Tamara García, «influencer»: «Me pierdo muchas cosas por estar todo el día con el aparatito en la mano»
GALICIA
Dice que nunca tuvo como objetivo dedicarse a las redes sociales: «Veía a ''influencers'' y no pensaba en ser como ellas. Siento que no lo escogí yo, que fue la gente»
13 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un día fue al dentista, se grabó con la boca anestesiada y le cambió la vida. La broma ya acumula 15 millones de visualizaciones. Más o menos, ese es el resumen de cómo entró Tamara García (Mos, 1994) en las pantallas de los móviles de más de quinientas mil personas en TikTok y otras trescientas mil en Instagram. «Me acuerdo perfectamente del día que me descargué TikTok, no sabía muy bien cómo funcionaba. Empecé a subir vídeos bailando y conecté con una parte mía que había silenciado», dice. Eso fue en el 2020. Tres años después, Forbes la incluía en la lista de los cien mejores creadores de contenido.
—¡Vaya viaje! ¿Lo tenía claro cuando apostó por este mundo?
—Muy fuerte. Es curioso porque siento que esto no lo escogí yo, que fue la gente. Nunca tuve como objetivo dedicarme a esto. Veía a influencers y no pensaba ser como ellas. Como consumidora, tenía claro lo que no quería ser. Con lo del dentista, me entraron muchísimas oportunidades de hacer cosas, pero no cogí la mayoría porque no entendía nada. Pensaba que si lo del dentista había funcionado era porque había sido genuino y natural. También estaba pasando una época pochilla, al estar en el paro. Nunca me había visto sin trabajar, con todas las ambiciones que yo tenía, me vi sin un rumbo claro. No me salió una entrevista para lo mío, pero sí una con una agencia para representarme. Luego todo vino rodado.
—Le habrán llegado todo tipo de propuestas.
—Sí, claro, de todo. Desde operarme las tetas hasta casas de apuestas. Me sorprendió que muchas eran sobre todo de medicina.
—¿Cómo se definiría? «Influencer», creadora de contenido...
—No creo que tenga influencia. Creo que soy un canal de entretenimiento, no creo que nadie consuma un producto porque yo lo haga. Lo que hago es venderte un producto a través de creatividad. Quiero que la gente que me siga sea crítica, que no haga nada influenciada por mí, esa parte no me gusta nada.
—¿Entonces tiene un papel diferente?
—Me gustaría creer que la gente encuentra en mi forma de crear contenido algo especial. Cada vez hay más creadores que tratan de encontrar su manera de hacer las cosas y diferenciarse con su propia personalidad. Lo que hago es especialmente para mí, me lo paso pipa.
—Después del dentista llegaron más vídeos virales: se convirtió en la Georgina gallega y hasta embarazó a su abuela.
—Creo contenido todos los días, así que las tendencias me ayudan a decidir. Hay una parte estratégica, que sé que va a funcionar, pero no lo hago pensando en eso. Han pasado ya cuatro años desde que empecé, igual me preocupa que se pierda cierta ingenuidad. Así que intento hacer las cosas para mí y olvidarme de que esto tiene recorrido.
—¿Le llegan críticas desde casa?
—Sí, sobre todo porque soy una pesada. Le doy muchas vueltas a las cosas, si tengo alguna duda de que algo le puede ofender a alguien, siempre va a pasar un filtro de la gente que me va a decir lo que piensa. Mi hermana se come mis dudas, mis padres también, o mi pareja. No soy nada impulsiva, sino prudente. Si algún día me cancelan por algo, no lo vi venir.
—¿Qué es lo que más le sorprende de lo que ha cambiado su vida?
—Me sorprende todo. Que me conozcan, recibir la cantidad de mensajes que recibo al día alabando lo que hago... Al final, yo también estudié y trabajé de muchas cosas, tuve una vida normal, esto no es normal. El recibir el feedback de la gente valorando tu trabajo, no lo había vivido antes. Y la gente en sus trabajos no lo vive, nadie te dice «qué bueno eres, qué bien lo haces». Luego también está lo malo, con lo que hay que lidiar.
—¿Hay mucho malo?
—En mi caso, no. Veo cada cosa por internet que alucino. Al final, todos tenemos acceso a decir lo que nos da la gana con o sin identidad. Hay gente que está enfadada con la vida y con el mundo, y lo más fácil es volcar la rabia con un anónimo. A veces somos ese saco de boxeo.
—¿Le genera rechazo el móvil?
—Sí, en ese aspecto me cambió también la vida. Trabajo todo el día con el móvil, mantener las relaciones personales con lo mismo que trabajo se me hace muy difícil. Me pierdo muchas cosas por estar todo el día con este aparatito en la mano. Me gustaría que no fuese todo tan accesible. Parece que porque tengas un wasap lo tienes que contestar ya. Y ahora que me dedico a esto, claro, si una amiga a la que no le he contestado en todo el día ve que he subido diez historias, dirá, qué morro. Tengo un poco de conflicto.
—¿Y lo de estar siempre presente?
—He escuchado a gente decir que no puede parar, yo me doy permiso. A veces porque me aburro a mí misma. Tengo un poco horario de oficina, intento darme los fines de semana libres.
Y para terminar...
1. ¿Qué no falta en su casa?
Pelucas.
2. ¿Qué titular le gustaría ver abriendo La Voz?
Algo así como que el futuro de nuestros mayores está asegurado, que no les falte de nada.
3. ¿Un día que no olvidará?
Cuando me fui de casa por primera vez, mis padres me hicieron una cena sorpresa en la playa, con el atardecer.