Diez mil gallegos recibirán una ayuda extra de 1.200 euros al año para pagar una residencia privada
GALICIA
A este complemento podrán acceder quienes dispongan de un bono residencia, independientemente de su grado de dependencia o situación económica
23 oct 2023 . Actualizado a las 18:03 h.Galicia será la primera comunidad y la única en contar con un complemento universal al bono residencia, una ayuda de 1.200 euros al año con la que la Xunta espera beneficiar a diez mil gallegos para el pago de un centro residencial privado, con independencia de cuál sea su grado de dependencia o nivel de renta. Así lo ha destacado la conselleira de Política Social e Xuventude, Fabiola García, en una visita a la Residencia Sanitas de A Coruña. Para ello, se destinarán 55 millones de euros.
Se trata de un «paso histórico» hacia la universalización del acceso al sistema de atención a la dependencia que dará la Xunta en sus cuentas de 2024, según ha señalado García. A este complemento para las personas que cuenten con un bono residencia se suma el bono cuidado universal, para quienes prefieran seguir viviendo en sus casas. La Xunta dedicará 100 millones de euros al año a esta ayuda de 5.000 euros anuales, que permitirá que más de 20.000 gallegos puedan seguir en sus hogares mientras son cuidados por un familiar, un vecino o una persona de confianza. Independientemente también de su nivel de dependencia o renta.
La conselleira también se ha referido a otras mejoras en el sistema residencial, como que se seguirán incrementando las plazas públicas en las residencias, y que ya se han triplicado en los últimos 14 años hasta alcanzar las 15.000 en la actualidad. También se continuará extendiendo la red de centros públicos autonómicos, con la puesta en marcha de nuevas residencias como la que la Fundación Amancio Ortega construye en el barrio de Eirís, en A Coruña, y que supondrá 150 plazas más.
Más plazas, mejores centros y nuevos recursos. La Xunta también trabaja en las mejoras en el funcionamiento de las residencias públicas de mayores, en marcha a través de inversiones como la de 1,2 millones que se ejecuta en la Torrente Ballester, y la creación de nuevos recursos, como los primeros centros de cuidados intermedios públicos de España.