El detenido por el crimen de Samos ya había agredido a la víctima hace años

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios LUGO / LA VOZ

GALICIA

Agentes de la Guardia Civil recogiendo pruebas en el escenario del crimen
Agentes de la Guardia Civil recogiendo pruebas en el escenario del crimen LAURA LEIRAS

Investigan si un cuchillo aparecido cerca del lugar de los hechos puede ser el usado en la agresión que causó la muerte de un vecino e hirió a su mujer

06 ago 2023 . Actualizado a las 16:46 h.

El hombre detenido anteayer en el municipio de Samos (Lugo) por la muerte de un vecino y por heridas causadas a la mujer de este tenía mala relación con la víctima. No era la primera vez que se enfrentaban, hasta el punto de que ya lo había agredido otra vez, hace varios años. El vecino atacado presentó entonces denuncia ante la Guardia Civil, según recordaban ayer vecinos del barrio de Lamas, un pequeño núcleo de la parroquia de San Mamede do Couto donde ocurrieron los hechos.

Las relaciones entre las dos familias eran malas. Pero las desavenencias no habían surgido recientemente, sino que ya eran un asunto que en el barrio, de apenas media docena de casas, se comentaba desde hacía muchos años. Lo que no se esperaba nadie era que esa mala vecindad desembocase en un suceso tan dramático, del que ayer se hablaba en voz baja.

La intervención de otra persona evitó que hubiese dos muertes en lugar de una. Un vecino oyó gritos desde su casa, se asomó a la ventana y vio lo que ocurría. Salió de inmediato, pero no pudo impedir la muerte de Manuel López, de 81 años. Su aparición, de todos modos, sirvió para que la esposa de este —Socorro Ánguez— no falleciese en el lugar, aunque sí sufrió heridas. Ella permanecía ayer ingresada en el Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), de Lugo, adonde fue trasladada anteayer, aunque su vida parecía fuera de peligro.

La primera agresión de José Manuel Vázquez fue la cometida sobre Manuel López, que a primeras horas de la mañana del viernes estaba cuidando sus vacas en un establo, solo separado de su casa por un camino asfaltado. Su mujer fue alcanzada a pocos metros, pero ya en el camino, y en una de las puertas de la cuadra se podían ver pequeñas manchas de sangre.

Mientras tanto, se investiga si un cuchillo aparecido cerca del lugar de los hechos podría ser el empleado en la agresión. En las indagaciones efectuadas por agentes de la Guardia Civil, no se había hallado arma alguna que se pudiese identificar como la utilizada en el ataque.

El entierro de Manuel López tuvo lugar ayer por la tarde, en la parroquia de San Mamede do Couto. Los restos fueron llevados desde un tanatorio de Sarria donde habían sido velados. La noticia del suceso causó una notable conmoción en el municipio samonense, cuya población rebasa por poco los mil habitantes (1.202 en el 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística). Así lo reconocía ayer por la tarde, poco antes del entierro, la alcaldesa, Chus López. «Sempre che parece que isto non vai pasar. É un shock para todos», dijo la regidora.

Conflicto de generaciones

Mientras tanto, en el barrio de Lamas se comentaban ayer las malas relaciones que arrastraban las dos familias desde hacía décadas y que ya habían enfrentado a generaciones anteriores. Según relataba una vecina, los conflictos se habían dado por asuntos como el uso de un camino que las dos partes consideraban suyo y por el paso de agua para regar un prado.

«No debería ocurrir, pero qué le vamos a hacer», manifestaba esa vecina, que, de todos modos, admitía que en el vecindario también habían imperado las buenas relaciones y la disposición para ayudarse unos a otros.

En una de las casas de ese pequeño barrio estaban ayer por la mañana los padres del detenido, de avanzada edad. Su reacción era de desconcierto por lo ocurrido y por la situación en que se encontraba su hijo. «Non lle sei. Viñeron e levárono, pero é cousa súa», explicaba el padre. «No sabemos nada. Nos lo han llevado», decía la madre.

Otro traslado realizado ayer, después del mediodía, fue el de las vacas que había en el establo de esa familia. Las reses —alrededor de docena y media, de diferentes edades y unas de leche y otras de carne— fueron recogidas por una empresa de Castroverde para ser llevadas después a un matadero. Las vacas del fallecido y de su mujer, que tenían una cabaña más reducida, fueron alimentadas por gente de la zona.

LAURA LEIRAS

Poca relación con los vecinos

Ayer, mientras tanto, en el barrio de Lamas se recordaba también que el detenido era una persona poco sociable y con un carácter más bien huraño: se relacionaba poco con los vecinos y hasta le molestaba, por ejemplo, que otros usasen un camino cercano a su casa porque lo consideraba de su propiedad.