«Si volviera a nacer, volvería a ser motorista de la Agrupación de Tráfico. Eso se lleva dentro»
GALICIA
La Guardia Civil de Tráfico celebra el 65 aniversario de su creación y homenajea a los motoristas jubilados en un acto en el pazo de Mariñán
23 jul 2024 . Actualizado a las 11:42 h.«Agradezco mucho que os acordéis de los que estuvimos trabajando en aquellos años, porque la verdad es que las pasamos muy duras». José Formigo Rodríguez, cabo honorífico de la Guardia Civil, de 81 años, prestó servicio en el Sector de Galicia entre 1964 y 1987. Es uno de los veteranos que este lunes se dieron cita en el pazo de Mariñán para celebrar el 65 aniversario de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, creada en agosto de 1959 en Madrid y que se fue desplegando por toda España hasta tener los 15 sectores que hoy forman esta unidad. Pero no siempre fue así, pues el Sector de Tráfico de Galicia se creó en 1960, con cabecera en A Coruña y abarcando también Asturias y León, como explicó el teniente coronel Antonio Hidalgo, actual jefe de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia.
Pese a las dificultades de aquellos años, a la falta de medios y de vehículos, y a la dureza del trabajo, Formigos mostraba su orgullo por haber pertenecido a la Agrupación de Tráfico. Lo ejemplificó así: «Si vuelvo a nacer, volvería a ser motorista de la Guardia Civil de Tráfico. Eso nunca se olvida, se lleva dentro». Ese orgullo lo declararon también muchos de sus compañeros, también jubilados o en situación de reserva.
Se trataba de recordar. Como hizo José Luis Ulla, teniente general retirado y que fue uno delos mandos que tuvo la Agrupación de Tráfico en Galicia, donde fue teniente coronel del sector. Se refirió a aquellos guardias civiles que patrullaban las carreteras siempre en moto y que soportaban el frío, el calor, la lluvia o la nieve. El coche, si lo había, era para la noche. Ulla reconoce que fueron «unos agentes que trabajaron en unas condiciones de mucho sacrificio, con medios escasos y en condiciones meteorológicas muy adversas. Se subían a sus motos y salían a prestar servicio las horas que se les ordenasen. Con ellos empieza un poco el prestigio de la Agrupación».
Aquellos tiempos duros se prolongaron durante muchos años. «Heredamos motos viejísimas, que teníamos que pintar nosotros mismos», recordaba uno de los agentes ya retirados. Entonces existían los equipos de auxilio, que viajaban en todoterrenos y que arreglaban las numerosas averías de los coches de la época. Para ello llevaban piezas de recambio, pero no solo hacían eso, ya que también atendían a víctimas de accidentes, llegando a usar el vehículo como ambulancia en no pocas ocasiones.
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Era la época de las motos Sanglas, de los Seat Ritmo, de los Talbot Horizon... «El coche solo se usaba para las noches. Incluso por las mañanas se salía con manoplas en la moto esperando a que saliese un poco de sol», explica José Ramón López Iglesias, agente en la reserva que ayer lució el uniforme del motorista que usaba hace 39 años: pantalón y camisa verdes, abrigo de cuero y botas altas. En su destino de Baralla tenía a su cargo la vigilancia de la N-6: «Teníamos que estar de forma permanente y siempre en perfecto estado de revista. Se inculcaba mucho la presencia en la carretera».
«Estoy convencido de que hay menos muertos en la carretera por vuestra dedicación», dijo el cabo primero Francisco José Lama, que, con 18 años, fue el motorista más joven de la agrupación.
En eso incidió el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, que presidió el acto de ayer y felicitó a los guardias civiles de Tráfico por su labor diaria «salvando vidas nas estradas e camiños da nosa terra».