Se cree que los restos no son del hombre cuyo cráneo se encontró hace un mes en la misma zona
30 nov 2023 . Actualizado a las 17:16 h.El caso de la desaparición de Antonio Tuñas Vieites, al que se le perdió la pista hace justo un año, ha dado un nuevo giro. Aunque se pensaba que el hallazgo de su cráneo en una finca próxima a la aldea de Gosolfre, en Mazaricos, ayudaría a cerrar definitivamente la investigación, los hallazgos de los últimos días han abierto nuevos frentes para el equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil que se encarga del caso. Tanto es así que ayer aparecieron una tibia y restos de costillas a unos 50 metros del lugar en el que hace un mes fue hallada la cabeza de Tuñas Vieites.
Pero los primeros indicios apuntan a que esos restos humanos no corresponderían con el cuerpo de Tuñas. Lo mismo sucede con varias prendas de ropa halladas también ayer en la zona de búsqueda, a escasos metros de la carretera que baja del núcleo mazaricano de Chacín hacia el de San Lourenzo, ya en el término de Outes. Tal y como ha podido saber La Voz, se trata de un pantalón de chándal de color azul con unas franjas blancas en sus laterales y de una camiseta blanca. Esa ropa estaba en un relativo buen estado y fue hallada a más de 400 metros de los restos óseos por uno de los equipos caninos que durante la mañana de ayer rastrearon una zona de más de tres mil metros cuadrados que previamente había sido desbrozada.
Del desaparecido en Culleredo
Aunque habrá que esperar a la confirmación de los análisis de laboratorio, ahora se investiga si los huesos y la ropa encontrados ayer pueden pertenecer a otro desaparecido, que podría ser Javier Iglesias Otero, quien falta de su casa de Orro (Culleredo) desde el 5 de mayo. Esa hipótesis cercaría más a José Manuel Martínez Quintáns, alias Pandolo, como posible responsable de las dos desapariciones, un escenario en el que llevan meses trabajando los investigadores de la Guardia Civil. De hecho, en la última búsqueda realizada hace algo más de dos meses en el entorno del monte Paxareiras, entre los municipios de Carnota, Mazaricos y Muros, los guardias civiles confirmaron que entonces ya se trabajaba con la posibilidad de que los cuerpos de los dos varones desaparecidos, Antonio Tuñas y Javier Iglesias, pudiesen estar situados en una misma zona o, al menos, encontrarse muy próximos entre sí.
En el caso de Antonio Tuñas, del que se halló el cráneo hace un mes, no se descarta que el resto de su cuerpo pudiese haber sido movido de lugar debido a la acción de alguno de los muchos animales salvajes que merodean por la zona. También pasa por allí un pequeño pero caudaloso torrente de agua que atraviesa la zona y que podría haber alterado el escenario.
Continúa el rastreo en busca de más restos humanos en una zona con mucha maleza
«É un terreo con moita pendente onde, cos enchentes de auga que houbo nas últimas semanas, é probable que os restos puideran moverse moitos metros. Do mesmo xeito, nas labores de roza vimos que había varias covas de raposos, animais que tranquilamente poden mover restos varios centos de metros», apuntan desde la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, que colaboran con los equipos de la Guardia Civil en la limpieza previa del área de búsqueda.
Teniendo en cuenta los últimos hallazgos, es probable que se hagan esas labores de desbroce en la zona donde ayer apareció el chándal azul. Bien es cierto que lo abrupto del terreno y la existencia de mucha maleza pueden retrasar varios días la búsqueda.
Desde hace un año
Por ahora, el nuevo frente abierto en la investigación de la Guardia Civil por las dos desapariciones ha caído como un jarro de agua fría sobre los familiares del mazaricano Antonio Tuñas, que hasta ayer no ocultaban la esperanza de que el hallazgo de su cráneo, como confirmaron las pruebas de ADN, pudiese ayudar a encontrar el resto del cuerpo y permitir cerrar definitivamente este asunto tan doloroso que llevan sufriendo desde que su familiar desapareció de su casa hace casi un año.