el discurso de odio que fomenta, promueve o incita a la hostilidad, a la discriminación o la violencia.
Los datos del último año sitúan a Galicia como la sexta comunidad en la que se cometen más delitos de odio. Aunque lo más exacto sería decir que son los delitos que se conocen, es decir, los que son denunciados por las víctimas o detectados en investigaciones policiales. «Hay una importante infradenuncia», avisa el capitán responsable del equipo REDO de la Guardia Civil de A Coruña, uno de los grupos de respuesta contra los delitos de odio creados por el instituto armado en cada provincia y que tienen muchas similitudes con el Equipo de Extremismo Violento y Odio (EVO) de la Policía Nacional. Esa cifra oculta de delitos es una preocupación para las autoridades.
«Es muy importante que las víctimas denuncien cuando crean que están siendo víctimas de un delito de odio», asegura el jefe del REDO de A Coruña. Para un mejor funcionamiento, estos grupos se encuadran en el servicio de Información de la Guardia Civil, cuyos agentes están especializados en la vigilancia de personas y de grupos. Eso les proporciona una mayor agilidad para investigar los delitos de odio, que muchas veces son difíciles de identificar.
«Lo que más se detecta en Galicia son casos de delitos de odio por racismo o por orientación sexual, vejaciones, insultos..., y muchas veces están dirigidos contra personas que están perfectamente integradas en la sociedad», explica el guardia civil. Cuenta que en los cursos de especialización les advierten que la situación es muy compleja y que hay determinados grupos de personas que llegan a normalizar que alguna vez en su vida van a ser víctimas de un delito de odio. «Eso no se puede permitir en una democracia como la española», apunta el capitán.
Atención a las víctimas
El plan del Ministerio del Interior para dar respuesta a los delitos de odio busca ofrecer una atención especializada a las víctimas y mediante los equipos REDO dar asesoramiento a las unidades de la Guardia Civil y realizar investigaciones policiales para minimizar las consecuencias de esos delitos.
Cuando una persona acude a denunciar un posible delito de odio se le ofrece todo tipo de asesoramiento y se establece un perfil de la infracción cometida para determinar si el delito se encuadra en la tipología de odio y toda la información se le comunica a la Fiscalía especial de delitos de odio para, desde ese momento, seguir las pautas fijadas para la investigación de estos casos.
Una infracción que genera una especial ansiedad y preocupación en las víctimas
Los delitos de odio constituyen «un ataque frontal y directo» a los principios de libertad, respeto a la dignidad de las personas y a los derechos que constituyen el fundamento del Estado social y democrático de derecho, señalan desde el Ministerio del Interior. El propio ministro, Fernando Grande-Marlaska, destacó la pasada semana la labor de las fuerzas de seguridad del Estado y recordó que «actuar contra los delitos de odio ayuda a mejorar la convivencia de una sociedad multicultural, formada por personas diferentes y, como consecuencia directa, ayuda a vivir en una sociedad mejor».
Por sus características, el delito de odio genera en las víctimas una especial ansiedad y preocupación, en especial porque la diferencia por la que una persona es vejada y discriminada se va a mantener toda la vida.
Galicia, en sexto lugar
En el conjunto de España, los cuerpos de seguridad identificaron más de 1.800 delitos de odio durante el año pasado. El País Vasco es la comunidad con más infracciones, seguida de Cataluña, la Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana. El sexto lugar es para Galicia, donde el mayor número de delitos de odio fueron por racismo y xenofobia. Los siguientes casos identificados en esa tipología fueron los ataques por la ideología. En tercer lugar aparecen los delitos de odio por orientación sexual o el género de las víctimas.