Cuatro peajes encarecen desde este lunes los viajes de los camioneros gallegos por el norte

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

El sistema que usará Vizcaya es como el que se implantó en las autovías de Portugal desde el año 2010. El llamado «free-flow», se basa en la captación y grabación de las matrículas, que tienen que estar vinculadas a un método de pago, bien la cuenta bancaria en la que está domiciliado el telepeaje, o una tarjeta de débito o crédito
El sistema que usará Vizcaya es como el que se implantó en las autovías de Portugal desde el año 2010. El llamado «free-flow», se basa en la captación y grabación de las matrículas, que tienen que estar vinculadas a un método de pago, bien la cuenta bancaria en la que está domiciliado el telepeaje, o una tarjeta de débito o crédito VÍTOR MEJUTO

La Diputación de Vizcaya implanta el cobro incluso en la A-8, mientras Álava y Navarra ultiman sistemas similares para tratar de limitar el transporte pesado

30 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde este lunes, los camioneros gallegos tendrán que hacer frente a un nuevo obstáculo en sus rutas por el norte de la Península y en su camino de ida o vuelta al resto de Europa. La Diputación Foral de Vizcaya tiene previsto activar el cobro de cuatro nuevos peajes a los transportes pesados en otros tantos viales, incluida la autovía A-8, que se convierte así en autopista de pago ya a lo largo de todo el País Vasco.

Las cámaras de cobro automático, que funcionan como en las autovías de Portugal, se activarán también para los transportes pesados al arrancar julio en las circunvalaciones norte y sur de Bilbao y en la nacional N-636 (Beasáin-Durango). En total, 55 kilómetros de pago que se unirán a los 47 kilómetros en los que los peajes están activos desde enero del año pasado, en la nacional 240 y en la BI-625 (Orduña-Bilbao). La experiencia recogida en estas dos carreteras, en las que su carácter de peaje ha reducido el tráfico pesado en un 30 y un 39 % respectivamente, ha llevado a la Diputación de Vizcaya a extender el modelo, con el que además obtiene una recaudación vital para afrontar el mantenimiento y conservación de su red viaria.

Los argumentos

El Gobierno foral vizcaíno justifica la medida que gravará las salidas de los productos gallegos hacia Europa en su intención de alinearse con las políticas de descarbonización de la UE y seguir el principio de quien contamina, paga. También incide la Diputación en su intención de desviar todo el tráfico pesado que pueda de las carreteras comarcales hacia los grandes corredores, evitando su paso por las travesías y los cascos urbanos; entiende que si la A-8 y sus alternativas tienen peaje, el transporte se decantará por la autovía, como vía más rápida. La institución niega que la extensión de los peajes en su territorio tenga afán recaudatorio, sino con el objetivo de reordenar el tráfico. De entrada, se había decidido implantar los arcos de cobro automático en septiembre, pero se optó por adelantarlo a mañana para acostumbrar al sector antes de la campaña de otoño, más intensa en el transporte de mercancías.

En el caso del trazado cantábrico a través de la AP-8 serán nueve los puntos de peaje que se extenderán a lo largo de tan solo 20 kilómetros. Los precios de estos oscilan desde los 0,34 euros en el punto más barato para los pesados de 3,5 toneladas a menos de 12 y 0,38 para los de una capacidad superior, hasta los 1,08 y 1,21 respectivamente. Los camiones que realicen más de 160 pasos al mes por las cámaras de control de peaje podrán acceder a descuentos del 13 %, con lo que se beneficia de manera clara a los transportistas de la zona.

Futuros peajes en la zona

Y mientras Vizcaya siembra de peajes su red de carreteras, la Diputación de Álava ha comenzado a estudiar cómo cobrará el paso de todos los vehículos cuando se acabe la concesión de la autopista AP-68, la vasco-aragonesa y asuma su control, tarifas que también ha aprobado extender al resto de vías de alta capacidad.

Lo mismo que ya ha hecho Vizcaya ultima también la comunidad de Navarra. Su horizonte es cobrar a los camiones en sus cinco autovías, para recaudar unos 40 millones de euros que se destinarían al mantenimiento de la red viaria de alta capacidad, por la que el Gobierno foral advierte es usada y desgastada por ello por un 90 % de transportistas foráneos.

La Diputación de Guipúzcoa fue la primera en implantar el cobro de peajes en carreteras ya existentes y en su caso no solo a camiones, sino al resto de vehículos también. El cobro se hace como en las autovías de Portugal, con cámaras que registran el paso de las matrículas, con lo que logran un ahorro notable en el capítulo de personal.

El plan para desviar camiones a la AP-9 apenas captó tráfico

Entre julio y noviembre del 2015 el Gobierno de Mariano Rajoy intentó retirar tráfico pesado de las carreteras convencionales rebajando para los camiones en hasta un 50 % los peajes en seis tramos de otras tantas autopistas. Entre ellas estuvo la gallega AP-9, en el tramo de Puxeiros a la frontera portuguesa, paralela a la peligrosa autovía A-55. El resultado fue un fracaso. En el tramo elegido en Galicia solo se llegó a captar un 17 % de los 278.000 camiones que la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció que llegarían a beneficiarse de una medida que no tuvo más continuidad.