Llega la época de los coches sumergidos por la marea: ¿qué hacer? ¿Hay solución? ¿Lo cubre el seguro? ¿Puedo denunciar al puerto?

P. V. REDACCIÓN

GALICIA

El coche inundado por la marea en Muros el pasado fin de semana
El coche inundado por la marea en Muros el pasado fin de semana MANUEL CANDAMO

La llegada de turistas desconocedores de las pronunciadas mareas de la costa de Galicia multiplica los incidentes de inundación en los vehículos. En la mayor parte de los casos, el seguro a todo riesgo cubre los daños

10 jul 2024 . Actualizado a las 10:38 h.

Ya ha llegado el verano, y con él, el momento de acudir a la costa a pegarse un buen chapuzón. El problema es que quienes también tienen la costumbre de sumergirse en el mar son los coches. Los de los turistas que, desconocedores del curioso hábito que tiene la naturaleza de variar periódicamente el nivel del mar, aparcan su automóvil lo más cerca que pueden de la costa. Y eso, en Galicia, es una decisión abocada inequívocamente a la catástrofe.

Este verano fue en Muros donde se inauguró este error común entre veraneantes habituales del Mediterráneo, y muchos vecinos de las localidades costeras han compartido otros vídeos donde se anticipa el desastre. Por eso, es importante saber qué hay que hacer en caso de encontrarnos nuestro coche sumergido. ¿Tiene arreglo? ¿nos lo cubre el seguro? ¿podemos demandar al puerto? Respondemos estas preguntas clave.

¿Qué hacer si nos encontramos nuestro coche sumergido?

Como recomendación general, según dice el Real Automóvil Club de España (RACE), lo mejor es llamar a la grúa para que se lleve el vehículo lo antes posible al taller.

Aunque la tentación es intentar encender el motor, los expertos recomiendan no hacerlo, especialmente si el agua ha llegado hasta el umbral de las puertas y ha penetrado en el interior del vehículo. Es peligroso porque el agua puede haber entrado en el filtro de aire o en el colector de admisión y, al encenderlo, se puede arruniar el motor.

Lo que sí se puede es poner el contacto para comprobar si todavía funcionan los elevalunas o las luces y ver así hasta qué punto está dañada la instalación eléctrica, aunque todo esto es relativo, ya que pueden funcionar varias semanas con normalidad aunque haya fallos.

¿Qué daños puede sufrir el coche?

La parte eléctrica es la más susceptible de sufrir graves daños, según advierte el asesor técnico del RACE Antonio Manzano, especialmente las centralitas y la batería, que puede cortocircuitarse. La trampa está en que, como pasa con muchos dispositivos electrónicos, el vehículo puede seguir funcionando durante algunas semanas, mientras todavía esté húmedo, a pesar de que haya fallos.

«El problema llega cuando se van secando las conexiones», explica Manzano, ya que, mientras «hay humedad se genera una especie de polvo blanquecino, como un óxido blanco», que posibilita que durante un determinado tiempo los circuitos sigan teniendo conexión. Pero al secarse es cuando aparecen las dificultades: deja de haber contacto, «y ahí llega la complicación», destaca.

¿Y los coches eléctricos?

El agua es la gran enemiga de los elementos eléctricos de todos los coches. Hoy en día, hay decenas de centralitas en cualquier modelo, dedicadas a controlar los diversos componentes electrónicos del vehículo.

En el caso de los coches eléctricos o híbridos es incluso peor, ya que tienen mayor cantidad de unidades de control de este tipo. Y a ello se añade que muchas de ellas están en la parte inferior del vehículo, por lo que el tiempo de contacto con el agua de estos elementos es incluso mayor que los que poseen los modelos de combustión.

¿Tiene arreglo?

«Es complejo recuperar un coche inundado», reconocen desde RACE, que explican que, para arreglarlo, hace falta quitar los sensores y las conexiones y, según el estado que presenten, bien limpiarlos bien sustituirlos.Y también cambiar las centralitas, donde, a pesar de ser herméticas, puede haber entrado agua.

Como nos contaba hace unos años Ángel Puga, mecánico de Ribeira, si la marea subió hasta la altura de las ventanillas, lo más probable es que tenga que ir «directo para el desguace». Todo depende del estado de la parte electrónica del vehículo. En caso de estar afectada, «no sería rentable» su reparación y convendría comprar otro coche.

