Santiago acoge la reunión más esperada de asociaciones xacobeas de todo el mundo

cristóbal ramírez

GALICIA

SANDRA ALONSO

Con más de cuatro decenios, el Camino Inglés se consolida como la tercera ruta en número de peregrinos

16 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El jueves 19 se inaugura un acto esperado y deseado hasta con ansia desde Corea del Sur a Brasil pasando por toda Europa: el encuentro internacional de asociaciones de amigos del Camino de Santiago. Obviamente, en Compostela y gracias a la apuesta fuerte del Xacobeo, que tuvo el buen criterio de no meterse en jardines ajenos y dejó la organización a las propias entidades sin ánimo de lucro. O para ser más exactos, a la Federación Española de Amigos del Camino de Santiago. No es momento de discutir si en el programa falta o sobra alguien, o si el diseño a golpe de mesa redonda es el más adecuado, sino que es el momento de celebrar que, al fin, después de muchos años, la cita vaya a tener lugar. Un gran paso del que se espera que salga una federación europea.

Perfil del peregrino

Poco a poco, el Camino Inglés se ha ido consolidando desde la nada hace cuatro decenios a ser el tercero en número de peregrinos. Pero lo fundamental es que se está investigando, y no solo su historia —existe una entidad que agrupa a varias universidades británicas además de la de A Coruña— sino su día a día. El pasado día 10 la propia Universidade de A Coruña entregó a Manuel Mirás, el presidente de la Asociación de Concellos do Camiño Inglés, un amplio y muy documentado estudio hecho a pie de obra que define el perfil del peregrino que recorre esa ruta en el verano, y que completa otro semejante hecho en el 2022 sobre el perfil del peregrino en primavera. El resto de los caminos deberían de tomar ejemplo.

Y en plena resaca jacobea sale un libro de esos que se puede decir que viene a cubrir un hueco. Es Pucheros y zurrones. Gastronomía en el Camino de Santiago, del periodista Tomás Álvarez, un hombre con una larga trayectoria en la investigación de las rutas jacobeas. Huyendo de lo fácil, Tomás Álvarez se mete a bucear en la historia para ver qué comían aquellos peregrinos que sin internet, GPS, ni móviles se atrevían a cruzar toda Europa a pie o costeándola con la ilusión y ambición de rezar ante los restos del apóstol más popular. Y tenían que comer todos los días. Un indispensable.