En el caso de que la afectada sea solo la parte mecánica, la recuperación, aunque laboriosa, no resulta tan crítica para retornar a su estado de funcionamiento óptimo. Habría que desmontar las distintas piezas del motor para vaciarlas del agua que haya podido entrar, y secar y ventilar el coche también en su interior, desmontando los asientos, la moqueta y la tapicería para secarlas por completo. 

¿Me lo cubre el seguro?

Depende del tipo de seguro. Si tenemos uno a terceros, no lo cubriría. Adolfo Campos, director de Inade (Instituto Atlántico del Seguro), destaca que solo podemos garantizar que nuestra compañía se hace cargo si tenemos suscrito un seguro con cobertura de daños propios —presente en todos los seguros a todo riesgo—.

En teoría, y en condiciones ideales, la póliza a todo riesgo sí se haría cargo de los daños o de la indemnización por inundación, aunque, dada la gravedad de la entrada de agua, es muy probable que considere el vehículo como siniestro total, lo que supondría recibir solamente el valor venal. Es decir, lo que vale el coche en el mercado, teniendo en cuenta los datos de matriculación —marca, modelo, características y antigüedad—, pero no el kilometraje o el mantenimiento.

En caso de que tenga arreglo, el seguro se haría cargo de los gastos de las reparaciones, aunque las condiciones suscritas en la póliza —como franquicia o límites de cobertura— pueden cambiar esta indemnización.

¿Se le puede reclamar a la Autoridad Portuaria por no advertir del peligro?

En esto es tajante Adolfo Campos: no. No hay ninguna forma de poder reclamarle a la Autoridad Portuaria los daños ocasionados por la subida de las mareas, aunque no haya ningún cartel que advierta de los peligros. Por varias razones. En primer lugar, porque se trata de un fenómeno natural. Y, además, porque las rampas no son lugares habilitados para el estacionamiento, sino diseñadas funcionalmente para las actividades de uso marítimo.

¿Y si aparco en una zona exclusiva para usos marítimos o hay carteles de advertencia?

Aquí es donde puede estar el problema. Muchas compañías de seguros pueden poner reparos a la hora de indemnizar algunos casos concretos, como cuando se estaciona o circula por una zona prohibida, o cuando las advertencias al respecto son lo suficientemente claras.

No suele ser habitual que los puertos gallegos indiquen en sus rampas las tablas de mareas —más que nada, porque varían cada día y harían falta paneles electrónicos—, aunque algunos sí que indican, después de años de coches sumergidos, la zona hasta la que llega la pleamar con líneas amarillas en el suelo o con señales de «Prohibido Aparcar».

Además, muchos de estos incidentes se producen en lugares autorizados exclusivamente para actividades marítimas en las que a veces se exige incluso una acreditación.

En esos casos, porque se han infringido las normas o por considerarlo una imprudencia, las compañías de seguros podrían resistirse a abonar la indemnización correspondiente por los daños ocasionados en nuestro vehículo, a pesar de haber suscrito con ellos una póliza a todo riesgo.

En general, según explica Adolfo Campos, director de Inade, no debería suceder, aunque ante problemas de este tipo tendríamos que acudir a la vía judicial. Quedaría entonces a consideración del magistrado correspondiente si lo que ha sucedido ha sido un simple despiste o una imprudencia grave.

¿Y si es una zona de aparcamiento habilitada?

Aquí hay un matiz. Dado que los concellos gallegos conocen perfectamente hasta dónde llega la pleamar, incluso en días de mareas vivas, ningún ayuntamiento tiene zonas de aparcamiento habilitadas en esas áreas hasta las que sube la marea. Lo que podría suceder es que, debido a condiciones meterológicas muy adversas, el fuerte oleaje provoque que el agua sobrepase el paseo marítimo, provocando daños materiales en vehículos estacionados al borde del mar.

Hablaríamos entonces de lo que se conoce como embate de mar, y esto, confirma Adolfo Campos, «sí está cubierto, independientemente de que tengamos un seguro a terceros o uno a todo riesgo».

En este caso, la indemnización no viene de nuestra compañía, sino que se le reclama al Consorcio de Compensación de Seguros, que cubrirá todos los daños y pérdidas provocados sobre los bienes por la inundación por el embate del mar.